El primer año completo de prohibición de caza del lobo en Castilla y León se localizaron 38 ejemplares muertos
El año 2022 fue el ejercicio completo en el que ha estado prohibido en la totalidad de las provincias de Castilla y León la caza del lobo, particularmente en las cinco provincias al norte del río Duero (Burgos, León, Palencia, Valladolid y Zamora) en los que no sólo estaba permitido por la Junta Castilla y León hasta septiembre de 2021 sino que se autorizaban cifras muy elevadas, como los 51 cabezas que Medio Ambiente permitía abatir cada año sólo en León.
En ese ejercicio del año pasado, ya sin que los cazadores pudieran disparar con los parabienes de la administración tras incluirse la especie en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (Lespre), la cifra de lobo ibérico muerto por causas no cinegéticas se elevó a 38 ejemplares, en su inmensa mayoría (26) por atropello en las carreteras autonómicas.
Por disparos de furtivos la Junta de Castilla y León refleja ese año tres casos: Uno en Añoza (Palencia) el mes de mayo de 2022; y dos en la misma localidad zamorana, Villardeciervos, y en idéntica fecha, el 8 de junio.
De la estadística oficial facilitada por la Consejería de Medio Ambiente se desprenden otros cuatro casos en los que la causa de la muerte es “desconocida”, por el mal estado de los ejemplares localizados , y no se sabe, por lo tanto, si fueron armas la causa de sus fallecimientos o perecieron por motivos naturales, envenenamientos, trampeo o atropello.
Por provincias, Segovia registró los mayores casos de mortalidad de esta especie, un total de nueve ejemplares localizados en el primer caso. Le siguieron en orden descendente Zamora con siete lobos muertos, Palencia son seis y León con cinco.
Curiosamente, en la provincia de Valladolid también fueron cinco los lobos muertos, tres de ellos por colisiones con vehículos, otro por causa desconocida y uno más por trampeo, otra forma ilegal de acabar con ellos. Y eso que Valladolid es una provincia donde su censo es más limitado y ni siquiera se puede esgrimir ningún tipo de conflictividad con los ganaderos, al menos teniendo en cuenta la estadística oficial, que en ese mismo año 2022 consignó cero ataques de lobo, frente a apenas dos del año anterior.
La cifra de 38 ejemplares de lobo ibérico ese primer año de protección total en Castilla y León es ligeramente superior a la del año anterior, 2021. En aquel ejercicio, la mayor parte de él con la caza legalmente autorizada del lobo en las cinco provincias al norte del Duero, la Junta de Castilla y León contabilizó 34 ejemplares fallecidos fuera de los autorizados. Y en aquel caso el número de caza furtiva sí fue elevado, sumando un total de ocho casos, en Mayorga (Valladolid), Vadillo de la Sierra (Ávila), Velilla de la Reina (León), Riaño (León), otro en la provincia de Ávila sin especificar municipio, Navalperal de Tormes (Salamanca), Brazuelo (León) y Villalobar (León).
En total, entre los dos últimos con las estadísticas completas, la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno autonómico ha computado 72 lobos menos, un 64% de ellos computables a muertes por colisiones y atropellos en las carreteras de las diferentes provincias. Nueve fueron registrados en vías de la provincia de Segovia, la que más, seguida de cerca por León con ocho y Burgos con siete.