León sufrió los mayores y más peligrosos incendios forestales de la Comunidad en un verano benévolo
La superficie quemada este año por incendios forestales ha descendido un 75% respecto a la media de todo el decenio, con un total de 4.684 hectáreas, de las que 1.070 fueron arboladas. Además, el número de fuegos ha bajado un 41% en comparación a la media de los últimos diez años, para bajar hasta los 811.
Eso sí, los dos peores en extensión, y ambos obligando además a la intervención de apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de León fueron en la provincia leonesa: el incendio de Castrillo de los Polvazares (Astorga), de 589 hectáreas quemadas, de las cuales 233 eran arboladas, y por el que se detuvo a un pregunto autor, y el que quemó el monte de Villagatón-Brañuelas, con 450 hectáreas arrasadas.
El balance final del año ha sido protagonizado esta tarde por el Consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, durante su comparecencia ante la Comisión de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de las Cortes de Castilla y León para informar sobre el balance de la campaña de lucha contra incendios forestales correspondiente al año 2024, campaña que calificó de “excelente y excepcional”, ya que junto a las de 2018 (910 incendios) y de 2020 (904 incendios) ha sido las mejor de la serie estadística de Castilla y León desde 1984, informa Ical.
Además, el número de declaraciones de niveles de gravedad fue inferior a la media histórica reciente, con 23 casos (18 de nivel 1 y 5 de nivel 2) frente a un promedio de 27 en el periodo 2014-2023.
Causas
Al mismo tiempo, se observó un leve descenso en incendios intencionados (52% frente al 55% promedio 2014-2023) y un incremento en los de causas naturales, como rayos (del 8% al 10%), mientras que las negligencias y accidentes se mantuvieron estables (29%). Estos resultados, en gran medida, son atribuidos a la labor del personal operativo, cuyo trabajo permitió contener el 75,71% de los incendios en fase de conato (614 casos), evidenciando su alta eficacia frente a las adversidades, según destacó Suárez-Quiñones.
Entre enero y octubre de 2024, el operativo de incendios forestales en Castilla y León realizó 1.530 intervenciones, de ellas, 811 han sido incendios forestales, 30 fuera de la Comunidad y en 689 ocasiones se ha actuado en incendios periurbanos o agrícolas, que aun no siendo competencia del operativo, siempre actúa en apoyo de las Administraciones responsables de su extinción.
La mayoría de los incendios ocurrieron en verano, con picos en agosto (207) y julio (179). Solo se registró un Gran Incendio Forestal, en Castrillo de los Polvazares (León), causado por negligencia, quemando 589 hectáreas (233 arboladas). La UME intervino en tres incendios: Alcañices, Castrillo de los Polvazares y Villagatón. En total, se declararon 23 niveles de gravedad según el Plan Infocal, por debajo del promedio del decenio (27), con 5 de nivel 2 y 18 de nivel 1.
Más provocados por rayos
En esta campaña, los incendios por causas naturales, principalmente rayos, aumentaron ligeramente al 10,6% (86 casos), mientras que los incendios intencionados disminuyeron al 52,4% (425 casos), por debajo de la media del decenio (55,1%). Los incendios por negligencias y accidentes se mantuvieron estables, representando el 28,96% (240 casos). El resto se debe a causas indeterminadas (6,41%) o reproducciones (0,99%).
León fue la provincia con más incendios (180), seguida de Burgos (111) y Ávila (103), mientras que León y Zamora registraron las mayores superficies forestal y arboladas afectadas. Los datos recogidos por Ical, subrayan la importancia de reforzar la concienciación ciudadana, respetar normas preventivas y colaborar en la investigación para sancionar incendios intencionados.
Operativo
Según explicó el consejero, la campaña de lucha contra incendios forestales de 2024 se ha caracterizado por una gestión integral que ha reforzado recursos humanos, materiales y tecnológicos, además de consolidar una estrategia preventiva, formativa y de sensibilización ciudadana.
En primer lugar, Suárez-Quiñones destacó que el personal operativo ha sido el gran protagonista, con un despliegue de 4.720 efectivos, de los cuales más del 71% pertenece al ámbito público. Este equipo, según destacó, se ha fortalecido mediante la creación de nuevas plazas para técnicos y operadores en los centros de mando, así como la ampliación de jornadas laborales para personal de vigilancia, extinción y prevención. La formación continua ha sido un pilar fundamental, con cursos especializados en gestión de incendios, prevención y habilidades psicosociales, destinados a mejorar la preparación del personal frente a escenarios de alta complejidad.
En cuanto a los recursos materiales, el consejero apuntó que se han desplegado 31 medios aéreos, más de 200 cuadrillas terrestres y helitransportadas, 360 autobombas, 40 bulldozers y 266 puestos y cámaras de vigilancia. Estas capacidades se han complementado con “importantes mejoras en infraestructuras”, como la construcción de nuevas bases para autobombas y la renovación de puntos de agua estratégicos, lo que asegura una cobertura eficiente en todo el territorio. Además, se ha apostado por la renovación de la flota de vehículos con fondos europeos, incluyendo la adquisición de 30 nuevas autobombas en 2023 y la planificación de 20 más para 2025.
El operativo también ha recibido respaldo externo en once ocasiones por parte de otras comunidades autónomas, como Aragón, Asturias, Galicia y Madrid, y del gobierno de Portugal en una intervención. Además, se ha contado con el apoyo de la Administración General del Estado, incluyendo efectivos del Miteco, la UME, Guardia Civil y Seprona, quienes han contribuido con vigilancia, seguridad y control de causas. Destacan 53 intervenciones de medios aéreos del Miteco y tres de la UME en incendios en León y Zamora.