La localidad leones de Velilla de la Reina vivió este domingo el día grande de carnaval con la celebración del Antruejo, una fiesta declarada de Interés Turístico Provincial y que viste las calles de ritos y antiguas tradiciones.

La jornada arrancó con una cencerrada por el pueblo antes de congregar a los asistentes en la plaza de la Veiga, donde comenzó exhibición de toros y guirrios. El desfile estuvo encabezado por las madamas, mujeres mayores ataviadas con el traje tradicional de la zona, seguidas de los guirrios, vestidos de blanco, con cencerros y abanicos multicolores, los enanos y la pareja de estilizados gigantes, así como una recreación de tareas domésticas o rurales.

Tras el desfile, el rito del arado dieron paso a la representación de la ‘obispada’, parodia religiosa recuperada este año que rememora la visita pastoral que el obispo o su representante hacía anualmente a la iglesia de la localidad para revistar el estado del templo y sus enseres y ornamentos.

La lectura del testamento del burro dio paso a la subasta de la vara de tocinos y a la degustación de las orejas, flores y fisuelos de carnaval antes del espectáculo pirotécnico y el toro de fuego que cerró unas celebraciones.

No obstante, la fiesta comenzó en la víspera, es decir, en la noche de ayer, sábado, con el bautismo de los guirrios menores del Antruejo de Velilla, seguido de un la representación de la cachiporrada y el encisnao por las calles de la localidad leonesa, con el acompañamiento de los dulzaineros de 'El filandón'. Por último, un finaldón de antruejo dio paso al encendido de una hoguera y una degustación de sopas de ajo y patatas asadas.

Las fotografías son de Campillo, de la Agencia ICAL.

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