Santo Potajero, lléname el puchero

Reparto de potaje en La Bañeza.

I.R.

Tradición, religión y fiesta se mezclan este miércoles en La Bañeza, localidad que celebra una de las procesiones más peculiares de la provincia, la del Santo Potajero, que este año tiene previsto repartir 3.000 raciones del típico guiso de garbanzos con arroz y bacalao.

El reparto de potaje se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales por la Cofradía de las Angustias y la Soledad y, aunque no se sabe cuándo comenzaron, se sospecha que fue allá por el siglo XVI, pareja a la creación de esta cofradía, cuando sus hermanos empezaron a distribuir comida entre los pobres de la zona. Probablemente entonces era el Jueves Santo -por el significado de la última cena-, pero la coincidencia de otros actos lo desplazó al día anterior, Miércoles Santo.

La jornada comienza a las nueve de la mañana en la capilla de las Angustias, donde se celebra la misa en honor del Santo. De ahí sale la procesión -recuperada hace 16 años- con el paso del Santo Potajero -Potajerín por sus 60 centímetros de altura- que es portado por niños y niñas de la Cofradía.

Tras el desfile, se reparten los números para recibir el potaje ya bendito que se distribuye en los recipientes que cada uno lleva hasta allí. Además del potaje y el bacalao, cada comensal recibe pan, una naranja y una pasta.

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