Dos peregrinos franceses haciendo el Camino de Santiago en bicicleta con perra a bordo

Dos peregrinos franceses hacen el Camino de Santiago junto a su perra

D. Álvarez / Agencia ICAL

Un viaje de dos años en bicicleta alrededor de Europa acompañados por su perra. Ésa fue la meta que hace un tiempo se marcaron Nicolas David y Adéline Guichard, un matrimonio francés que vive en Sainte Reine de Bretagne, un pequeño pueblo cerca de Nantes. Su periplo los lleva ahora a recorrer por primera vez el Camino de Santiago, una ruta de la que destacan la simpatía y amabilidad de los peregrinos y de la población local. “Siempre hay una palabra amable o un saludo cuando nos cruzamos con alguien”, valoran.

Toda esa simpatía que levantan a su paso tal vez tiene que ver con la curiosidad que despierta el pequeño vehículo que arrastran tras una de las bicicletas y en el que viaja cómodamente su inseparable amiga Praline, una palabra que hace alusión a una golosina similar a una almendra garrapiñada. “Praline viaja en un remolque adaptado para perros, pero no está todo el día metida en él, le dejamos que corra a nuestro lado para ejercitarse cuando no hay tráfico”, explica Nicolas.

Tras completar el recorrido hasta tierras bercianas, reconocen que esta experiencia permite a los peregrinos descubrir pequeños pueblos cargados de patrimonio histórico y religioso. “Hemos visto otra faceta de España que no conocíamos como turistas que se acercan a las costas”, reconocen. Compartir una comida con gente a la que acabas de conocer, intercambiar unas pocas palabras en diferentes idiomas o sobreponerse físicamente a la dureza de algunas partes del recorrido son otras de las experiencias que ambos atesoran tras su paso por la Ruta Jacobea.

En ese sentido, subrayan que “la única gran dificultad” que se les ha presentado a lo largo del Camino tiene que ver con el alojamiento, ya que la mayoría de hostales y albergues no admiten a perros, aunque esta tendencia comienza a invertirse en los últimos años. Desde principios de 2018, los compañeros caninos que consiguen llegar a Santiago junto a sus dueños pueden obtener la conocida como ‘perregrina’, una especie de Compostela Canina que reconoce simbólicamente el esfuerzo del animal.

Detrás de esta iniciativa está la Asociación Protectora de Animais do Camiño (Apaca), que pretende concienciar de este modo del creciente número de peregrinos que hacen el Camino de Santiago acompañados de sus mascotas para que los albergues faciliten el acceso a estos fieles compañeros peludos. Además, esta credencial no oficial también busca sensibilizar a los peregrinos contra el abandono de animales y su maltrato.

Siguiente parada: Portugal

La aventura de Nicolas y Adéline arrancó cuando ambos tomaron la decisión de dejar sus respectivos empleos. Él trabajaba como técnico itinerante, reparando motores y generadores. Ella era representante comercial de Verisur, una empresa de sistemas domésticos de seguridad. En la innegociable compañía de su más fiel amiga, su primer recorrido siguió los pasos de la Velodyssée, una ruta cicloturista de 1.200 kilómetros a lo largo de la costa atlántica gala, desde la Bretaña francesa hasta la frontera española.

Sus planes, una vez alcancen Santiago de Compostela, pasan por llegar hasta la costa para seguir en dirección al sur y recorrer toda la fachada oeste de Portugal. Desde allí, planean volver a entrar en territorio español para enganchar con otra ruta para bicicletas, la EuroVelo 8, que une Cádiz con Atenas a través de casi 6.000 kilómetros de recorrido por la costa mediterránea de España y Francia, el norte de Italia y los países balcánicos.

En la última parte de su viaje, pretenden tomar dirección norte desde tierras helenas para atravesar Bulgaria, Rumanía y Polonia, hasta alcanzar la península escandinava. De cara a las etapas finales, el matrimonio planea recorrer las islas británicas para conocer Inglaterra, Escocia e Irlanda antes de volver a su tierra de origen.

Etiquetas
stats