¡Palomas mensajeras a volar!
Costa abre la trampilla y una a una sus palomas echan el vuelo. Ha llegado la hora de la preparación física, un vuelo libre que realizan durante 40 minutos dos veces al día para entrenar su resistencia en vista a las carreras.
Un lenguaje especial entre Costa y sus más de 200 palomas mensajeras anuncia el final del entrenamiento. Para que regresen, su dueño las silva y ellas obedecen. Bajan el vuelo y, por la posición de su cuidador saben que es la hora de volver a casa y disfutar del grano.
¿Qué cuidados necesita una paloma mensajera?
José Fernando Costa, “portugués de León”, como a él mismo le gusta llamarse, explica que el cuidado esencial de una paloma mensajera radica en una higiene del 100%. “Hay que darle un baño todas las semanas, incluso existe un champú específico”.
Además, es necesario tener limpias las instalaciones; “ellas tienen que andar sobre unas rejillas y que los excrementos caigan a un depósito”, añade Costa. También aconseja limpiar los nidales.
En cuanto a la comida, hay que controlar si la paloma necesita “adelgazar o engordar”.
“Cuando deben volar largas distancias tienen que reponerse en grasas. Si se trata de una carrera de velocidad, la paloma tiene que tener la grasa justa para poder correr.
Entonces, hacemos mezclas de grano con más o menos grasa“, aclara el dueño del palomar. Por ejemplo, la cebada adelgaza y el trigo y el maíz engordan.
El pienso no debe estar siempre a su disposición, “solo cuando acaban de volar tienen su comida, no siendo que necesiten reponerse en grasas, que les das todo el día. Pero siempre tienen que tener agua.
Las palomas mensajeras tienen que estar desparasitadas. Se vacunan todos los años, una por una, con una aguja en el cuello. “Es necesario un certificado veterinario que la Guardia Civil exige cada vez que salimos con ellas”.
Otro de los cuidados que las palomas necesitan es tener a su disposición un tipo de piedra, el gri, una mezcla de ladrillo macizo machacado y concha del mar. “Son como sus dientes, con esas piedrillas machacan los granos”, comenta Costa.
“Son muy listas”, y también “se enfadan”. Se dejan coger por Costa dentro de las instalaciones, “pero no si están esquivas o si algo no les gusta, como cuando separo las parejas”, asegura.
Dedicación especial para los pichones
El cuidado de los pichones es muy importante para que la paloma salga hermosa. “Necesitan granos correspondientes para la cría, granos menuditos que la madre expulsa para la cría”. Los más apropiados: arroz, trigo, mijo de los periquitos, lenteja, “ellas lo buscan y elijen”.
Las palomas mensajeras se hacen independientes con un mes y medio de edad.
Una de sus mayores virtudes, y los que las dota de su nombre de mensajeras es su sentido del retorno.
“Cuando salen por primera vez a la calle ya siempre regresarán al mismo lugar”. “Si hay que trasladarlas debe hacerse antes de que salgan a la calle por primera vez, porque lo primero que hacen es observar el territorio con vuelos cortos hasta que se orientan”.
Las palomas comienzan a competir con 4 meses. Viven unos 18 años, y son capaces de recorrer 1.000 kilómetros al día con una media de unos 100-130 kilómetros a la hora.
Una de las anécdotas que Costa recuerda orgulloso: “Doné una paloma mensajera de 12 años en Portugal, se les escapó y volvió para León”.
Este sábado, las palomas de Costa luchan por una nueva carrera. Han sido soltadas en Fuentes de Oñoro, cerca de la frontera con Portugal. La suerte está echada, palomas a volar!!