Los diputados electos más famosos de la provincia de León

Diputados electos en1931 en la circunscripción de León.

León ha sido tierra de muchos grandes hombres en España. Y en cuestión de representatividad del pueblo se jacta de ser Cuna del Parlamentarismo europeo y mundial. A lo largo de los siglos, varios leoneses han formado parte de las decisiones de España, y muchos de ellos en lo más alto, ya que entre ellos ha habido varios presidentes del Gobierno de España. El diputado leonés más famoso de la actual democracia es, sin duda, José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó a ser presidente del Gobierno entre 2004 y 2011. Relación con León tuvo su sucesor, Mariano Rajoy (que no fue diputado por esta circunscripción), que estudió en la capital leonesa de pequeño.

¿Pero antes de la democracia del 78, cuáles fueron los más famosos diputados electos por la provincia de León? Entre ellos, entre 1810 y 1936, dos presidentes del Gobierno y hasta un presidente del Consejo de Ministros de la Segunda República en el exilio.

Para dirigir el gran volumen de negocio de la familia leonesa Gómez Álvarez Carballo, ésta contrató los servicios de un joven abogado gallego residente en Madrid llamado Eduardo Dato, quien a su vez estaba muy relacionado con la casa de banca de origen alemán Rothschild, que había emparentado en España con la familia de origen navarro Fagoaga y Dutari. Joaquín de Fagoaga, Santiago Alonso Cordero el Maragato, Pedro Álvarez Carballo, Eduardo Dato, Secundino Gómez, el marqués de Salamanca y otros altísimos emprendedores y especuladores madrileños, junto a la Banca leonesa Viuda de Salinas, mantenían estrechísimas y cordiales relaciones en Madrid secundadas por prósperos y comunes negocios e inversiones de todo tipo, tanto en León como en la capital del Reino.

Eduardo Dato intervino directamente en la testamentaría del barón de Rothschild en París, una fortuna que ascendía a mil millones de francos. Cuando la familia Rothchild le pidió la minuta, Eduardo Dato presentó una factura de 250.000 pesetas, pero la familia de origen alemán le cuadriplicó la cantidad a recibir (con un cheque de un millón de pesetas).

Mucho deben todas las asociaciones benéficas leonesas como el Monte de Piedad y Caja de Ahorros a Eduardo Dato y a Secundino Gómez. Sobre las donaciones a todo este tipo de asociaciones benéficas (cocinas económicas, Casa de la Caridad, bibliotecas populares, colonias de vacaciones para niños…) no tenemos más que repasar la prensa de la época para comprobar las cantidades entregadas por Secundino Gómez –dueño del palacio del Conde de Luna hasta la última casa de toda esa alineación, hoy calle Regidores–, cerca de la confluencia con la calle Ancha (en esos días llamada calle de San Marcelo). La familia Gómez Álvarez Carballo tenía de administrador plenipotenciario a Eduardo Dato desde 1878, a quien entregaron la representación política de su distrito electoral de Murias de Paredes (el más extenso de los distritos leoneses).

Dato estuvo en las Cortes durante treinta años seguidos, mientras vivió Secundino Gómez. Eduardo Dato desempeñó muchas veces carteras ministeriales, la presidencia del Congreso y del Senado y la presidencia del Gobierno en varias coyunturas políticas, hasta su vil asesinato por unos anarquistas en 1921. En el domicilio en León de Secundino Gómez (en la plaza del Conde) se conserva la habitación que siempre ocupó Eduardo Dato en sus visitas a nuestra ciudad. En sus estancias en la montaña residía en las propiedades de los Gómez Álvarez Carballo.

Fue Secundino Gómez (cuñado de Pedro Álvarez Carballo) quien tomó el relevo en el mantenimiento del patrimonio de la familia y se hizo mentor político de Eduardo Dato Iradier, convirtiendo a este en diputado a Cortes por el distrito de Murias de Paredes en reiteradas ocasiones, desde 1884 (con un paréntesis de 1886 hasta 1890) hasta 1915. Dato, además, llegó a ser alcalde de Madrid, presidente del Congreso de los Diputados, varias veces ministro, etcétera hasta ser asesinado por los anarquistas en 1921, cuando presidía el Gobierno de España. Dato fue uno de los inspiradores del Estatuto de Neutralidad del Reino de España en la Primera Guerra Mundial.

Diputados por León en el siglo XIX

Retrocediendo al origen del parlamentarismo español, en 1810 las elecciones a diputados a Cortes reunieron en la casa de Cathalina Antonia de Cuenllas, bisabuela de Secundino Gómez y viuda de Fernando Gómez Buelta, a una serie de leoneses, donde se les nominó para presentarse a dicha elección. Entre ellos, el brigadier de la Real Armada José Valdés Flórez y Patricio Álvarez del Campillo. El leonés de Vidanes Luis de Sosa y Tovar, diputado por León en la Junta Soberana de la Nación de 1810, en plena guerra contra los franceses, fue otro de los nominados para sentarse en las Cortes (como así sucedió).

El segundo diputado más famoso fue Felipe Sierra Pambley. Nacido en San Miguel de Laciana en 1774, fue un jurista y político español, secretario de Estado y del Despacho Universal de Hacienda desde el 28 de febrero hasta el 5 de agosto de 1822 y ministro interino de Guerra, durante el Trienio Liberal. Consejero de Estado Honorario en 1823, participó en el Legislativo como diputado a Cortes por la circunscripción de León entre 1820 y 1822. Es el patriarca de la filantrópica familia de la Fundación Sierra-Pambley de León.

Patricio Álvarez Quirós, Gabriel Balbuena el Zorro, García Prieto, Gullón, Merino, Quiñones de León, Saavedra, Azcárate, Molleda, González Regueral, Sánchez Arriola y Sierra Pambley son solo algunos de los apellidos leoneses cuyas estirpes han dado diputados durante varias generaciones. 

De modesto origen era Manuel García Prieto, pero llegó a lo más alto en la política de la Restauración. Salió de su pueblo para cursar estudios, obteniendo muy joven su licenciatura en Derecho. En 1888, fue elegido diputado a Cortes, por el distrito de Astorga, como años antes lo había sido su padre y pasó por varios gobiernos en diversos ministerios hasta que fue nombrado presidente del Consejo de Ministros en varias ocasiones: entre 1917 y 1918 (sustituyendo precisamente a Eduardo Dato); y 1922 hasta septiembre de 1923, en que presidía el Gobierno, cuando se produjo el golpe de Estado de Primo de Rivera.

En el archivo de la banca Fernández-Llamazares se conservan cientos de cartas inéditas de todos estos diputados utilizando el papel del Congreso para realizar y dar órdenes a la banca Fernández-Llamazares sobre todo tipo de negocios particulares.

¿Quiénes eran estos diputados y a qué se dedicaban? Si una característica común les unía –al menos en el siglo XIX y XX, hasta la llegada de la Segunda República– es que eran propietarios, e incluso algunos de ellos los podemos calificar de terratenientes, quienes además imponían a sus representantes políticos, como hemos visto en el caso de Eduardo Dato. Dedicados o no en exclusividad al mantenimiento de su patrimonio, lo cierto es que, generalizando, muchos de ellos eran abogados (ejercieran o no), ingenieros (Salustio González Regueral), industriales (Fernando Merino Villarino), banqueros (Mariano Andrés Lescún), embajadores (el marqués de Montevirgen y más tarde su nieto José María Quiñones de León lo fue en París, o Pablo de Azcárate Flórez en Londres, representante del Frente Popular, sobrino de Gumersindo de Azcárate y nieto de Patricio de Azcárate).

Precisamente su tío, Gumersindo de Azcárate, fue otro de los grandes diputados leoneses, por ser el impulsor de la Ley de Represión de la Usura, de 1908 y que aún hoy sigue vigente. De ideología republicana desde 1873, este miembro de la estirpe Azcárate fue elegido en 1886, por primera vez diputado por León; circunscripción a la que seguirá representando hasta las elecciones de 1917, año de su muerte.

Los representantes leoneses en su mayor parte propietarios, sencillamente se ocupaban en mantener sus actividades particulares. O bien terminaron siendo altos cargos, como el siguiente protagonisa, Fernando González Regueral, diputado por León en el partido judicial de Sahagún de 1896 a 1898 que fue gobernador civil en Navarra, Teruel, Soria, Logroño en dos ocasiones, Lugo, Castellón en dos ocasiones, Álava y Vizcaya. Pero se le recuerda fundamentalmente por su asesinato a tiros en León en 1923 en la misma calle que hoy lleva su nombre.

En 1890 se había restablecido en España (gobierno de Sagasta) el sufragio universal masculino. Llamado en su momento “Sufragio Universal”, se reconoció en la Constitución de 1869 y quedó definitivamente establecido en 1890. Esto no cambiaría hasta 1933, que pudieran votar sólo los hombres, pese a un intento de voto femenino en el Estatuto Municipal de 1924 durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Diputados (y diputada) de la Segunda República

El sufragio femenino se ejerce por primera vez en las Elecciones de 1933 (Segunda República), uno de los primeros reconocimientos de sufragio de la mujer en el mundo occidental. León aportó al Congreso (1933) una diputada llamada Francisca Bohigas Gavilanes, una de las nueve únicas mujeres que consiguieron escaño entre los más de mil varones diputados que hubo durante el período de la Segunda República española (1931-1936). Félix Gordón Ordás (que fuera después presidente del Consejo de Ministros de la Segunda República en el exilio), Alfredo Nistal, Justino de Azcárate Flórez o Miguel Castaño fueron algunos de los diputados leoneses electos hasta la llegada de la guerra y el franquismo. Otro diputado famoso fue el filósofo José Ortega y Gasset también representando a León en 1931.

Por cierto, Pablo de Azcárate, estrechamente vinculado con León, llegó en septiembre de 1936 como embajador a Londres. Winston Churchill, en un discurso pronunciado en noviembre de 1936 en la Cámara de los Comunes, acusó a Rusia del estallido de la guerra civil española. Pablo de Azcárate, en sus memorias, rememora el intento de estrechar la mano a Churchill en un banquete en Londres: “Churchill declaró que no quería tener relación alguna conmigo y se alejó murmurando: ”¡Sangre, sangre…!“. Pablo de Azcárate era el representante del Frente Popular en Inglaterra…

Uno de los diputados sin patrimonio, Gordón Ordás (al igual que los socialistas Alfredo Nistal y el alcalde Miguel Castaño), según Josep Pla, “era un orador elefanciaco y sin límites”. Sobre la tensión vivida en el Parlamento español, Pla asegura que “lo que han dicho los socialistas de los radicales de Gordón, y los radicales a los socialistas, no se puede reproducir por ofender a los oídos. Estas escenas en el Congreso hacen dudar, con fundamento, de la posibilidad que este régimen subsista con la concentrada pasión que hay entre los partidos y las dificultades que encuentra la convivencia general en España”. Mal augurio de Josep Pla que tristemente se consumó…

Después de la Segunda República y la Guerra Civil, en la España franquista la participación de los ciudadanos en las decisiones políticas se articuló a través de la llamada 'Democracia Orgánica', sistema por el que la representación de los individuos quedó postergada en favor de las denominadas “entidades naturales”: la familia, el municipio y el sindicato. El temor de Franco a los partidos políticos y su sistema electoral durante la Segunda República, en lo que él consideraba habían provocado la destrucción de España, le llevó a la sustitución de la idea de partido por la de 'Órgano'. Franco convocaría dos referéndums en 1947 y 1966, pero de esas consultas populares ya no salían diputados electos…

Tocará relatarlo en otra ocasión.

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