Consejos de expertos leoneses para cuidarse este verano... y siempre
La llegada del calor trae consigo más que sol y ganas de escaparse al pueblo una larga temporada. Implica, para muchos y muchas, poner a punto el cuerpo tras el letargo del invierno, que parece que este año ha durado más de la cuenta. Y en esa misión, los consejos de quienes trabajan todo el año por tu bienestar hay que ponerlos en valor y, sobre todo, seguir a pies juntillas.
Los pies al aire
En la nueva ubicación de Uñas Express de Virginia Jaular, en la calle Colón, desde hace nueve años saben bien cómo nos afectan las altas temperaturas. “De cara al verano, lo que más se demandan son los pies. Aunque siempre tenemos nuestra clientela fiel que vienen cada tres semanas para retocarse las uñas permanentes”, explica la propietaria. La pedicura pasa de ser un lujo a una necesidad. “Es muy importante de cara al verano para llevar un pie bonito y bien hidratarlo bien. Un pie con una sandalia de mujer tiene que estar perfecto”, apunta Virginia. De hecho, para quien ha perdido uña por golpe o enfermedad, también hay solución: “Recomponemos las uñas de los dedos gordos, y te queda perfecta”, asegura. Pero no se trata sólo de estética: la belleza requiere más que barniz, es salud y autoestima.
El cabello al viento
En la Peluquería Carlos Bastián, con más de 20 años de experiencia en León, se respira otro aire veraniego. “Recomendamos una visita al peluquero antes del verano, ya que los rayos estropean mucho el cabello”, nos dice Carlos. Las claves: protección solar para el pelo y enjuague tras cada chapuzón, especialmente en piscina. “Otra visita obligada al finalizar el verano para hacer un tratamiento de hidratación”, recuerda, como si de una ITV capilar se tratara.
El cuerpo en movimiento
En Vivagym, con tres centros en la provincia de León y uno más a punto de abrir en Ponferrada, lo tienen claro: el deporte no debe limitarse a la temida “operación bikini”. Como sentencia Fidel de Dios, su área manager, “en tres meses no hay milagros”. La tendencia va hacia integrar el ejercicio físico como un hábito de vida, no como una obligación estacional. Por eso, en verano lo importante es adaptarse sin parar: cambiar rutinas por senderismo, bici o entrenamientos cortos al aire libre, sin perder de vista la hidratación y evitando las horas de más calor. Más allá de los músculos, Vivagym recuerda que el deporte es también salud mental y autoestima. No se trata sólo de verse bien, sino de sentirse bien y mantener el equilibrio emocional. En palabras de Fidel: “El movimiento es vida”. Porque cuidarse no es cosa sólo del verano: es una inversión diaria en bienestar.
La alimentación adecuada
En el campo de la alimentación, Pricila Farias, nutricionista integrativa, propone una ruta clara para quienes buscan ligereza y salud veraniega. Su mantra: “Desinflamar, desintoxicar y devolver energía”. ¿Cómo? Con claves prácticas: proteínas en cada comida (desayuno, comida y cena); hidratación adecuada (30 ml de agua por kilo de peso); cenar 3 horas antes de dormir y consumir frutas cítricas y rojas, verduras de temporada. Además de asesorar a mujeres de entre 30 y 55 años (su clientela más fiel), cada pauta se adapta a dolencias, metabolismo y rutinas individuales. Nada de dietas milagro, sí a escuchar el cuerpo y sus ritmos.
Cuidarse va más allá del verano
Desde el Centro Matía, fundado en 2005, Ruth Fernández Matía, directora y psicóloga sanitaria, pone el foco en algo que a menudo olvidamos cuando pensamos en verano: que cuidarse no debería ser una respuesta al calor ni a la ropa ligera, sino una forma de vida. “Desde la psicología se entiende el autocuidado como una parte esencial del bienestar emocional”, comienza Ruth, quien ve cómo muchas personas se ponen las pilas justo antes de las vacaciones. “Cuando solo nos cuidamos por una meta externa o estética, corres el riesgo de frustrarte, de compararte constantemente y de poner tu autoestima en manos de un espejo o del juicio ajeno”, asegura.
Su consejo profesional es que cuidarse por dentro es más valioso que cualquier cambio físico visible. Y la clave está en la constancia. “No hace falta hacer grandes cosas ni seguir dietas milagrosas, basta con hábitos pequeños pero sostenidos en el tiempo”, subraya. Caminar, comer con conciencia, aprender a decir “no” sin culpa, dormir bien, mover el cuerpo… Cada hábito cotidiano construye una base emocional sólida. “Te sientes más segura, más en equilibrio, con mayor control de tu vida y más energía para enfrentar lo que venga”, reflexiona con conocimiento de causa. Ruth lo resume en una frase: “Tu bienestar no es estacional, es tuyo y eso hay que cultivarlo todos los días”. Porque al final, el cuerpo y la mente merecen atención los 12 meses del año, no sólo cuando nos quitamos el abrigo.
Cuidarse, insiste, no es una moda ni una imposición, sino “un acto de amor propio”. Y ese amor no entiende de estaciones. Es el denominador común entre todos estos profesionales. El verano es una excusa perfecta para cuidarnos, pero no debe ser la única razón. Como nos dice Fidel: “¿Qué sentido tiene hacer 4-6 meses de deporte y parar hasta las navidades?”. La constancia gana la carrera al sprint estacional.