El puente medieval de Cea se cae a cachos
Uno de los más rubustos, antiguos y llamativos, por su longitud, puentes de origen medieval de la provincia de León, el que preside el acceso a la localidad de Cea, presenta estos días un aspecto desolador. Numerosas y pesadas piedras que forman parte de su petril que se han venido abajo y permanecen tiradas a sus pies en una zona de la ribera del río.
La estampa es muy llamativa y al mismo tiempo enigmática porque, a pesar de que el grave desprendimiento se ha producido hace semanas, nadie sabe muy bien si el desprendimiento se ha producido de manera natural o bien se ha podido producir un accidente en el que un fuerte golpe hiciera caer los sillares.
El caso es que el petril deja ver claramente la 'herida' producida sobre la superficie de la calzada del viaducto y las piedras desprendidas permanecen tiradas a los pies del puente sobre el lecho seco del río Cea que da nombre a la localidad y al Ayuntamiento.
Este puente, que aunque los vecinos lo mencionen a veces como 'romano' tiene un origen medieval, actualmente sirve para que sobre él transcurra la carretera local CV-163, que comienza justo aquí, de modo que el puente sirve de enlace con la carretera provincial LE-232, propiedad de la Diputación de León, carretera que une las poblaciones de Puente Almuhey con Sahagún, en la comarca de Tierra de Campos.
No se trata de un monumento protegido ni catalogado pero de indiscutible valor patrimonial e histórico, ya que a pesar de la falta de documentación histórica específica sobre su origen, se da por cierto que pudo ser paralelo al castillo que corona la localidad, del que permanecen a la vista algunos de sus restos y que como mínimo tiene un claro origen medieval, o incluso anterior, dándose por hecho la trascendencia de este paso sobre un río Cea que siempre ha tendido a importantes crecidas y que en los siglos XI o XII ya suponía un baluarte tras el asentamiento del Monasterio Real de San Benito ubicado en Sahagún.
De ahí su amplia longitud de 102 metros, que se distribuyen en ocho 'ojos' en forma de bóveda de cañón. Es sobre uno de esos 'ojos' en el que se ha producido el desprendimiento, el cual, por la disposición del lugar, al menos no parece haber supuesto un peligro para que al caer las grandes piedras pudieran haber causado algún herido.
