El perro del alcalde de Matallana de Torío aparece muerto en la piscina municipal, con apariencia de “venganza política”

Pol, el perro carea del alcalde que apareció muerto en la piscina del municipio.

El pasado jueves saltó por la noche la alarma instalada en la piscina municipal de la localidad de Matallana de Torío. Una inspección rutinaria no dejó entrever nada anormal y se tomó como un fallo del sistema. Pero el alcalde de este pueblo leonés, José 'Pepe' García, recibía ayer sábado otra llamada más desagradable: su perro y el de su familia, Pol, un joven de raza carea, había aparecido muerto, flotando en el agua de la piscina.

Este es el relato que el regidor, compungido aún por la desaparición de “un gran amigo”, hizo ayer mismo a la Guardia Civil, ante la que este lunes interpondrá la correspondiente denuncia. Porque si algo tiene claro es que “todo el mundo sabía que Pol era el perro del alcalde y los hechos a mi me hacen pensar que esto es por una venganza, una venganza política; y que quien haya sido lo sepa: Iré hasta el final, mi familia y yo tenemos que saber quién y por qué lo ha hecho”.

El animal llevaba “diez días desaparecido”, algo que le preocupaba pero “tiendes a pensar en algo normal, como que haya ido a 'buscar novia”. Sin embargo, ayer su cuerpo sin vida flotaba a medio envolver en un plástico sobre el agua fría y sucia de la piscina en esta época y todo cambió. “La valla no está forzada, pero tiene sólo metro y medio de altura y se salta bien, así que ahora lo primero que haremos será revisar las cámaras de seguridad a ver si hay suerte”, explica.

“Una cosa así es lo último que se te ocurre pensar, la verdad, porque te preguntas ¿qué daño habrá hecho el perro, que iba conmigo a todas partes, con mi mujer, con mis hijas... un animal cariñoso, inteligente, un fiel amigo”, le rememora, admitiendo sin ambages que “es un mazado, un mazado para toda la familia, después de acompañarnos siete años”.

“El número de sospechosos se reduce mucho”

Si, como sospecha y se teme, alguien ha pretendido causarle este daño por alguna desavenencia política en razón de su cargo como alcalde del PSOE, es consciente de que “el número de sospechosos en un pueblo como este se reduce mucho, y siempre hay alguien que ve algo”, así que al menos confía en que la investigación llevará a buen puerto. Nadie le devolverá la vida a Pol. Pero quien hiciera “esta atrocidad” tendría en tal caso su merecido. Es lo poco que hoy, un día después de la triste noticia, consuela a Pepe García.

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