La lucha de los vecinos del Órbigo para conservar el riego de sus huertos urbanos
Los pueblos de la comarca leonesa de la Ribera del Órbigo, con su cultura y sociedad profundamente anclada en el curso del río que la atraviesa y por el que llevan su nombre, se quedarán sin regadío dentro de los pueblos, después de la última modernización que plantea la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que afectaría a los huertos de los vecinos y a los molinos ubicados en suelo urbano.
Un grupo de vecinos de los pueblos de Benavides, San Feliz, Villares, Hospital de Órbigo, Villarejo y Veguellina se han movilizado contra la CHD, en una pelea de David contra Goliat, para evitar que el proceso siga adelante. Para ello, se encuentran en proceso de crear la Asociación para la Defensa y Conservación de Riegos de Huerto y Patrimonio Hídrico, que se encargará de acordar un plan de acción para tratar de evitar que les retiren el riego de los pueblos.
“No estamos en contra de la modernización, creemos que es necesaria pero también compatible con que permanezca el riego en los pueblos. Para algo que tenemos en esta comarca y nos lo quitan...”, se lamenta uno de los 180 integrantes de la asociación que se han unido en apenas una semana, Francisco Catalán.
La modernización no afecta a agricultores, cuyos terrenos están catalogados como suelo rústico y que se encuentran amparados por el plan de riego de la Confederación, sino a los vecinos, la gran mayoría de ellos personas mayores, que han crecido llevando sus huertos y que entienden su trabajo en ellos como su única forma de ocio y socialización: “La gente mayor se entretiene con sus huertas, y además de mantenerse ocupados luego pueden llevar sus cultivos a otros vecinos. Es una forma histórica de mantener las relaciones y si desaparece puede afectar muchísimo a su salud mental. Además, nos llenamos la boca con repoblar los pueblos pero yo vengo a este pueblo porque tengo la opción de tener un huerto, entre muchas otras cosas, y si me quitan eso me quedo mejor en la ciudad”, comenta Catalán.
Francisco Catalán: Es una forma histórica de mantener las relaciones y si desaparece puede afectar muchísimo a su salud mental.
La Ribera del Órbigo es una comarca con un protagonismo excepcional del agua, con un sistema de riego histórico, con su origen en la Edad Media, con construcciones tan antiguas como la Presa Cerrajera, que se remonta a principios del siglo XIV.
Los regantes rechazan tomar cartas en el asunto
“No nos han pedido que hagamos nada ni lo vamos a hacer. Les apoyaremos en lo que necesiten pero no vamos a llevar nosotros este tema, no podemos ir en contra de los intereses de los regantes, que son para quien tenemos el deber de trabajar, por mucha pena que nos dé”, afirma la secretaria de la Comunidad de Regantes de Presa de la Tierra, Laura Carrera, cuando se le pregunta por la Asociación y el reclamo de los vecinos.
No podemos ir en contra de los intereses de los regantes, que son para quien tenemos el deber de trabajar, por mucha pena que nos dé, dice Laura Carrera.
La Comunidad de Regantes y la Asociación han mantenido reuniones, sobre las que la Comunidad deja claro que han mostrado interés sobre sus reclamaciones y que comprenden los prejuicios que sufrirán los vecinos con la nueva modernización pero afirman que su deber es con los regantes y que deben mantenerse al margen.
“Nos hemos interesado sobre este tema, nosotros hemos propuesto a la CHD que se mantenga el caudal ecológico para que, al menos, los pueblos vean correr el agua por el casco urbano, como es tradición en el Órbigo, y que se mantengan las infraestructuras. Es decisión de la CHD concederlo o no, pero nosotros no podemos hacer más”, insiste Carrera, “La Asociación nos acusa de conformistas, pero nosotros solo podemos acatar la ley”.
La Comunidad de Regantes argumenta que esta modernización fue votada en 2021, y en sentido favorable, en una junta general de regantes, pero en ese tipo de reuniones los vecinos, quienes se ven afectados por la exclusión de riego en suelo urbano, no tuvieron ni tienen representación.
Una de las opciones que la Comunidad de Regantes ha transmitido a la Asociación es la de aprovechar la existencia del caudal ecológico, del que no se puede obtener agua para regar, para pedir una concesión que aumente la candidad de agua que discurre por el mismo y que de esa forma sí puedan utilizarlo para sus huertos: “Pero eso es algo que tienen que hacer ellos, los regantes no van a pagar esa concesión. ¿Cómo le cobras a un agricultor un dinero por ver pasar el agua por el pueblo?”, se pregunta Carrera.
Los vecinos solo acaban de empezar a luchar. El viernes 12 de agosto tuvo lugar una reunión para formar su hoja de ruta y con la mirada puesta en las próximas negociaciones con la Comunidad de Regantes, los ayuntamientos de la zona y la CHD que, a pesar de ser preguntada al respecto por ILEÓN, no ha respondido sobre lo que sucederá con las infraestructuras de las presas de la zona y si permitirán que el caudal ecológico permanezca en suelo urbano y las huertas domésticas se puedan regar como desde hace siglos.