La autovía León-Benavente en obras embotella a cientos de conductores

Cientos de turismos con matrícula francesa camino del norte de África confluían hoy en el único carril que une las autovías A-66, A-231 de Burgos y el Acceso Sur LE-11 de León.

Este primer fin de semana de agosto la autovía A-66 en el tramo León-Benavente se ha convertido en un cuello de botella que ha provocado abundantes retenciones de tráfico con motivo de las obras de reposición del firme que viene ejecutando el Ministerio de Fomento.

A lo largo de buena parte de este sábado, a este punto en el que confluye la autovía León-Burgos A-231 con la León-Benavente ha sido el escenario de constantes embotellamientos en los que confluían cientos de conductores.

El principal motivo, junto al corte de los dos carriles sentido León en los que está prohibida la circulación a lo largo de unos ocho kilómetros, ha sido la masiva afluencia de conductores procedentes de Francia y con destino a Marruecos, los cuales desde Burgos emplean la autovía Ruta de la Plata para bajar al sur de España y allí embarcar hacia el norte de África.

Un trayecto que todos los años se ve saturado en esta época del año pero que en esta ocasión se ha complicado aún más justo en el punto en el que ambas autovías se unen. En no pocos momentos del día, ese punto en el que también concluye el acceso sur de León A-11 a la altura de Antimio de Abajo ha visto cómo el tráfico se paralizaba casi por completo con largas colas de coches que pacientemente esperaban para hacer una única fila en el carril sentido Benavente, justo donde el tráfico de ida y vuelta permanece cortado, obligando a circular a los de ambos sentidos por ese único carril.

El embotellamiento se aliviaba pasado el cruce de la A-66 hacia Valdevimbre, donde la restricción de tráfico llega ahora a su fin y regresa la doble vía de la autovía.

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