Rajoy recompensará la fidelidad de Castilla y León

Los populares celebran su victoria en San Marcos la noche del 20N.

J. M. López

Mariano Rajoy, y cuantos le precedieron en las intervenciones de campaña, ha echando mano en cuantas ocasiones pudo de Castilla y León para exponer como ejemplo claro de una acertada gestión de los fondos públicos, con menos déficit y paro que en otras comunidades y con un gasto bastante ajustado a los límites marcados. Un modelo que sería exportable a la gestión nacional. No han sido gestos a la galería, sino una forma clara de agradecer la fidelidad y el crecimiento en una Comunidad que no le ha dado ni el más mínimo quebradero de cabeza.

Los primeros que suenan desde hace tiempo como posibles cargos públicos del primer gobierno presidido por Mariano Rajoy son Juan Vicente Herrera e Isabel Carrasco. El nombre del presidente de la Comunidad ya está en el candelero desde el verano como posible ministro, una circunstancia que ya se produjo a principios de este tercer milenio.

El entonces presidente Juan José Lucas vio cumplido su sueño de formar parte del Gabinete de José María Aznar como ministro de la Presidencia, cargo que asumió el 27 de febrero de 2002 y abandonó en abril de 2004, poco antes de la irrupción en la escena política nacional de José Luis Rodríguez Zapatero.

Si finalmente Juan Vicente Herrera se convierte en el segundo presidente de Castilla y León que alcanza la cartera de ministro, su cambio de residencia propiciaría el posible ascenso del consejero de Fomento Antonio Silván: pero no sería el único posible. El alcalde salmantino Alfonso Fernández Mañueco también está bien posicionado y, más como un deseo que como una posibilidad, la consejera de Agricultura Silvia Clemente podría entrar en esta lista, a la que se añadirían otros nombres, si finalmente Juan Vicente Herrera resulta elegido.

Isabel Carrasco podría asumir un cargo de alto rango aunque no se localizaría en una cartera ministerial. También viene avalada por los resultados incuestionables en las elecciones locales y regional y en las generales de este domingo. La salida de Carrasco del escenario político podría propiciar el ascenso del alcalde Emilio Gutiérrez a la sucesión, la persona de mayor confianza de la actual presidenta del PP leonés. La propia interesada ha querido jugar en las últimas horas a un si pero no o tal vez no sé. Ha dicho que no le gusta Madrid pero casi con la misma sutileza que añadió a lo mejor Rajoy me llama. En León a muchos simpatizantes y a algunos altos cargos o ex altos cargos, les gustaría este cambio de aires de Isabel Carrasco, lo que propiciaría el consenso de una nueva dirección que devuelva al primer plano de la actividad política orgánica a nombres de peso que no comulgan con la actual dirección, y menos aún con la presidenta. Y sobre todo que genere el consenso ahora roto en pequeños grupos que no se atreven a plantar cara. Y menos ahora.

Alfredo Prada y Enrique López son valores al alza del PP leonés, con muy buena mano en Madrid, y ambos podrían convertirse en miembros del nuevo gobierno. El juez leonés encajaría en la cartera de Justicia y Alfredo Prada no desentonaría, dado su experiencia en la Comunidad de Madrid, en el Ministerio del Interior, aunque sin cartera pero con mucha responsabilidad. Por otra parte Baudilio Tomé cuenta con el apoyo de Génova aunque es de todos el menos conocido en su propia tierra, dado que en las anteriores elecciones y por razones de estrategia, concurrió por la demarcación de Zaragoza.

Otro de los nombres que no ha dejado de sonar es el de Mario Amilivia. El ex alcalde de León está mucho mejor valorado en Madrid que en su tierra y sus principales detractores están en el partido que él mismo presidió durante una década en dos etapas, de 1986 a 1989 y desde 1993 a 2000. A Mario Amilivia se le sitúa en estas quinielas de probables como sucesor de Miguel Martínez al frente de la Red Nacional de Paradores.

Pero diversos altos cargos de la dirección nacional y algunos foros del PP leonés estiman que Mario Amilivia tiene aún recorrido político en cargos de más enjundia, como, por ejemplo, es el caso de la representación del Estado en Castilla y León, responsabilidad que aún detenta hasta el traspaso de poderes Miguel Alejo quien, como portavoz municipal socialista, pleiteó, dialécticamente hablando, en numerosas ocasiones con Amilivia, en pleno apogeo del fenómeno de la UPL con José María de Francisco al frente.

Ahora la pelota está en el tejado del PP que deberá elegir entre éstos y otros tantos nombres que periódicamente se irán añadiendo a la lista; el problema como suele resumirlo la presidenta Isabel Carrasco en petit comité es que tal vez haya demasiados indios para tan pocos caballos“.

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