Silvia Franco: “La minería tiene futuro, claro; el quid está en conseguir precios más competitivos”

Silvia Franco senadora PP León

j m lópez

Silvia Franco, (Carracedelo, 1969) es licenciada en derecho y lleva la política en el código genético. Su padre, Berlarmino Franco, (ya fallecido) fue el primer alcalde de la reciente democracia en este paraje incrustado en el corazón agrícola del Bierzo. Opositó al Cuerpo Superior de la Administración y una vez conseguida la plaza trabajó en Palencia y Valladolid, antes asumir la dirección de la Delegación Territorial en la Comarca, en 2008. Su predecesor Fidel Cerezales vaticinó, a modo de broma, su futuro inmediato, “esta es la antesala del Senado”. Y los pronósticos se hicieron realidad en 2011.

La minería tiene futuro, claro, pero para ello deberán culminarse todos los procesos de reestructuración para conseguir una minería sobre todo de exterior y con unos precios competitivos. No obstante, reconoce que es como un puzzle en el que hay que encajar muchas piezas e insiste en que el problema con el grupo Alonso es un asunto de legalidad. Es madre de dos hijos, a los que les dedica todo el escaso tiempo que la Cámara Alta le permite.

El PSOE entiende que la culpa de lo que pasa en la minería la tiene el PP.

La labor que hace la oposición es esa, estar siempre en la crítica permanente, pero hay que introducir racionalidad en la cuestión, porque la verdad es que es el asunto más grave que tiene hoy día la provincia de León. Hay un problema general en todo el país que es el desempleo, que es lo más grave, aparte de la crisis económica, pero la parte social es lo que más preocupa, con las altas tasas de desempleo que hay.

A partir del incidente del casco parece que en el Senado suena con más frecuencia el problema de la minería. El PSOE dice que el sector está a punto de derrumbarse, que no hay intención de salvarle.

La situación es cierto, es muy complicada. Se ha normalizado en parte de la minería privada, pero hay otra que no y, además, es precisamente la principal empresa del país, el grupo Alonso que está asentada en la comarca en la que yo vivo, el Bierzo y Laciana. Es una situación muy cercana a todos. Aquí habría que deslindar lo que es el futuro de toda la minería y ahí yo si que discrepo. Así como al principio de la legislatura la actitud del gobierno era de, bueno el anterior gobierno cerró o fijó como cierre del minería el 2018 y si no todas tendrían que devolver la ayudas para seguir en la brecha; era el mensaje inicial que oíamos permanentemente. Sin embargo luego ha habido un cambio de actitud y todos hemos trabajado intensamente, tanto desde la Junta como los parlamentarios nacionales y desde nuestros propios alcaldes en Armi y Acom para que se garantice un futuro más allá de 2018.

Hay que acelerar un proceso de reestructuración y conseguir que sea rentable, incluso antes de 2018

Pero es un sector estratégico o no.

Es verdad que es un sector estratégico nacional y que se debe preservar. Es cierto que el propio Gobierno, y yo se lo he escuchado al ministro y al secretario de Estado, quiere buscar el futuro de la minería más allá de esa fecha, pero hay que acelerar un proceso de reestructuración y conseguir que sea rentable, incluso antes del 2018. Hay que negociar con Bruselas y ya sabemos que será complicado. Por es un paso fundamental. Por tanto no hay ninguna actitud para acabar con el sector de la minería sino de conseguir mantenerla más allá de 2018 y que se incorpore definitivamente al sector energético español y tenga futuro y viabilidad, pero siempre una minería que sea rentable y que deje de depender de las ayudas públicas.

Es una situación no obstante muy compleja.

Si, es una situación muy compleja porque entran en juego varios factores. No sólo lo que es la situación del sector en si mismo, sino por lo que sucede en el sector energético, la complejidad que hay con las empresas eléctricas que están obligadas a hacer grandes inversiones en las plantas como consecuencia de la normativa europea. Es cuestión de encajar todos los intereses en juego. Es como un puzzle, pero yo creo que el Ministerio lo tiene bastante encarrilado. Otra cuestión distinta es la situación de las empresas del grupo Alonso.

Pero está en juego el futuro de muchas familias...

Ha sido una temporada muy polémica, con declaraciones contradictorias de todos. El PSOE está haciendo lo que le corresponde que es hacer oposición, pero me parece que hay que introducir dosis de racionalidad y de ver las cosas como son. Y el ministro ha reiterado que en el caso del grupo Alonso hay un incumplimiento de la Ley General de Subvenciones. Y por esa razón no se le han abonado las ayudas. Hay una critica permanente desde los sindicatos, diciendo que esto se soluciona con presión política. No es un problema de decisión política porque la decisión es la misma respecto a la Hullera que al Grupo Alonso.

¿Y qué problema hay?

Es en un problema de legalidad. Ninguna administración puede conceder una ayuda a una empresa si se incumple la Ley de Subvenciones. Lo contrario tiene una calificación penal y eso es algo que está fuera de la decisión política. Hay otras cuestiones que si son de decisión política y por eso le hemos pedido al ministro que se negocie todo lo posible. Yo sé que se ha negociado con las empresas, con los sindicatos, con otras administraciones implicadas, en especial con la Junta. Es una reivindicación que hemos hecho no sólo a nivel de Gobierno sino también a nivel del partido, para que se tengan en cuenta a los municipios mineros. Son decisiones que afectan al desarrollo territorial de zonas muy concretas en las que la economía está muy basada en la minería y estos municipios deben aportar su punto de vista.

El problema del Grupo Alonso es íntegramente legal, no es una cuita entre la Soraya Sáenz de Santamaría y Victorino Alonso

¿No es una cuita entre la vicepresidenta del Gobierno y Victorino Alonso?

No. La cuestión es íntegramente legal y ninguna administración se puede saltar esa Ley de Subvenciones.

¿Deben rebelarse los alcaldes de las zonas mineras para generar una presión suficiente que conduzca a una salida del problema?

Sé que la situación social es muy complicada. Hay mucha gente que lleva muchos meses sin cobrar las nóminas. Pero nuestros alcaldes del PP ha sido reivindicativos desde el principio. Ha habido algunos protagonismos más mediáticos que otros, pero considero que en esta situación deberían ir todos unidos de la mano con una reivindicación común. Y la reivindicación debe ser desde dentro del PP, porque tiene más margen de acción.

¿Y se tienen en cuenta los que dicen los alcaldes del PP?

Yo creo que se están dando los pasos. El Secretario de Estado se reunió con ACOM. A nivel de partido tuvimos una reunión con alcaldes que representaban a todos los alcaldes mineros del PP en la sede Génova, y siempre hemos insistido en que se tenga en cuenta su opinión, porque es fundamental.

¿Es ACOM el marco más idóneo?

Y ARMI, ambas, pero siempre desde dentro del PP. Las situaciones individualizadas o protagonismos mediáticos no conducen a nada, salvo para crear tensiones que se tienen que resolver yendo todos juntos del mano.

El PSOE insiste en que el PP se había comprometido a resolver problemas de las térmicas para que se adaptan a la nueva normativa, pero dice que no ha hecho nada.

Es una normativa europea la que impone que hay que hacer una serie de inversiones y que afectaría a centrales térmicas de esta provincia y yo sé que entra en juego dentro de ese gran puzzle que hay que negociar para buscar la viabilidad del sector.

Justo en el momento en el que Europa apuesta por la energía térmica.

Es cierto que ha cambiado la percepción que se tenía. En principio había que eliminar los combustibles fósiles por culpa del CO2 y ahora ha habido un giro importante. Esa es una de las razones por las que creemos que esa negociación puede llegar a buen puerto y que las empresas no tengan que devolver las ayudas. El principal obstáculo sigue siendo el señor Almunia, que siempre ha dicho que no, que la decisión estaba tomada. Esperamos que a través de estas negociaciones se pueda cambiar.

¿Qué pasos se están dando?

En estas negociaciones permanentes están todas las partes implicadas, empresa, sindicatos, Gobierno y se está avanzando. Nuestros parlamentarios nacionales están tan interesados como el que más en conocer cómo está fraguando esa negociación.

Los mineros quieren volver a la calle a reivindicar su futuro, y ¿eso ayuda o entorpece?

Yo creo que no entorpezca. Imagino que responde a la consigna desde el ámbito sindical que entiende que esto se resuelve con presión política. Ese problema puntual, el problema del grupo Alonso, repito no es cuestión de decisión política. Yo me pregunto cómo una empresa sí pudo solucionar sus problemas, ha conseguido los aplazamientos y se encuentra ya al corriente y otra no lo hizo. Además ahora tiene otra vertiente, que es la judicial porque los recursos ante el Ministerio ya han expirado y no se pueden interponer más. La vía para desbloquear esos recursos es esa, que la empresa se ponga al corriente, consiga los aplazamientos.

¿Cuánto tiene pendiente?

Lo desconozco porque con los expedientes administrativos hay una obligación de secreto y las cifras concretas no los conocemos porque es prioritaria la protección de datos.

El PSOE está haciendo lo que le corresponde que es hacer oposición, pero me parece que hay que introducir dosis de racionalidad y de ver las cosas como son

¿Pero, la minería tiene futuro?

Yo creo que sí.

Hay mucho en juego con los puesto directos e indirectos que dependen del sector.

Tal vez otro tipo de minería a la que vemos hoy, posiblemente en la que tenga más peso la minería de exterior que la de interior y aún así hay minas de interior que son rentables. La Junta está colaborando con el Ministerio para elaborar un estudio para detallar qué empresas y qué minas son rentables. Y sí, hay minas de interior que muestran parámetros para ser rentables.

¿Hay un esquema de cómo podría quedar el mapa de la minería?

No, aún no. Estamos a expensas de en qué se traduce toda esta negociación a varias bandas que se está llevando a cabo, como es el caso del foro en el que participarán administraciones y comunidades que tienen que ver con el problema, como es Asturias o Teruel, aunque la minería de Aragón tiene otras peculiaridades. Hay que ver cómo termina todo este capítulo.

¿Y usted, personalmente, cómo vive esta situación?

En la primera etapa, cuando tuvo lugar la reducción de las ayudas, fue un momento muy complicado, tanto a nivel personal como político. Lo vives muy de cerca, sobre todo a través de lo que te transmiten los alcaldes, ya que ellos lo viven en contacto con sus pueblos y la situación en ese momento fue muy complicada.

¿En qué ha influido el cambio de Secretario de Estado?

Con el anterior Secretario de Estado las negociaciones eran un poco más complicadas, pero el nuevo ha puesto un poco de orden Lo que todos queremos es ver resultados y que se vaya avanzando a mayor ritmo. A mí eso sí que me ha provocado cierta angustia al ver que las cosas iban demasiado despacio. Cuando llegó este Gobierno la situación era tremenda en todos los aspectos, con un montón de deudas. Lo primero que hizo fue pagar aquellos 75 millones de euros que dejó a deber el PSOE. Luego, claro, se comienzan a hacer los presupuestos, a encajar las partidas presupuestarias, y se constata que hay que hacer una reducción en todas las partidas. Tal como estaba era inviable.

El PSOE insiste en que detrás está el viejo problema del carbón importado que es mucho más barato y la presión del lobby del gas que espera su tajada.

Yo creo que la apuesta por el sector del carbón nacional existe. El quid de la cuestión es conseguir precisamente ese precio competitivo. Al final toda la cuestión va hacia ahí, conseguir que nuestras minas sean rentables, que pueden producir carbón a precios competitivos con lo que venga del exterior. Todo este proceso de reestructuración nos tiene que llevar a eso. Hablando con profesionales muy vinculados al sector del carbón todos consideran que es viable, incluso desde Carbunion.

Pero competir con un carbón que viene de paises de donde la regulación laboral deja mucho que desear es, cuando menos, difícil.

Ahí hay una labor muy importante desde Bruselas para conseguir ese sello de calidad del carbón. Y luego claro, por lo que te cuentan los que conocen el panorama internacional, todos los países en los que hoy es más barato, a medida que se vayan desarrollando irá aumentando el precio, porque van a tener una demanda interna muy fuerte y esas condiciones de equilibrio permitirán que nuestro carbón pueda ser rentable y es lo que todos queremos.

Se han hecho las reformas estructurales encaminadas a generar empleo, aunque a todos nos gustaría que las cosas fueran más rápidas

Dos años muy intensos

Si, es la verdad. Todos estos conflictos te van haciendo crecer, no sé si como político, pero sí como persona. Ha sido muy complicado porque el Gobierno ha tenido que tomar decisiones muy complejas, en contra del resto de las formaciones como el PSOE, que está en la dinámica de oponerse a todo. Incluso en ocasiones cambiando el criterio que habían mantenido mientras gobernaban, lo que es a veces chocante, como buscando así mismo. Todos esperamos que se reencuentre y haga una labor de oposición seria y podamos llegar a acuerdos y consensos en temas complicados.

¿Cómo ve el desgaste del PP?¿Piensa que la situación puede desembocar en un estallido social?

Esperemos que no. Miedo no, aunque la situación es muy complicada. Pero miedo no porque tenemos un sistema de protección social que se está aplicando para proteger a los más desamparadas. Sabíamos que la situación era muy difícil pero no esperábamos tanto. Se han hecho las reformas estructurales encaminadas a generar empleo, aunque a todos nos gustaría que las cosas fueran más rápidas. Pero las mediadas de esta calado no se hacen de la noche a la mañana, aunque ya se aprecian los primeros signos. Van a venir nueva reformas como el plan de empleo con el apoyo de los sindicatos y ese apoyo es alentador. Es muy fácil criticar cuando está fuera. No sólo por el PSOE, incluso dirigentes destacados del PP fuera del gobierno critican y eso es lo fácil. Lo difícil es estar en el despacho y tomar medidas que no se van a entender, aunque son la que tu país necesita. Asumimos ese desgaste porque esperas que den fruto, esperemos que antes de esas previsiones tan conservadoras.

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