Una ‘familia’ electoral de 700 habitantes en Riello

Dos vecinos de La Omañuela, una de las 37 pedanías del municipio de Riello.

S. Gallo / ICAL

Estrés, prisas, promesas electorales, programas, candidatos, mítines y actos públicos... son algunas de las cuestiones que se dejan notar estos días, a falta de solo unas jornadas para las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, en el ambiente ciudadano. En especial en las ciudades y municipios de mayor entidad. Las pequeñas localidades, sin embargo, en general se mantienen en un clima de aislamiento ante esta 'locura' a medida que se aproxima la fecha decisiva.

Es el caso de Riello (León), que presume, o no, de ser el municipio de todo el país que tiene un mayor número de entidades menores, un total de 37 juntas vecinales a las que se suman otros tres núcleos de población. Situado en medio de la Reserva de la Biosfera de los valles de Omaña y Luna, la vorágine electoral apenas se nota en esta zona, donde la naturaleza, tradiciones y costumbres mantienen su carácter predominante.

La Omañuela es una de esas pedanías. Los primeros pasos por sus escasas calles permiten una charla con dos vecinos de los apenas cinco que viven allí durante el invierno, viendo pasar a los coches que se acercan hasta el río. “Ahora vienen muchos, y menudos coches”, comentan entre sí, al tiempo que hablan del ganado, los frutales o el monte, que empieza a teñirse de un espectacular colorido en esta época del año, pero el panorama político no aparece en ningún momento en la conversación.

Preguntados sobre las elecciones sonríen, se miran y aclaran que en un entorno como este “no hay elecciones, nos conocemos todos y no hay mítines ni nada de eso”. El voto en estos enclaves se pide “puerta a puerta o cuando te encuentras por la calle”.

El proceso es mucho más sencillo, el debate es similar durante todo el año y se concentra en los problemas habituales de la zona, comunes para la mayoría de vecinos, independientemente de los aspectos más personales y particulares. Pero la implicación es elevada, y así en las últimas municipales la participación superó el 78 por ciento. Pese a su particularidad, en Riello se mantiene la preocupación por la despoblación, cada vez más acuciante, sobre todo en un municipio en el que las entidades se encuentran muy dispersas.

Jóvenes de 80 años

“Da gusto ver los pueblos los fines de semana y los puentes a medida que llega el buen tiempo”, reconoce un vecino en un bar de Riello, localidad que da nombre al municipio y que alberga el edificio consistorial. Relata cómo se intentan adaptar a las circunstancias. De hecho, hay pueblos en los que “el más joven a lo mejor tiene 80 años”, explica el alcalde de Riello, Manuel Rodríguez (PP), que sin embargo, si de algo pueden presumir, es de ser “una gran familia”, aunque lamenta que sea “ya pequeña”: “Imagina si tuviéramos los 700 habitantes en un núcleo solo, imagina los servicios que tendríamos”.

La población en esta zona, donde en algunos de estos núcleos resulta difícil ver movimiento o escuchar algo más que el canto de los pájaros o las aguas río abajo, llega a multiplicarse incluso por cinco durante los meses de verano. También los fines de semana, a partir de primavera, son la excusa perfecta para el incremento puntual de visitantes que llegan hipnotizados por el atractivo medioambiental de la zona y en busca de tranquilidad. “Aquí hay mucho de eso”, dice orgulloso un vecino en Riello. “Somos muchos pueblos, pero cada vez menos gente”, añade otro habitante que se encuentra a su lado y que puntualiza que “se vive muy tranquilo”.

Es precisamente este crecimiento lo que hace que los servicios en algunas épocas del año tengan que incrementarse, aunque durante todo el año la gestión requiere que se mantenga la luz, la limpieza de los cementerios, un total de 34 que hay en el municipio, hay que mantener los 40 kilómetros de carreteras ante adversidades como las nevadas, para evitar que nadie quede en situación de aislamiento. “La gestión de todos estos núcleos de población necesita de implicación y colaboración. Y por eso me presenté hace cuatro años y ahora vuelvo a presentarme”, remarca Rodríguez.

En este sentido, el alcalde de Riello resalta que se conoce “a todos los vecinos y sus problemas, porque cada uno tiene el suyo, y más aún aquí que la población está envejecida y tienes que llegar a todos”. El pasado invierno la intensa nevada de febrero activó la colaboración entre los vecinos de manera especial. El regidor recuerda cómo desde primera hora de la mañana se subió a una máquina para retirar la nieve y favorecer la movilidad. Y esa cercanía, además, resulta “muy gratificante” para los cargos públicos, que más allá de su labor política se convierten en 'salvadores' en muchos casos.

Manuel Rodríguez hace un llamamiento para acometer un estudio sobre la población en edad laboral e intentar “sujetar” a ese segmento poblacional mediante servicios que darían una ocupación y, al mismo tiempo, un servicio en la zona. Como ejemplos están la limpieza de los ríos y trabajos forestales. “Los sectores primario y servicios sociales son la clave”, añade el alcalde, que estima que si hay población en los pueblos, los jóvenes se encuentran más atraídos que en una zona deshabitada.

Etiquetas
stats