La auditoría cifra en más de 100 millones la deuda de facturas impagadas

Agustín Rajoy, concejal de Hacienda.

j manuel lópez

A los cuatrocientos cincuenta millones de euros de la deuda municipal a largo plazo, sobre todo créditos bancarios, hay que añadir los más de cien millones de euros de facturas impagadas, tal y como ha puesto de manifiesto la auditoría encargada por el Ayuntamiento de León y cuyas conclusiones finales ya están en manos del equipo de gobierno que preside Emilio Gutiérrez. Los responsables de la auditoría mantienen desde primeras horas de la mañana una reunión con el concejal de Hacienda Agustín Rajoy que se prevé muy larga.

La deuda del montón de facturas con las que se encontró el nuevo equipo de gobierno ha engordado en los últimas semanas más de 20 millones de euros ya que la estimación de esta partida hace sólo un mes era de ochenta millones de euros. El concejal responsable del área, Agustín Rajoy, y el alcalde, Emilo Gutiérrez, han decidido, en primer término, dar a conocer con profundidad los resultados de la auditoría a todos los concejales para que sepan de primera mano como “respira” el área que dirigen, antes de trasladar estos datos a la opinión pública, que se espera sea la próxima semana en una rueda de prensa.

El total de facturas impagadas proceden de varias corporaciones e incluyen deudas a los grandes proveedores como Iberdrola o Telefónica, ahora Movistar, y débitos a pequeños empresarios y autónomos, que en algunos de los casos llevan más de diez años apiladas y olvidadas en los cajones municipales.

Estos resultados que pone de manifiesto la auditoría obliga al Equipo de Gobierno a idear cómo acometer los presupuestos del próximo año, ya que las arcas municipales quedarán muy vacías cuando concluya el año en curso aunque, bien es cierto, que para cerrar el ejercicio actual aún disponen de unos pequeños “picos” de remanente, porcedentes de aportaciones públicas.

El verdadero problema comienza con el nuevo año, aunque el regidor Emilio Gutiérrez mantiene que no quiere echar a nadie, tal y como está el panorama laboral en León, aunque para acometer las medidas necesarias que den un giro a la actual situación financiera necesita de la colaboración de las organizaciones sindicales, muy poco dispuestas, hasta la fecha, a entrar en este dabate.

El equipo de Emilio Gutiérrez prefiere acortar la plantilla sin necesidad de medidas drásticas y para ello buscará contar con el máximo consenso posible tanto con los sindicatos como con el resto de la formaciones que integran el pleno municipal, aunque su holgada mayoría de quince concejales no hace necesaria esta contribución.

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