La Compostela
👉 Viene de la vigésimonovena parte
La Compostela es un documento con aires de pergamino, ilustrado con una orla de hojas de roble y vieiras sobre el que se escribe el nombre del peregrino. También lleva inscrito un texto en latín que dice:
«El cabildo de esta Santa Apostólica Metropolitana Iglesia Catedral Compostelana, custodio del sello del altar de Santiago Apóstol, para que todos los fieles y peregrinos que llegan desde cualquier parte del orbe de la tierra con actitud de devoción o por causa de voto o promesa hasta la tumba de Santiago, Nuestro Patrón y Protector de las Españas, acredita ante todos los que observen este documento que: (el nombre del peregrino) ha visitado devotamente este sacratísimo Templo con sentido cristiano (pietatis causa). En fe de lo cual le entrego el presente documento refrendado con el sello de esta misma Santa Iglesia».
Un error muy común entre los peregrinos primerizos es el confundir esta acreditación de haber llegado a la meta que es la Compostela, con la Credencial, nuestro pasaporte sellado en cada etapa del camino. Y otra confusión, quizás más cómica, pero que también se repite frecuentemente, es llamar a la Compostela la compostelana. A lo que los caminantes más avezados suelen responder con sarcasmo, o retranca gallega, que es una bella mujer de Santiago de Compostela.
Cuando las peregrinaciones a Santiago comenzaron a experimentar un auge notable en la baja Edad Media, nació la necesidad de acreditar o distinguir a los caminantes que demostraban haber completado el itinerario. Con anterioridad la hazaña solía ser confirmada con la adquisición de una concha de vieira que el peregrino obtenía como una especie de trofeo al llegar a Santiago y se llevaba a su lugar de origen. Esto, como es lógico, provocaba que el engaño estuviera a la orden del día y que muchos timadores o buscavidas se hicieran pasar por peregrinos para obtener ciertas prebendas o privilegios en albergues y hospitales.
En el siglo XVI, los Reyes Católicos crearon la Fundación del Hospital Real en el edificio que hoy en día acoge al conocido Hostal de los Reyes Católicos, en la Plaza del Obradoiro. La fundación concedía tres días de hospedaje gratis y asistencia sanitaria a los caminantes que portaban la Compostelana. Tras pasar por mil y una vicisitudes el Hospital fue reinaugurado en 1954 como parador de turismo, pero continúa vinculado a su historia ofreciendo desayunos, comidas y cenas a los diez primeros peregrinos del día que se identifiquen con la Compostela.
¿Cómo y dónde se consigue?
Para obtenerla es necesario, además de demostrar el haber hecho el camino empujado por la fe a Dios o para cultivar el espíritu, haber completado al menos 100 kilómetros a pie o a caballo, o 200 si es en bicicleta. El peregrino ha de demostrar con su credencial sellada, al menos dos veces al día, que ha realizado la distancia exigida hasta la tumba del Apóstol. A modo de ejemplo, estos serían los puntos de partida que cumplen el kilometraje mínimo exigido para obtener la Compostela, siempre que se haga a pie o a caballo, en los caminos más populares:
- Camino Francés: Sarria o Barbadelo
- Camino Inglés: Ferrol o Neda
- Camino del Norte: en Villalba o Baamonde
- Camino Primitivo: en Lugo
- Vía de la Plata: en Orense
Una vez en Santiago podemos obtener el último sello de nuestra Credencial y este certificado que nos cataloga definitivamente como peregrinos, la Compostela, en la Oficina de Acogida al Peregrino.
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