El peligroso mantra 'castellanista' de propagar que los leoneses “fomentan asesinatos”
Hace casi año y medio sucedió un espantoso suceso en la ciudad de Burgos. Un chico preguntó a otro “si era de Valladolid” y al contestar éste, que estaba en una despedida de soltero, que sí... sin mediar palabra le propinó tal puñetazo que lo mató del golpe. Un hecho terrible que no tiene más explicación que la locura de un hincha del fútbol (porque al final el motivo no era otro que la violencia entre aficiones del llamado deporte rey) que ha derivado en una increíble situación: que los leoneses tienen la culpa de lo allí ocurrido.
Sí, como lo leen: “Si los leoneses no criticaran tanto a Valladolid con ese odio con el que lo mencionan no se habría producido ese suceso”, esgrimen hoy muchas cuentas en redes sociales, casi todas ellas con el emoticono de la espiga dorada en su perfil. La mayoría anónimas –y una buena cantidad de ellas vinculadas a la afición del Real Valladolid de fútbol– que actúan con una virulencia verbal que cada vez es mayor, ante la estupefacción de los leoneses que se ven acusados injustamente como los motivantes de algo que pasó bien lejos y que, obviamente, nada tuvo que ver con ellos.
Ciertamente el día que surgió la desgraciada noticia, muchos leoneses se dijeron inmediatamente un “menos mal que no ha pasado en León porque con las ganas que nos tienen todavía nos culparían de ser los culpables de esto”. Pues ni con esas. Directamente nos acusaron de ser los verdaderos causantes “por haber esparcido el odio contra Valladolid”. Literalmente llevan año y medio así.
Y eso indica que en la provincia somos conscientes de que desde la central de la actual autonomía no toleran el ascenso del leonesismo y que más del 70% de los leoneses estén a favor de disgregar en dos la actual división administrativa. No es nuevo lo de que se nos llame aberztales y etarras: eso ya ocurría en los años 90 cuando los periodistas leoneses nos acercábamos a cubrir una información en la capital pucelana. Y nos lo soltaban, medio de coña (pero también medio en serio) los propios compañeros del oficio.
Pero eso se había relajado con el tiempo, porque las opiniones mediáticas desde el centro de la Comunidad estaban convencidas de que el leonesismo estaba muerto e iba a desaparecer y ya no era peligroso. Hasta la manifestación del 16 de febrero de 2020... en que aquellos opinadores que nunca dieron una con los resultados electorales de la UPL (siempre iba a desaparecer “según las encuestas” y nunca lo hizo) quedaron estupefactos; y más cuando en las últimas autonómicas de febrero de 2022 el leonesismo obtuvo tres procuradores y ganó a PP y PSOE en el Alfoz de León. Algo que las Municipales de 2023 confirmaron, con tres diputados provinciales (y por cien votos no fueron cuatro) para los leonesistas y un notable aumento en representación de concejales y de alcaldes en la provincia... y también en Zamora y Salamanca.
El motivo 'perfecto' para atacar al leonesismo
Puede parecer absolutamente absurdo que un horrible suceso en Burgos, capital histórica de Castilla, sea culpa de los leoneses, pero es el mensaje principal con el que se ataca al leonesismo en la actualidad. Es demencial, porque no hay por dónde agarrarlo (es difícil de creer que los burgaleses se levanten por las mañanas leyendo los medios de comunicación leoneses), pero es la reacción de algunos vallisoletanos ante las críticas cada vez más constantes por el centralismo que la Junta de Castilla y León ejerce en favor de la capital de la provincia central de la misma. Protestas que no sólo son de la Región Leonesa, sino que también se producen en todas las demás provincias de la Comunidad. En concreto, en ocho de nueve...
Y se hacen con la palabra 'Valladolid', para referirse a la Junta de Castilla y León, no a los vallisoletanos (aunque las palabras del Ministro Óscar Puente cuando era alcalde de la ciudad del Pisuerga y el Esgueva de que “había que centrar todos los esfuerzos en Valladolid” no ayuden); y por mucho que los leoneses tengan que matizar ese aspecto (hay que tener en cuenta que en esta ciudad vive un alto porcentaje de gentes que tuvieron que dejar León porque no les quedó más remedio), los que aprovechan para atacar cualquier posible división administrativa autonómica toman la parte por el todo para defenderse. ¿Defenderse de qué? Pues de la pérdida de preponderancia de su tierra sobre las demás, porque una autonomía de la Región Leonesa no le vendría bien a Valladolid, como es obvio.
El primer ejemplo de hasta dónde podía llegar esta demencial acusación lo mostró justo un mes después una periodista vallisoletana en labores de jefa de prensa en instituciones sociales y políticas importantes en Valladolid, que acusó a ILEÓN de “fomentar asesinatos como el de Burgos”. Literalmente, y por una noticia publicada un mes después de ese suceso de que habían detenido a un individuo por intentar matar el tejo milenario de San Cristóbal de Valdueza.
¿Cómo es posible? Pues por indicar en un tuit que el detenido era de Valladolid. La cosa fue tan surrealista que la periodista pucelana daba lecciones de que “ese tipo de cosas no se puede tener ni en el titular ni en el subtítulo”... cosa que desde el principio fue exactamente así lo publicado por este medio (se puede comprobar en el enlace de arriba). ¿Pero qué ocurrió con los medios de Valladolid? Que todos, sin excepción, titularon y tuitearon que el detenido era de Valladolid (lo mismo que los demás de la autonomía y los nacionales). Cuando se le expuso tan enorme contradicción llegó a decir que “es que no es lo mismo que un periódico de Valladolid lo diga que uno de León”. ¿No es para quedarse estupefacto?
Un mantra que se ha venido repitiendo lamentablemente en opiniones de otros periodistas de conocidos periódicos de allí. Como si los leoneses, al protestar y pedir su autonomía, estuvieran de verdad agrediendo a los vallisoletanos, o al menos a la autonomía que les da de comer.
Una acción coordinada al estilo Goebbles
Asi, el debate en las redes sociales ha ido aumentando de tono hasta llegar al punto que, de forma coordinada, se acusa a los leoneses de provocar asesinatos de vallisoletanos y cuando se defienden los leoneses, usar la técnica del Principio de Transposición del propagandista nazi Joseph Goebbles para afirmar: “Son unos enfermos que quieren que maten a alguien en León para justificar que les odiamos, cuando los que nos odian son ellos, los leoneses, al estar siempre criticándo a Valladolid”.
La acción de transponer que la defensa de los leoneses de que no es posible acusarles de ser culpables de un asesinato en una ciudad “y que pareciera que hubieran querido que fuera en León”, implica que éstos desean que ocurra tal cosa para darse la razón y poder así acusar a los leoneses de eso mismo. Es decir, le dan la vuelta a la realidad para dar sentido a razones que hoy no son más que aberraciones lógicas, pero que usan como arma para protegerse. Una acción que lleva coordinada desde hace más de un año por una serie de cuentas cercanas al castellanismo que se caracterizan todas ellas por ser anónimas, y a las que se les ha sumado últimamente aficionados del Real Valladolid Club de Fútbol del sector que defendió que volviera al escudo la Cruz Laureada de San Fernando concedida por Franco a la ciudad donde surgieron las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista) creadas por Onésimo Redondo.
También destaca la obsesión de un antiguo profesor de literatura –que se hizo famoso por su polémica cuando era concejal del PP en una localidad salmantina al decir que unos manifestantes berreaban “como animales”–, con los leonesistas, a los que llama “bestias” y cosas peores. Y un par de perfiles anónimos más bajo sobrenombres de charro y de zamorano, que parecen ser líderes de una red de multicuentas coordinadas creadas para negar la existencia de la Región Leonesa y atacar constantemente a los leoneses y tildarles de asesinos, de abertzales y de “odiadores extremos a Valladolid”; entre otras lindezas, como últimamente meterse con el físico de los leonesistas y su condición sexual o mental con insultos y crueles chanzas. Eso también es el Principio de Deshumanización del enemigo.
Cuentas que se detectan fácilmente por ser anónimas, no tener prácticamente seguidores, decir prácticamente siempre lo mismo, y aparecer y desaparecer como setas cuando dejan de ser efectivas por los bloqueos masivos de los leoneses hartos de leerlas. Su debate favorito, que los leoneses quieren imponer a Zamora y Salamanca una automomía, y cuando se les contesta que no, que siempre se ha pedido un referéndum para que éstas decidan... responden “que los referendums no son válidos para este tipo de cosas”. Encastilladas en el absurdo para hacer perder los nervios a los leonesistas y, cuando cometen el error de contestarles de malas maneras... darse la razón de que éstos son lo peor de lo peor y deben ser “acallados con toda la fuerza de la ley”. Otra vez el método Goebbles. Lo peor, que estas cuentas aseguran que son de izquierda castellanista. Mal asunto si el pancastellanismo se dedica a promover el derecho a decidir de catalanes, vascos y gallegos (para separarse de España)... y usa este tipo de añazagas contra los leoneses, a los que no reconocen ni su existencia como Región, posicionándose en contra del cumplimiento de nada menos que el artículo 2 de la Constitución Española. No digamos ya se si usa el término País Leonés (que es del siglo XIX), momento en que se convierten en dignos herederos del falangismo primigenio pucelano clamando, esta vez sí, en contra de los separatismos. Hipocresía en estado puro al servicio de machacar toda voz de protesta leonesa.
Por cierto, utilizando el principio de trasposición, estas cuentas pancastellanistas afirman ahora que los multicuentas son las leonesistas; obviando que son tremendamente conocidas desde hace bastante más de cinco años la mayoría que les contestan. Dan la vuelta sin el menor pudor al argumento del contrario y se hacen las víctimas según el manual de la contrapropaganda fascista de los años 30 y 40 del siglo XX siendo, además, profundamente ofensivas y crueles.
Redes de odio a lo leonés que se pusieron como las maracas de machín en los dos últimos 'Pucelano el que no bote' que se vieron en redes sociales que se produjeron en León en los conciertos del Día de la Comunidad que nadie quiere aquí por celebrar Villalar, o en el ascenso de la Cultural a Segunda División. Una chanza tan habitual propia de 'Villa Arriba y Villa Abajo' (que no tiene por qué ser agradable, pero que tampoco es nada del otro mundo y que suele responderse con un “leonés el que no bote” desde las aficiones de equipos deportivos de allí) que se lo toman alucinantemente como si fuera un claro anuncio de que “hay que matar vallisoletanos”. Afirmación, por cierto, basada en el Principio de Exageración del ministro de Propaganda de Hitler que indica que hay que convertir cualquier anécdota en una amenaza grave para darse la razón de lo peligroso que es el enemigo.
La polémica de las balas en La Bañeza
Todas estas cuentas se han reactivado con muchísima violencia verbal y ya con ínfulas de “os lo dijimos” con la última polémica del concejal de La Bañeza que supuestamente por un error causado por el teléfono puso 'balas' en vez de 'alas' en una crítica al PP por su gestión con el cierre de la azucarera de La Bañeza. Independientemente de si la excusa era válida o no (el mensaje es absolutamente descalificante para continuar en política), la reacción de la UPL fue celérica para no dejar dudas de que no comparte para nada mensajes violentos: aceptar sin contemplaciones la dimisión ipso facto del edil. Cosa que hizo inmediatamente.
Pero eso no bastó para la red de multicuentas pancastellanistas y aficionados futbolísticos del Valladolid que esperaba cualquier patinazo de los leonesistas para tirarse al cuello. Y mucho menos cuando se enteraron que uno de sus grandes objetivos de acoso durante este último año, el profesor de Geografía e Historia Roberto Carracedo –al cual el exconcejal salmantino, aún afiliado del PP, le puso un tuix días antes con una imagen que versaba “Madre mía qué pedrá tiene en la cara”–, sería el sustituto del concejal bañezano dimitido. Carracedo lleva meses soportando insultos bastante groseros sobre su físico y sobre ser leonesista, con calumnias como ser “uno de los principales promotores de que maten vallisoletanos” y cosas peores como una campaña pública para que le echen del trabajo por defender León.
Dio igual que los leoneses protesten una y otra vez que 'cómo les acusan de tamaña barbaridad que pasó en una ciudad lejana'. Una vez establecido el enemigo, el primer movimiento es enviar mensajes, aunque sean mentira descarada, para deshumanizar a las personas que se atacan (en este caso a los leoneses autonomistas y de paso a todos los de la provincia por apoyarla). La vuelta a los insultos de hace 30 años de 'abertzales' sugiriendo claramente una relación con ETA, sólo indica dos cosas: la impotencia ante el imparable ascenso del autonomismo leonés... y la infinita soberbia de quienes piensan que Valladolid debe regir todo en la autonomía y de que sólo les critican los leoneses “por tenerles envidia”.
En realidad, todas y cada una de las ocho provincias restantes muestran sus críticas por el centralismo de la Junta de Castilla y León en Valladolid (algo completamente democrático), indicando lo impopular de la política preponderante en la Junta de Castilla y León y del Gobierno de España en el que es ministro de Transportes su exalcalde; pero sólo una, León, recibe los insultos y unas graves acusaciones de fomentar violencias mortales que no se sostienen de ninguna de las formas. Así esta red de multicuentas anónimas y aficionados sin nombre del Real Valladolid de fútbol está dedicándose a expandir el mensaje de que “los leoneses se mueven por el odio”.
Cierto es, no hay que negarlo, que también hay cuentas leonesistas que sueltan exabruptos poco recomendables contra las políticas de la Junta de Castilla y León y las manipulaciones torticeras y descaradas de algunas cuentas castellanistas para eliminar a León del mapa. Algunas de ellas con mensajes nada edificantes (sino todo lo contrario), que también son criticables, aunque se comprenda el hastío mayúsculo de la gente de León ante la crisis económica y humana de despoblación y envejecimiento que ha causado incluir la Región Leonesa en la actual comunidad autónoma. Sobre todo porque lo único que consiguen es alimentar la polémica y darles munición a los pancastellanistas para darle la vuelta a todo haciendo que los leoneses sean los malos de la película.
Y ese es el mecanismo real de los mensajes de odio: darle la vuelta a la realidad y buscar un chivo expiatorio. Y la experiencia indica que es difícil que vayan a parar: para ellos los leoneses serían mejores si estuvieran calladines... o si no existieran. Pronto todos los males que surjan en Castilla serán culpa de León, por sólo atreverse a solicitar que se cumpla el artículo 2 de la Constitución Española y reclamar su propia autonomía.
Es algo planificado, les conviene machacar al leonesismo con toda clase de alucinantes acusaciones sin sentido alguno para imponer su superioridad (aunque sea con violencia verbal y acoso) ante ocho provincias. Y para que no se les escape ninguna del yugo con el que dirigirlas. Y también haciendo chanzas, y burla, incluso de fallecimientos de ediles leonesistas como desgraciadamente se ve en la imagen de arriba.
Están esperando a cualquier exabrupto de los leoneses al contestarles de mala manera hartos de insultos y de maltratos jugando con la vida de otros. O cualquier patinazo como este de la semana pasada La Bañeza para machacarlos: “¿Cómo se atreve nadie a criticar las políticas que benefician a Valladolid? ¡Asesinos!”.
Ese es el nivel y posiblemente lo que nos espera aguantar a los leoneses a partir de ahora. No parece la mejor manera la de acusar a la gente que defiende la creación de una Comunidad de la Región Leonesa “de fomentar muertes violentas” para evitar que sigan exigiendo cada vez más su propia autonomía, pero el odio cerval tiene una característica principal: que está completamente ciego a la realidad... y empeora siempre las cosas.
Defender Valladolid, como cualquier vallisoletano tiene derecho a hacer porque es su tierra –lo mismo que hacen los de León con la suya–, no debería hacerse de estas maneras. Realmente en ninguna parte.
Nota: este 8 de junio, un día antes de publicarse esta opinión, la Asociación Conceyu País Llionés ha denunciado ante las autoridades ataques de descnocidos anónimos a las vallas en las que se reclama la autonomía leonesa, pacíficamente y dentro de lo que indica el artículo 2 de la Constitución Española