Atención leoneses al centralismo irreversible

Óscar Puente y Alfonso Fernández Mañueco.

Lleva el titular una gran carga de indignación ante una situación autonómica depauperante por escamoteo y exclusión para los leoneses. Cierto es que nos la estamos ganando a pulso, por impudicia política en primer término. Y como segundo, y muy lastimoso, por la impotencia instaurada entre el paisanaje leonés, con el grado, como mínimo, de indolente.

La noticia está confirmada. ¡Valladolid es el Nodo de todo!  En 2024, vías trenes y carreteras. El León de siempre, el repartidor de juego para el noroeste peninsular, ha sido ignominiosamente desplazado, 

No debería sorprendernos, dado que, desde lo albores autonómicos, han jugado a ganador en la política pucelana, ¡iban a por todas! Si bien templo al añadir que seguramente lo esperado por ellos no era, por desconocerse las situaciones de ampliación, sostenimiento y situación que Europa iba a poner en bandeja, a quienes estuvieran atentos al juego, y ellos lo estaban, por domino institucional y en forja centralista siempre.

Téngase en cuenta el saber político, de primera mano, del PP y del PSOE, en los poderes gubernamental y autonómico; ambos partidos acérrimos sostenedores de la situación de amarre autonómico del ¡patrimonio de los leoneses! a controlar por el ente conseguido. ¡¡¡Les era imprescindible!!!

Ya se sabía, lo del Nodo, no resulta novedad, ya era noticia difundida por los medios, pero he aquí que los leoneses en el limbo de la negatividad, cargados, eso sí, de tradiciones y de historia demasiado contemplativa, nos hemos ido dejando manejar lo nuestro, pasando a ser de todos. Vemos ahora, no sin angustia, que la postura del inactivismo como asunción de los hechos, ha sido el puente de plata para la inmisericorde política autonomista floreciente en Castilla (Valladolid). Puente, el exalcalde de Valladolid, ya lo proponía, y ahora de ministro lo ratificará. 

Sí, ciertamente ha habido lamentos y quejas, y poco más. Pero, “no tan sólo de quejas vive el hombre”, y menos de tal modo enclaustradas que ni siquiera inciden en el voto a depositar, aunque nos estemos hundiendo en la miseria.  

Veamos un ejemplo de reacción al vernos amenazados con la plena desaparición, fraguada y semi consumada, del tren Ruta de la Plata, en especial los de la parte más afectada (aunque regionalmente nos hunda a todos los leoneses) que cuando más nos hemos venido quejando, pero tragando.   

Tarde, muy tarde, casi como tabla de salvación, ha surgido un frente común por el tren: en Benavente, Astorga, la Bañeza…, cuando la consumación, por levantamiento de carriles del tren Ruta de la Plata, el de la Región Leonesa, es fotografía de abandono y dolor. Se empezó como dejación, aburrimiento adornado de engañifas, como senderos verdes, desde tiempos socialistas en el Gobierno central.

Es pues situación que viene de largo. Para el movimiento surgido ayer ha sido decisivo el espoleo indirecto de otros, que buscan en plan 'vertebrador del oeste peninsular' (de Gijón a Sevilla) , satisfacer a los que lo quieren en el norte, lo desean para subir los del sur, sin olvidar a la intermedia Extremadura afectada. Y claro a nosotros nos va bien, pero más que promoverlo, tal parece que nos sumamos a los intereses de otros. Va como Corredor Oeste Ruta de la Plata, base y fundamento para incorporación al complejo Corredor Atlántico, en el que, por supuesto, Valladolid ya era uno de los nodos, ab initio. ¡Ganando por la mano sabedores de las primicias!

Para el centralismo de Valladolid, ya no me quedan calificativos para nombrarlo, tolerables en prensa. No se trata de que estén defendiendo lo suyo, sino consumando la apropiación de lo de los demás, lo de los leoneses en concreto, con abuso y toda la alevosía del mundo. 

Sumidos en el inactivismo los leoneses, León... ¡¡¡No ha sabido defender ni su posición geográfica!!! Carecemos de líderes políticos y mediopensionistas.

Y el pueblo no es capaz ni de invocar en firme y al unísono justicia social y económica.

Ya no podemos contemplar como amenaza lo que es apropiación indebida. Como siempre nos lamentamos a hechos consumados, en un dejar hacer anodino, todo cuanto interesadamente acomete el ente, aunque nos resulte dañino, sin pararnos a pensar que la causa... ¡¡Está en él, precisamente, nuestro mal mayor!!

¡¡¡El cepo del que hay que escapar!!!

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