Villablino homenajea a Rafael Roy con un sentido acto y una placa en su honor

Villablino homenajea a Rafael Roy con un sentido acto y una placa en su honor.

Luis Álvarez Pérez

La Asociación de Amigos de Sierra Pambley rindió un cariñoso homenaje en Villablino a Rafael Roy Rodríguez, que presidió el colectivo durante más de 15 años, y al que el Ayuntamiento contribuyó poniendo una placa de recuerdo a su memoria ubicada en el hall de la Casa de la Cultura.

Rafael Roy, popularmente Rafa Roy, fue un altosileño-aragonés, que hizo su vida a caballo de estas dos regiones geográficas. Más de la mitad de su vida transcurrió en estas tierras leonesas del Alto Sil, donde se implicó en sus tradiciones, su cultura peculiar, y sobre todo en la vida cotidiana con sus convecinos.

Pero nunca renunció a sus orígenes zaragozanos, compaginando con mucha pericia individual esta dualidad existencial. Desbaratando con su realidad personal la teorización de algunos políticos irrelevantes locales, que alientan y venden el humo identitario en el que solo la cuestión de origen y ubicación natalicia dan identidad a la persona y al grupo.

Era y fue ante todo una persona capaz de adaptase, conocer, aprender, saber y participar, en lo que de origen no le era propio. Hoy habría quien dijese de él que podía ser un “influencer”. Vamos a dejarnos de afectaciones modernistas y seguir con la vida de una persona normal, de las de siempre, de pueblo, de lo que ya no se lleva, porque no mola o no sale en la tele, es lo que nos toca vivir a los que no somos urbanitas (el quinto caballo del Apocalipsis, el escondido).

Rafa vivió, mejor dicho, convivió con todos sus vecinos próximos y lejanos, se convirtió en uno más del grupo. Sin saber ni conocer el patxuezo (“a nosa txingua”, dialecto local del noroccidente leonés), no escatimó esfuerzos, ánimos, propuestas, peticiones, trabajos y empeños personales en darle visibilidad, publicidad, promoción y aprendizaje; a algo que por su origen le era tan lejano y extraño.

Puede que sus experiencias vitales, dejamos a la valoración y el análisis profesional de los expertos en conductividad las conclusiones de nuestra elemental estimación, le llevasen a una forma de entender la vida y el mundo, con una percepción contraria al aldeanismo dominante actual. Vivir como hijo de médico itinerante por diversas localidades de Aragón, Andalucía, Murcia y Madrid, ser oficial de la armada, pasar por Cataluña y terminar en el Alto Sil. Dan un recorrido vital amplio e invitan a adaptarse a lo nuevo y diferente, ¿eso es globalización?

Así era Rafa y así lo recordaron sus compañeros de colectivo, en un sencillo acto de homenaje al que todos quisieron sumarse. Sus amigos personales, sus conocidos, sus colaboradores, sus vecinos y hasta algún recién llegado al núcleo social.

Unas breves palabras de la presidenta de la Asociación de Amigos de Sierra Pambley, Lidia de la Villa, para rememorar a la persona, abrieron el acto. Un divertido sainete, 'Amores reñidos', en patxuezo (la lengua, que sin serle propia tanto estimó Rafa). Los recuerdos personales de Guadalupe Lorenzana, sin duda la mejor rapsoda actual en “a nosa txingua”, que rememoró un encargo personal de Rafa en forma de poesía. Dos alumnas de la Escuela de Música local que, con acordeón y piano suavizaron las emociones acumuladas con el tenue sonido de sus melodías. Dieron paso al agradecimiento público del alcalde Mario Rivas, que aseguró sentirse orgulloso de poder participar en el acto y recordar a su esposa Adelaida y su hijo Raúl, que Rafa fue una persona especial merecedora “de este homenaje con el que tuve la suerte de compartir buenos y malos momentos de vida”.

El final de los actos fue sencillo, con un montaje en vídeo de una larga serie de fotografías del recorrido vital de Rafael Roy, desde niño hasta la infinidad de actos culturales en los que tuvo una implicación directa en Laciana. Muestras, exposiciones, proyectos, dibujos, planos, trípticos, pinturas, restauraciones, profesor y monitor, gestor o relaciones públicas. La verdad es que desempeñó labores de todo, hasta de albañil, pintor, camarero o ayudante de cocina, cuando así se requirió o fue necesario para el desarrollo de alguna actividad de la asociación.

Terminó la conmemoración para el recuerdo y el homenaje, descubriéndose una placa conmemorativa en el hall de la Casa de la Cultura, con la presencia de su viuda y su hijo flanqueados por el alcalde y la presidenta de la Asociación de Amigos de Sierra Pambley, a la que Rafael Roy dedicó casi una tercera parte de su vida.

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