La siniestralidad laboral desciende en Castilla y León más de un 22% en 2012
La Consejería de Economía y Empleo ha cerrado los índices correspondientes a la siniestralidad laboral durante 2012 observando unos datos que muestran un importante descenso en los accidentes laborales, situándose en el nivel más bajo desde el año 1995, fecha en la que las competencias en materia de seguridad y salud laboral son transferidas a la Comunidad Autónoma.
Durante 2012 se ha conseguido bajar de los veinte mil accidentes, con una cifra de 19.444 siniestros con baja en jornada laboral, que supone un descenso de un 22,66 % respecto a 2011. La comparación con años anteriores muestra que la accidentabilidad en jornada de trabajo, en 2012 es un 35,12 % inferior a la del año 1995, porcentaje que se eleva hasta un 56,88 % inferior si se compara con el 2007 que fue el año que mayor cifra de accidentes en jornada de trabajo se ha registrado en Castilla y León, dato que ascendió hasta los 45.089 accidentes.
En cuanto a los accidentes en itinerancia, tiempo que se emplea en acudir al centro de trabajo desde el domicilio, en 2012 se registraron 2110 siniestros con baja de los cuales 34 fueron calificados como graves y 6 fueron mortales. Estos datos suponen una reducción de 267 accidentes respecto a los del año 2011, un 11,23 %.
Crisis económica
La comparativa de los accidentes con baja en jornada de trabajo desde el comienzo de la crisis, indica que se han reducido a menos de la mitad, y algo parecido, aunque en menor grado, ha ocurrido también con los accidentes 'in itinere', que han pasado de un cifra de 3.400 accidentes con baja en el año 2008 a 2.110 en 2012.
Los datos del número total de accidentes registrados, aunque son importantes, no indican correctamente la evolución de la siniestralidad al no reflejar la influencia de otros factores como en este caso puede ser el descenso de actividad debido a la crisis. Para ver esa evolución se emplean los datos de índices de incidencia, que tienen en cuenta ese hecho al reflejar el cociente entre el número de accidentes registrados y el número de trabajadores expuestos al riesgo. Para la realización de las estadísticas de siniestralidad se identifica con ese número de trabajadores los trabajadores afiliados en alta en la Seguridad Social, y se obtiene de esta manera unos valores que nos indican mejor la evolución de la siniestralidad.
Como efecto de la crisis, el número de trabajadores afiliados en alta en la región también ha descendido de manera notable a lo largo de 2012, suponiendo como promedio del año que es inferior en casi 50.000 personas a la de 2011. Esta reducción ha sido la más alta desde el comienzo de la crisis. A pesar de ello, los índices de incidencia también han descendido, y también lo han hecho de forma significativa. El índice de incidencia general de accidentes con baja en jornada de trabajo aporta un valor de 27,89 accidentes por cada mil trabajadores, frente al valor de 33,88 del año anterior, produciéndose una reducción del 17,67 % en el valor de este índice.
Este índice también es el más bajo registrado desde 1995, y hay que tener en cuenta que el número de trabajadores afiliados en alta, a pesar del descenso registrado en 2012, es superior en más de cien mil a los que había en el año 1998, y del mismo orden del de los años 2002-2003 en que el número de accidentes registrados superaba los 40.000.
Accidentes mortales
En 2012 se han registrado 27 accidentes mortales en jornada de trabajo siendo también la cifra más baja registrada en los últimos 15 años. Esta cifra supone un reducción respecto a 2011 del 30,77 %. La evolución respecto de los años de mayor mortalidad en jornada de trabajo indica que desde los años 1999 a 2001 los accidentes mortales superaban los 80 cada año, y aún en 2007, con 56 accidentes eran más del doble de los registrados en 2012. Del mismo modo los accidentes graves se han reducido hasta 204, prácticamente la mitad de los registrados en 2007, y la tercera parte de los registrados en los años 1999 a 2002.
Por otra parte hay que tener en cuenta que en relación con los accidentes mortales hay que valorar la importancia de algunos de estos en concreto los que se derivan de los accidentes de tráfico y de las lesiones no traumáticas. Ambos son considerados como accidentes de trabajo que aunque pueden dar lugar a lesiones diversas, en el cómputo general tienen mucha más importancia en los accidentes de mayor gravedad, tanto graves como mortales. En este año 2012, de los 27 accidentes mortales registrados en jornada de trabajo, 4 han sido consecuencia de accidentes de tráfico y 10 de lesiones no traumáticas.
También hay que considerar los accidentes 'in itinere' en los que se han producido 6 accidentes mortales, todos ellos por accidentes de tráfico. Los datos muestran, en 2012, un total de 33 fallecimientos de los cuales 10 se deben a lesiones no traumáticas (30,3 %) y otros 10 a accidentes de tráfico (30,3 %), siendo el 40 % restante debidos a factores más directamente relacionados con las condiciones o la forma de trabajo. Algo parecido, aunque en menor grado, sucede también con los accidentes graves.
En 2012 se registraron 2.110 accidentes 'in itinere' con baja, de los cuales 34 fueron graves y 6 mortales. Supone una reducción de un 11,23 % respecto a los registrados en 2011 y de un 37,5 % respecto a los del año 2008, que fue el año con mayor número registrado.
Por último las enfermedades profesionales han experimentado un descenso en 2012. A pesar de que se podía esperar una estabilización de los valores de enfermedades profesionales declaradas, incluso un ligero incremento, durante 2012 se han declarado 110 enfermedades con baja menos que en 2011 y 157 enfermedades sin baja menos. El cómputo total es de 321 enfermedades con baja y 422 sin baja.