Una leonesa en la liga de fútbol profesional de Rusia

María Ruiz, futbolista leonesa en Rusia

Isabel Rodríguez

Cuando María Ruiz se ajusta las botas para saltar al campo con el Zorki Krasnagors de Rusia tiene presente su suerte al poder dedicarse por completo al fútbol profesional femenino. Esta joven de 29 años nació en Madrid, pero hunde sus raíces en La Bañeza, de donde procede su familia materna y los recuerdos de aquellos veranos que repartía entre la piscina, la bodega de su abuelo -con vistas al estadio de fútbol La Llanera- y la casa de la familia de su tío en el monte, cerca de Jiménez de Jamuz. “En la piscina aprendí a nadar, en la bodega de mi abuelo Matías aprendí a andar en zancos, usar tirachinas y a contemplar, y en el monte aprendí a montar en bicicleta, todas estas cosas aún no las he olvidado y viajarán siempre conmigo”, relata María.

Al principio el fútbol no era más que el juego que compartía con su hermano o con amigos, y curiosamente fue en Marruecos -donde vivió una temporada por motivos profesionales de sus padres- cuando se reveló en ella una actitud y entró a formar parte de su primer equipo con solo siete años. Era la única chica y el profesor de Educación Física estaba decidido a impedir aquel intrusismo. “Hasta que intervino mi padre”, zanja María. A nadie se le había ocurrido antes desafiar las 'normas', pero desde que ella se atrevió, muchas otras jóvenes comenzaron a interesarse por el juego. “Mi mayor satisfacción llegó cuando al año siguiente de regresar a Madrid me llegó la revista del colegio con la noticia de que se había creado un equipo de chicas, las mismas que jugaban conmigo”.

Al volver a la capital su abuela se encargó de buscarle un equipo femenino en el barrio, el club deportivo Lourdes, con el que consiguió varios ascensos y que sirvió para que otro conjunto, de Huelva, se fijara en ella. En 2004 llegó el momento de cumplir un sueño y viajar a Estados Unidos, donde la Universidad en la que estudiaba Athletic Trainer -una mezcla entre Inef y Fisioterapia- la becó para representarla en el equipo de fútbol. “Estuve cinco años, marqué 109 goles en 77 partidos, fui la segunda en la historia en pasar de los 100 goles”, cuenta.

Fueron buenos años en un país donde el fútbol es el primer deporte practicado por mujeres, pero llegó el momento de volver a España y lo hizo de la mano del Espanyol de Barcelona. Solo un año después su antiguo entrenador del FC Indiana, en aquel momento entrenador del Zvezda ruso, le dijo que la quería en su equipo. “Había sido campeón de la liga rusa en el 07, 08, y 09. En el 08/09 llegaron a la final de Womens Champions League, y el proyecto era ambicioso. Poder disputar la Champions con un club ambicioso, fue la razón que me impulsó a tomar esta decisión”, confiesa María.

Así llegó a Perm, una ciudad en los Urales que tiene una peculiaridad, durante todo el mes de junio no anochece. “Le llaman las noches blancas”, explica. Dos años después cambió al Zorki Krasnagors, en una localidad cercana a Moscú. “De momento tengo contrato hasta junio del 2013 y luego ya veremos, voy de año en año”.

En un futuro le gustaría volver a España, donde reconoce que el fútbol femenino “ha mejorado con el paso de los años”, pero que la cosa va muy despacio. “Hay muchas ganas e intentos que se quedan en eso. Se necesitan ayudas y patrocinios que no llegan. Estos últimos años ha habido un retroceso por el azote de la crisis, que ha llegado en bajadas drásticas de los presupuestos de los equipos de primera”, explica.

Cuenta que Alemania, dentro de Europa, es donde hay más afición hay por este deporte, aunque en cualquier sitio la diferencia con los hombres es abismal. “Llegas a aceptarlo. Aceptas que por hacer el mismo trabajo, exactamente el mismo, que un hombre estés viviendo en unas condiciones del 1000% inferiores a ellos. Me di cuenta de ello cuando en Perm, un día de lluvia bajé del autobús público y en la parada estaba el Porsche de un jugador de nuestro club del equipo masculino”, comenta. En el resto de cosas ella no ve tantas diferencias. “Claro que nuestras condiciones físicas no son las mismas que un hombre, y no puedes pretender venir a un partido femenino y ver lo mismo, pero las habilidades técnicas y tácticas, la esencia del fútbol, son las mismas”, comenta.

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