'The Staircase': true crime

Colin Firth protagoniza la serie 'The Staircase'.

Antonio Boñar

El llamado true crime es un subgénero narrativo cuya principal característica es la investigación y reconstrucción de crímenes reales. Desde hace algunos años este tipo de recreaciones documentales o ficcionadas de los crímenes más famosos y escabrosos se ha ganado el favor del público y suele alcanzar los primeros puestos entre lo más visto de las plataformas de streaming. Y como en cualquier otro género nos encontramos de todo, desde burdos productos amarillistas hasta auténticas joyas como los ya clásicos The Jinx (2015), Making a Murderer (2016), O.J.: Made in America (2016) o, sin ir más lejos y centrándonos en un caso que agitó a la sociedad leonesa, la brillante y ágil exploración del asesinato de la que fuera presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco que vemos en Muerte en León (2016).

The Staircase (2004) es otra de esas obras maestras del true crime con la que el realizador francés Jean-Xavier de Lestrade abordaba el fascinante caso de Michael Peterson, un novelista de cierto éxito que es acusado de asesinato cuando su mujer es encontrada muerta al pie de la escalera de su casa. Accidente u homicidio, esa es la eterna duda que flota sobre la precisa recreación de este supuesto crimen, el leitmotiv sobre el que gira y se enreda la trama de este absorbente documental. Pero no solo eso, esta historia es también un retrato exhaustivo de las complejidades que perfilan el sistema judicial americano y, sobre todo, un lúcido estudio de personajes, en este caso de los miembros reales de una familia cuya convivencia se verá irremediablemente afectada por los sucesos acontecidos aquella fatídica noche y el posterior juicio.

Ahora llega a HBO Max la miniserie que ficciona aquellos hechos. Y lo que en principio y después haber visto la prodigiosa crónica documental de Lestrade podía parecer un esfuerzo estéril (o lo que es peor, un intento morboso de exprimir la historia), se transforma en otra maravillosa y compleja reflexión sobre la culpa, la inocencia y la incapacidad de descubrir una única y objetiva verdad. Estamos ante otro portento que no solo complementa el documental previo, sino que además incorpora a su narración el impacto que tuvo aquel filme en el enjuiciamiento de Michael.

Con unos Colin Firth y Toni Collette encabezando un estupendo y totalmente creíble reparto, esta miniserie se revela como un profundo estudio psicológico sobre los secretos, afectos y mentiras que caben en una familia. Estamos en definitiva ante una obra maestra de la televisión, ante un genuino ejercicio de género que escapa del sensacionalismo más barato para elevar el True Crime hasta territorios solo conquistados por el mejor cine.

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