Un superhéroe leonés en el paraíso americano del comic

Javier García Miranda, dibujante leonés de comic, en su estudio. / Peio García / ICAL

S. Gallo / ICAL

Estados Unidos es, junto con otros países como Francia, Bélgica o Japón, uno de los de mayor tradición en el mundo del cómic. No obstante, se calcula que en el año 2012 movió 730 millones de dólares, el 70 por ciento correspondiente únicamente a dos editoriales como Marvel Comics y DC Comics. Un año más tarde, ese mismo mercado del cómic movió en España alrededor de 53,5 millones de euros, una cifra que se encuentra a años luz de los datos de los grandes países productores en esta materia.

Esta falta de tradición y de reconocimiento en España de un mercado que, sin embargo parece que tiene cada vez más seguidores en nuestro país, ha llevado a Javier García-Miranda, dibujante de cómics leonés, a buscarse un hueco en Estados Unidos en lo que para él es una gran pasión y que desde hace algo más de tres años se ha convertido en su forma de vida. A sus 31 años, este ingeniero informático pronto se dio cuenta de que esta rama no era lo que quería hacer, sino que quería ser dibujante, algo que siempre se le había dado especialmente bien. Así que su afición al dibujo le llevó por otros derroteros y pronto apostó por dar rienda suelta a su creatividad.

Y lo hizo con un 'webcomic' con sus propios personajes y su propia historia, algo que fue un primer paso antes de empezar a asistir a convenciones para conocer gente, entre ellos editores y dibujantes con los que tener contactos y poder “meter la cabeza” y cumplir ese sueño de “ser dibujante de cómics”. Y de ahí al mercado americano, que es la máxima aspiración en este ámbito, hubo apenas un suspiro, aunque allí la forma de trabajo es muy diferente y resulta “bastante estable” con la edición de numerosas publicaciones regulares, lo que favorece un ritmo de trabajo “constante”.

“Es que allí hay muchísima más cultura del cómic”, reconoce Javier que alude a los miles de millones de dólares que mueve semanalmente ese mercado tan solo con las colecciones que salen a la venta. Una realidad muy lejana a la española donde “no hay una industria como tal” y donde la estructuración apenas existe. Y aunque como suele ocurrir en cualquier ámbito, los primeros pasos no resultan fáciles, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de pasar “los filtros” necesarios y adentrarse de la mano de un agente, Javier García-Quintana consiguió su objetivo.

Un trabajo de Javier García-Miranda, la original historia de 'Alien vs Vampirella'.

“Las editoriales tienen muchos filtros, el primero de ellos es quitarse a los vagos y eso lo consiguen no admitiendo propuestas a través de Internet”, explica Javier. Paradójicamente él consiguió su primer proyecto a través de la Red, porque optó por buscar trabajo en las editoriales pequeñas. “Me dediqué a dar la vara, a mandar páginas y cosas nuevas cada dos semanas” y finalmente recibió respuesta de una pequeña editorial llamada Zenescope con sede en Philadelphia, donde dio sus primeros pasos como profesional.

En un primer momento participaban en números sueltos, luego pasó a trabajar en una miniserie y luego fue el encargado de dibujar una serie completa. En ese tiempo trabajó con la editora Hannah Elder o con el colorista Leonardo Paciarotti, al que califica como “un genio” y con quien conectó desde el primer momento, algo que también quedó reflejado en su trabajo y que tenía “encantado” al editor de Zenescope, Pat Shand. Además, parece que ya se le ha encasillado teniendo en cuenta sus virtudes a la hora de dibujar y “por lo visto me han puesto en dos cosas específicas, que son los monstruos y las tías buenas”, declara.

Un trabajo muy meticuloso

El trabajo de Javier requiere de una enorme dedicación, al margen de las cualidades que se pueden apreciar en cuando se observa una de sus páginas. Normalmente es el editor el que le envía el guión del número que tiene que hacer, que Javier lee “con calma” y toma notas para, como si fuera un director de cine, buscar los planos y narrar la historia “de forma visual, convertir las palabras en imágenes y mantener al lector en la página”, dice.

Por eso, lo primero que hace son unos pequeños dibujos pequeños con los planos y las perspectivas que hace llegar nuevamente al editor, que se lo pasa al guionista para darle el visto bueno. Una vez definidas esas imágenes, es cuando Javier empieza a dibujar, agranda ese boceto y primero dibuja con su lapicero y luego lo entinta, la remite nuevamente al editor “y ahí termina mi parte, el siguiente que trabaja es el colorista”, explica.

Nuevo proyecto

Aunque su acceso al mercado americano lo dio en solitario, con el tiempo también cuenta con un agente que es el que le consiguió su acceso a Dynamite, una editorial “un poco más grande” donde ahora mismo se encuentra haciendo un 'crossover', es decir, lo que podría definirse como un intercambio de material entre Dynamite y Dark Horse, que es otra de las grandes editoriales del cómic americano. Se trata de 'Alien vs Vampirella' que se espera que sea “muy divertido” al tratarse de dos personajes que, en un principio, parecen no tener mucha relación, pero que “tienen mucho sentido” porque “Vampirella es un alien y la historia es muy interesante”, dice fascinado.

Esta historia, de la que ya está dibujando el número cinco de los seis previstos, está escrita por Corinna Sarah Bechko, una escritora “magnífica” que ha generado una historia en la que cuenta cómo “antes de la primera película en la que los humanos estamos colonizando Marte, pero alguien había llegado ya antes y se han encontrado una base de Nosferatu y, como no están seguros de lo que tienen entre manos, llaman a Vampirella y se encuentran algo mucho peor, que es un nido de aliens”, avanza.

En Estados Unidos se ha dado mucha publicidad a este lanzamiento ya desde la celebración el pasado mes de junio de la Comic Con de Chicago, uno de los grandes eventos a nivel mundial del sector del cómic. Las expectativas eran buenas y por ahora se están cumpliendo, ya que esta misma semana sale a la venta el número tres en Estados Unidos, donde está teniendo “buenas críticas” y se está vendiendo “bastante bien”. El dibujante bromea al considerar que a Sigourney Weaver le gustaría esta historia porque “es un personaje como Ellen Ripley en 'Alien' en el que también se ha querido ”mantener a raya“ la sexualización de Vampirella ”y que gustarse por cómo es y no porque muestre mucha cacha“.

Efecto fan

Aunque en España pueda parecer increíble que un dibujante de cómics tenga sus fans por los dibujos que hace, en Estados Unidos es algo muy común, así que Javier García-Miranda también tiene sus seguidores, y son muchos. Aunque en los inicios resulta “extraño” encontrar en los salones y eventos que se celebran gente que saluda a los dibujantes y elogian su trabajo, Javier reconoce que es una experiencia muy agradable. “No sé quién eres, pero te quiero”, es lo que le gustaría decir al seguidor, bromea.

Estos seguidores, auténticos fanáticos de los cómics y de sus historias, se mueven cientos de kilómetros desde sus ciudades de origen hasta los lugares donde se celebran estos encuentros “para venir a vernos”, lo que resultan una gratificación extra porque “ves que lo que estás haciendo, merece la pena”, añade el dibujante leonés.

Pero Javier ha experimentado este efecto fan también en España, donde no resulta tan extraño ver a algunos seguidores de su primer trabajo, un webcomic de fantasía 'stinbang' que narraba la aventura de un grupo de piratas aéreos que tenían una nave llamada 'Cernícalo' que era la que daba nombre al cómic, y que narraba las aventuras de sus personajes, la capitana, Kira Kester, y Horacio Legrass, un inquisidor que quiere conseguir el 'Cernícalo'.

Opciones de futuro

Contento con su experiencia, la intención de Javier es “seguir para adelante” y en algún momento poder trabajar para “una de las grandes” y entonces incluso se plantea la posibilidad de sacar sus propios cómics y proyectos en Estados Unidos. Con el mundo del cine siempre sobrevolando entre las posibilidades, por el momento este dibujante leonés no se plantea poder venir a España porque “se me queda pequeño” y porque al otro lado del Atlántico cuenta ya con una base de seguidores que le busca y le pide “específicamente dibujos hechos por mí porque saben quién soy, y eso en España, aunque lo tenga, es mucho más reducido”.

Para poder terminar trabajando en España habría que dar “un rodeo muy grande” y tener un poco de suerte, además de que económicamente a día de hoy no parece rentable, ya que un cómic de unas 300 páginas, que podría llevar incluso un año de trabajo, puede supone unos 900 euros de ganancia. “Imagínate vivir con 900 euros al mes”, se pregunta.

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