El Sevilla: “Hay cosas con las que no debería hacer humor”

El polifacético artista lleva este miércoles al Auditorio de León el monólogo teatralizado 'Reflexiones del hombre lengua', que según su propio autor cuenta la historia de “un loco que se cree Sócrates y que cuenta a todo el mundo sus historias como si fueran sus discípulos”.

Una hora y media de humor, destinado a un público adulto, en el que no se habla de cuestiones delicadas y con el que El Sevilla pretende “simplemente hacer reír con tonterías o con reflexiones absurdas”. Nos acercamos a este humorista un día antes de su actuación en la capital leonesa.

Respuesta (R). Llevo unos tres años con este espectáculo. El objetivo era tener una ocupación también en invierno ya que desde el mes de junio y durante todo el verano estoy con los Mojinos Escozíos y no paro.

R. Lo que vais a ver es hora y media de humor, risa, risa y risa. Es un monólogo con dirección artística, a diferencia de los de 'El club de la comedia', con todo respecto que también los hago, pero es un monólogo de teatro, de humor. Sale un tipo vestido de Sócrates con el que lo que queremos es hacer feliz a la gente, agarrarnos a eso que decía Aristóteles, que el camino más directo a través de la felicidad es la sabiduría. Agarrándonos a esa frase es una hora y media de reflexiones absurdas con el objetivo de hacer reír a todo el que viene. No es para todos los públicos, es para mayores de 18 años más que por la temática por el vocabulario, no hablo de política, no hablo de religión, pero sí que es verdad que hay palabras que son relativamente fuertes para un menor.

R. Yo tengo cuatro libros, hay uno de ellos que se llama 'El hombre que hablaba con las ranas'. El monólogo está prácticamente sacado de ahí. Cuenta la historia de un loco que se cree Sócrates y que a todo el mundo le cuenta sus películas, sus historias y sus rollos como si fueran sus discípulos. A raíz de ahí, se ha sacado el guión entero para llegar a la conclusión de que todo el que viene a verme sale sabiendo más cosas que cuando ha entrado, sale más sabio, y según la teoría de Aristóteles, sale más feliz.

R. Yo la verdad que creo que estupenda. Es un formato diferente de hacer humor, yo cuando me dice la gente que hago muchas cosas, le digo que no hago tantas, todo lo que hago tiene que ver con el humor. No es lo mismo estar con el grupo sobre el escenario que estar ahí solo, donde la gente te escucha hasta respirar. Otra de las premisas de esta propuesta era no era defraudar a los fans de Mojinos, a los que me escuchan por la radio, a quien me ha visto en televisión. Y gustarle a todo aquel que sabe y entiende de teatro.

R. Yo creo que sí. Imagínate recientemente que han matado a un torero, cuando el niño aquel que tenía cáncer y quería ser torero o por ejemplo con la muerte de Bimba Bosé. Te puede gustar Bimba Bosé o te puede gustar muchísimo Miguel Bosé y puede que gusten o que no te gusten los homosexuales, puedes pensar muchísimas cosas, pero hay cosas con las que no se debería de hacer humor. Incluso el humor negro tiene que tener unos límites.

El problema es que en el momento que le pongamos un listón al límite del humor, la censura sería tremenda. Probablemente una obra como la mía que no habla de política, ni de religión, que no tiene humor negro, pero simplemente tener alguna palabra más subidas de tono se podría llegar a censurar. Ese el problema del humor y de la censura sobre el humor, pero personalmente y moralmente para mí sí tiene límites el humor.

R. Por supuesto, yo soy el primero que me autocensuro. Yo personalmente en esta obra como te decía no hablo de política, ni de religión, ni me meto en primera persona con nadie. Tú puedes gastar una broma sobre el rey y sobre la caza de elefantes y eso no gustarle a todo el mundo. Yo sí que es verdad que después de 17 años haciendo humor, cuando decidí subirme a las tablas de un teatro en el momento de escribir el guión sí que me propuse no meterme con nadie, no hablar de temas que puedan resultar escabrosos, que pueden herir la sensibilidad a alguien y simplemente hacer reír con tonterías o con reflexiones absurdas.

R. Hombre sí le doy. Yo creo que le damos más importancia de la que tiene. A la gente le gusta seguirte por las redes sociales, pero les gusta seguirte depende de para qué. Si yo tengo a 230.000 personas no significa que vaya a llenar el Auditorio de León el miércoles y a lo mejor uno que tenga 1.000 personas sí, no tiene relación una cosa con la otra. La importancia a las redes sociales se la doy porque me gusta el contacto con la gente como lo he tenido siempre en persona y como lo sigo teniendo, por ejemplo cuando acaba una función me gusta saludar a la gente que ha venido vestido de Sócrates. Las redes sociales son otra forma de tener un contacto directo con la gente, hay gente a la que le gusta saber que está hablando contigo o hacerte una pregunta, criticarte o quejarte, aunque no soy yo de los que tiene muchos 'haters'.

R. No, aunque sí he tenido problemas más de una vez, pero no es algo que tenga que soportar todos días como otras personas conocidas que sí tienen muchos 'haters' y gente que les odia.

R. Es trabajo en el que hemos sacado diez temas nuevos y hemos rescatado los diez más conocidos de Mojinos por el 30 aniversario del grupo. No es un recopilatorio, es un disco original con temas nuevos, pero que tiene de regalo un DVD con nuestros diez mejores temas en directo.

R. Hoy día es difícil, los nuevos tienen otra forma de ver la vida y de escuchar música. Nosotros nos conformamos con seguir teniendo los que tenemos y si cae alguno nuevo pues mira, bienvenido sea, pero normalmente piensas en los que te han seguido, por lo menos que te sigan siguiendo.