La Semana Cultural de Olleros busca mirar más allá de la crisis
Olleros de Sabero ha convertido la Semana Cultural que arrancó en 1984, y que desde entonces no ha dejado de analizar la realidad en la que se halla inmersa, en uno de los eventos de este calibre de mayor solera de toda la Comunidad. Este lunes arranca la XXVIII edición que, como ha sucedido a lo largo de su dilatada historia, entra de lleno en el análisis de la principal preocupación de los ciudadanos y este 2012, sin duda, es la crisis. Pero con un matiz.
El artífice de esta trayectoria es el párroco Manuel Fresno y tal y como señalaba el propio titular de la parroquia en la presentación de esta nueva cita en la montaña oriental, es que, más allá del análisis de los hechos que nos han conducido a la actual momento que vivimos, la semana cultural busca explorar hacia dónde deberíamos dirigir nuestros esfuerzos ante el futuro que se avecina.
Manuel Fresno siempre apuesta por la botella medio llena y de ahí que haya insistido en esta faceta de la búsqueda de nuevos caminos como denominador común de las actividades que contempla la hoja de ruta de esta edición ya cercana a los 30 años.
Como ha sucedido en las anteriores, la trama se desarrolla en torno a tres ejes que aglutinan todas las actividades. Manuel Fresno compara estos tres ejes como los platos de un menú abierto a todos los vecinos que suelen responder de forma masiva a las propuestas de todo tipo.
El primer plato, la cuchara, corresponde al ciclo mesas redondas, ponencias y coloquios, el plato en el que se desmenuzan los ingredientes: en este 2012 contempla la ironía siempre edificante del periodista y escritor Pedro Trapiello, encargado de subir el telón este lunes con una disertación cuyo enunciado lo dice todo; “Intelectus apretatus discurre que rabea”.
El martes toma el relevo Alfonso García director del Filandón con una sugerencia como punto de partida; “El viajero siempre vuelve a sus raíces”. El ex decano del colegio de Economistas del León, Roberto Escudero Barbero, es el encargado el jueves de explicar hacia dónde caminamos, conscientes de un modelo que parece que ya no sirve.
“La Historias de la gente que no creen en la crisis” es la propuesta que se trae bajo el brazo un gran conocedor de todo el entorno rural y cultural de la montaña, Fulgencio Fernández, redactor jefe de la Crónica y la parcela se cierra con un repaso a la diversidad de las gentes del valle en medio de la crisis, elaborado y puesto en escena en formato de power point por Ana Zapico, directora del Telecentro de Sabero.
Participación
El segundo plato del menú diseñado por Manolo Fresno siempre tiene un hueco para el teatro, como es el caso de la puesta en escena de la propuesta Fray Gerundio de Campazas, a cargo de Fabularia Teatro, del IES Vidania, y dirigida por Raúl Gómez, pasado mañana a partir de las ocho de la tarde, como todos los actos en el Casa de Cultura de la localidad. La segunda y último caída de telón será el próximo domingo a la misma hora y en el mismo escenario; en esta ocasión el Grupo de Teatro de Riaño propone El Plan Manzanares. El tercero de los platos da cabida a la música, como por ejemplo el concierto que cierra el cartel de actividades el primero de mayo con el Grupo Tarna, como está estipulado a las ocho de la tarde.
El postre ante un menú tan variado es a la vez uno de los platos más expresivos y gratificantes porque recoge el quehacer de los vecinos, su cultura, sus proyectos y sus anhelos que se recopilan y se hacen extensivos a quienes lo deseen por medio de la red.
El propio recinto que acoge a las actividades programas también alberga durante todos los días que dura la cita cultural un amplia muestra de propuesta culturales de todo tipo, desde la pintura al ganchillo que han elaborado los vecinos. Uno de los objetivos primordiales es que participen todos y todas las asociaciones que tienen algo que ver con la montaña oriental, tal y como ha destacado Manuel Fresno.
La Semana Cultural de Ollero arrancó en 1984 con un asunto entre manos como la medicina preventiva y cobró aún mayor vigor si cabe desde 1991 con el cierre inesperado y sorprendente de la mina de Olleros de Sabero.
