'La realidad' propone en El Albéitar una reflexión filosófica sobre la percepción

La realidad

L. Castellanos

El origen de 'La realidad', la obra que fue nominada en la última edición de los Max al mejor espectáculo revelación y que en la de este año ha recibido un par de candidaturas (al mejor autor y a la mejor actriz), se sitúa en el encuentro entre Denise Despeyroux y Fernanda Orazi. A ambas les unían sus orígenes latinoamericanos (Denise es uruguaya y Fernanda argentina), Madrid como lugar de desarrollo de sus respectivas trayectorias, su pasión por el teatro y la necesidad de medirse al imprevisto y explorar nuevas formas de expresión escénica. 'La realidad', escrita y dirigida por Denise Despeyroux e interpretada por Fernanda Orazi, supone un ejercicio de riesgo con un alto componente filosófico.

Dos hermanas gemelas, Luz y Andrómeda, viven separadas a muchos kilómetros de distancia. Encarnan dos caracteres opuestos. Mientras Luz se inunda de alegría y optimismo, Andrómeda retrata la oscuridad y el miedo. A causa de la enfermedad que sufre la primera, Andrómeda aceptará el reto de suplantarla. Las dos hermanas oficiarán el ritual de la transformación a través de Internet siempre sobre la frontera que separa el bien y el mal, el amor a la vida y la destrucción, la cordura y demencia. “¿Cómo se hace para imitar a alguien por dentro? ¿Se puede amar a los vivos con el mismo amor que se tiene a los muertos? ¿La oscuridad es luz detenida?”. Son preguntas que se hacen las promotoras del montaje para encontrar las claves de su caracterización. Sin duda alguna, se trata de un montaje indiscutiblemente complejo, de enorme exigencia para la actriz (lo que la obliga a hacer alarde continuo de su talento) y también para la directora al ponerla continuamente a prueba. Al final, la obra propone una búsqueda de valores en un contexto que propicia el ahondamiento en situaciones de la vida real y lo que forma parte de espacios ajenos a lo terrenal.

La trama propugna el enlazamiento de las dos realidades que se citan en la función para que acaben desembocando en una única representación, la que sostienen las dos hermanas a través del ordenador. La pieza logra que estas dos realidades se entrelacen en una única representación que consiste, básicamente, en las conversaciones que estas dos hermanas mantienen a través del ordenador. La filosofía de lo dual lo va abarcando todo y así se manifiesta sobre el escenario, donde se explora asunto tal como la percepción, la propia y la ajena, que se tiene de las cosas, dominada por los mismos acontecimientos. Por supuesto, el montaje, con muchos elementos que engrandecen su diversidad, pone especial acento en la interpretación de Fernanda Orazi, sometida a toda clase de requerimientos.

Denise Despeyroux, cuya carrera creativa ha ido creciendo en España, reconoce influencias procedentes de Javier Daulte, Sanchis Sinisterra y Rafael Spregelburd. Sus obras, donde ejerce como autora y directora, se representan desde 2005 tanto en Madrid y Barcelona como en Buenos Aires. Suyas son 'Terapia' (Premio Federico Garcia Lorca 2005); 'Amateurs' (2007); 'Bienvenido a Girasol' (2008); 'La Vida no lo es todo' (2009); 'La muerte es lo de menos' (Premio al Mejor Espectáculo en la 15ª Mostra de Teatre de Barcelona 2010); 'El más querido' (2010); 'El corazón es extraño' y 'Por un infierno con fronteras' .

Por su parte, Fernanda Orazi, graduada en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Buenos Aires, visitó León hace pocos meses con ocasión de la representación de 'Los ojos'. Ha sido uno de los numerosos proyectos que ha abordado en España gracias a los cuales su prestigio y su solvencia se han multiplicado. También autora y directora, se ha convertido en la actriz-fetiche de uno de los grandes valores del nuevo teatro latinoamericano, Pablo Essiez.

Lugar: El Albéitar. A las 21 horas

Día: 8 de marzo de 2014

Entradas: 8 euros (la mitad para los miembros de la comunidad universitaria)

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