Adolfo Alonso ensalza la improvisación para “contar historias y leyendas” con “calidad literaria”
El poeta y escritor astorgano Adolfo Alonso ensalzó la improvisación como método para “contar historias y leyendas”, siempre con “calidad literaria”. “No es lo mismo saber de costumbres, cuentos o mitos, que contarlas. El ejemplo está en los juglares medievales: muchos de ellos seguro que eran analfabetos, pero en la plaza tenían calidad para contar cosas, eran los mejores en lo suyo”, subrayó el director del Instituto Leonés de Cultura (ILC) quien, entre sus labores, suma también la de pintor y la de 'contador' de historias. Un apartado en el que colabora con su hija, Andrea Alonso, quien a dúo, protagonizan el domingo un filandón en la localidad de Valcabado del Páramo (León), donde conjugará testimonios reales y fantasía para conseguir “magia” que entretenga al público. Por ese motivo, “se pasan de lado las maldiciones”.
Alonso destacó que siempre improvisa, “nunca hay guión”. “Contamos cosas que nos surgen sobre la marcha. Es como el que cuenta chistes, que algunos se le van ocurriendo, sin orden. Por ello, un filandón de este tipo es diferente”, apostilló. El domingo, la actuación con su hija comenzará a las 20.30 horas en el cuarto de concejos de la localidad, bajo el título de 'Leyendas de esta tierra'.
Un término mucho más amplio del que parece indicar. No solo se ciñe al Páramo, al sur de León o a la provincia, sino que cuentan historias recogidas en numerosos pueblos durante muchos años, “de boca de las gentes, principalmente los mayores”. Esa extensión narra las vivencias, sensaciones y ocurrencias de los “paisanos” del noroeste peninsular, desde toda “Castilla y León, a Asturias, parte de Portugal y Galicia”, matiza en declaraciones a Ical. Precisamente, la comunidad vecina gallega es protagonista de muchas de esas leyendas gracias a un importante trabajo que ha llevado al director del ILC y su hija a “lo más profundo de esa tierra”. Por ello, ahora hablan en sus intervenciones sobre la 'Santa Compaña', la más extendida, cuya mitología popular se traduce en una procesión de ánimas que discurre desde medianoche por las parroquias para visitar o advertir a las casas en las que en breve se registrará una defunción. También hablan de leyendas sobre exorcismos, meigas y 'bruxas'.
El paso del tiempo
El denominador común de todas ellas, también de aquellas que tocan León, Palencia o Zamora, “es el tiempo, el paso del tiempo”. Muchas de estas leyendas fueron trasladadas a tierras de León y Castilla cuando los “segadores gallegos llegaban a Tierra de Campos de Valladolid, Palencia y León para trabajar en verano. ”Antes no había televisión y esta gente se reunía en torno a una hoguera o en una casa porque tenían la necesidad de comunicarse. Y las leyendas eran una forma de ellos. Lo hacían sobre catástrofes, apariciones, interpretaciones de muertes, la magia y, principalmente, sobre el hombre, el más allá, lo caso inconcebible e inexplicable“, sostiene Adolfo Alonso, quien prosigue que ahora él y su hija son los encargados de trasladarlo al público.
El director del ILC llega a Valcabado del Páramo después de haber protagonizado coloquios de este tipo en Madrid, en Salamanca, en el Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos o en Aranda de Duero, entre otros muchos lugares. Colaborador habitual de Castilla y León-El Mundo, relata que una leyenda surge cuando el “hombre imagina”. “Es lo que hacemos nosotros, que también nos inventamos historias, o más bien las interpretamos. Es literatura viva. Tras hablar con diez o doce personas en un pueblo o comarca, te das cuenta de que todas te cuentan lo mismos, pero de forma diferente”, puntualiza, mientras termina de pintar un bestiario “que no tenía pensado hacer”. “Escribo y pinto lo que se me ocurre en un momento determinado. Improvisación absoluta”, recalca el autor de libros de 'autor', como 'Plegaria de metal' (Editorial Visor), que fue Premio Gil de Biedma tras haberlo escrito y dibujado dos años antes sin pensar “ni siquiera en publicarlo”.