Nieves Concostrina: “Antonia es mi madre”
La cantidad de libros que se presentan cada semana en León es apabullante. No hace falta esperar al fin de semana para que se celebre algún acto literario en nuestra ciudad y así lo ha demostrado Nieves Concostrina (Madrid, 1961) al traer su primera novela, “Antonia”, este miércoles 17 de diciembre hasta el colegio San José. Hablamos con la periodista y escritora antes de dicha presentación.
¿Cómo te decides a escribir “Antonia”?
Lo decidí hace más de diez años. La gente cree que es el último, y en fecha de salida lo es, pero es el primero que empecé a escribir. Hace una década me empecé a documentar, a grabar los testimonios de Antonia... Lo que pasa es que he tardado porque tenía que compaginarlo con el trabajo, luego me puse con los otros libros más relacionados con el trabajo en la radio. Hace dos años ya me puse en serio.
¿Cómo compaginas el trabajo periodístico con el literario?
Haciéndolo. Yo trabajo todos los días porque soy autónoma. Pero cuando tenía cuatro o cinco horas libres, me ponía. Necesito al menos ese tiempo para escribir. Me organizaba la vida y el trabajo.
¿Por qué Antonia? ¿Cómo llegas a ella?
Llegué porque la conozco muy bien. Llevaba años oyéndola contar las historias de su infancia, la guerra, la posguerra, el hambre, la misera... De muchas cosas que le ha pasado al 80% de este país. (Hace una pequeña pausa) Antonia es mi madre. No ponía en perspectiva las cosas que contaba cuando yo era joven. Con el paso del tiempo, ves que eso es la memoria histórica cotidiana de la gente. Era una historia que merece ser contada. Antonia es mi madre pero también es la madre de los cincuentones y sesentones y es gente que está entre nosotros todavía. Toda la gente que pasó por eso está aquí y debemos escucharles. No siempre tiene que haber un asesinato, un enigma por el medio para que haya que escribir un libro.
¿El formato de novela es para tomar distancia y, al mismo tiempo, una cercanía que no permite el periodismo?
Sí. Una novela era una manera más fácil de acercarme aunque el 90% no es ficción. Me he tomado mis licencias noveleras para encajar capítulos y datos. Pero es todo verdad.
Me he tomado mis licencias noveleras para encajar capítulos y datos. Pero es todo verdad.
El contexto es un poco difícil de abordar. ¿Crees que en España estamos preparados para hablar de la Guerra Civil?
Como no estemos preparados todavía... No creo que haya que estarlo. Eso pasó y la gente que lo vivió sigue estando entre nosotros.
¿Y la Ley de Memoria Histórica?
Eso es más política. Hay una memoria histórica más cotidiana que depende de nosotros al no olvidar lo que nos cuentan nuestros abuelos, tíos... Va pasando de memoria en memoria y debemos tener la deferencia por esa gente que lo pasó tan mal. No hace falta que venga un gobierno de tal o tal signo a decirnos nada pero sí hay una parte de ello que debe hacer el Gobierno con el reconocimiento de las víctimas y recuperar los restos para que tengan un entierro digno. Pero la otra parte es la que yo seguiré transmitiendo.
¿Crees que la crisis está sirviendo como excusa para llevarse por delante los derechos que esos abuelos consiguieron con tanto esfuerzo?
Es lamentable que la crisis esté haciendo a esas personas de 80 años volver a pasar por ver cómo se deterioran unos servicios que ellos ya habían conseguido. No se lo merecen. Yo soy joven, puedo esperar año y medio en una lista de espera para una operación. No debería porque pago bien pagada mi seguridad social para tener esos derechos, pero puedo. Sin embargo, no se puede meter en lista de espera a alguien de 80 años. Es una canallada. A estas alturas no deberían ver cómo se deteriora la educación, la sanidad... Todos los servicios que necesitan. Ven cómo todo por lo que lucharon para sus nietos desaparece, cómo la universidad vuelve a ser para los ricos...
España ha avanzado en la zona urbana pero el ámbito rural sigue un poco congelado en el tiempo...
No puedo conocer bien esa parte. Soy muy urbanita: nací en Madrid y crecí en Madrid. Conozco todas las capitales de provincia pero no sé lo que supone vivir en el ámbito rural. Supongo que allí todo el deterioro de la sanidad de nota más con esos médicos que van de pueblo en pueblo. Pero no me arriesgo a hablar porque no lo conozco.
Estuviste mucho tiempo al frente de 'Polvo eres', ¿es la muerte un tema delicado del que hablar?
Para algunos sí, para mí no. Para el que sea delicado, que no lo traten. Es producto de una educación absolutamente retrógrada, de una educación religiosa y oscura... A los muertos se deja a un lado, no se habla de ellos. Yo le tengo a la muerte tanto miedo como cualquier otra persona pero no creo que por hablar abiertamente de ella, que es una cosa que nos va a pasar a todos, alguien diga “¡Qué mal gusto!”. Pues que no me escuche, no voy a dejar de hacerlo. Lo trato con humor cuando se puede. La memoria histórica es un tema que no hace gracia pero si tengo que hablar de que Francisco de Goya perdió la cabeza, no creo que ofenda a nadie tratarlo con humor.
Periodísticamente hablando, ¿aparece la muerte en momentos puntuales?
Reconozco que eso que yo hacía en Radio 5 o lo que hago con Pepa Fernández en 'El acabose', es un poco estrafalario. Pero somos periodistas y hablamos de todo, unos de bombillas y otros de política. Pues yo he hablado de cultura, he hecho crónica parlamentaria, he estado en televisión... Hubo un momento determinado en el que decidí hablar de esto porque no lo hacía nadie. Funcionó porque como nadie hablaba, en cuanto salió una loca hablando de la muerte, hubo éxito. A la gente le atrae el tema. De lo que huyo es de todo lo relacionado con espíritus, de fantasmas... Está muy bien pero para quien le interese. Creo que yo lo hago desde un punto de vista realista y desdramatizado, no intento hacer llorar a nadie. Tenemos fecha de caducidad, como los yogures.
En cuanto salió una loca hablando de la muerte, hubo éxito.
¿Qué opinas de la tendencia de convertir los obituarios en una loa de la vida del difunto pasando por alto grandes errores? Lo pudimos ver este verano con Emilio Botín o con Isidoro Álvarez, el presidente de El Corte Inglés.
Creo que eso es un propio de la hipocresía y el cinismo español. Y de cualquier otro lado. No le deseo nunca la muerte, aunque cuando se murió Botín pues me dio igual. Hay que dar difusión porque son personajes importantes pero quien debe hablar bien de ellos es su familia.
¿Se puede ser optimista teniendo la mente puesta en la muerte tan a menudo?
¿Por qué no? Claro que sí. No estoy pensando en que me voy a morir. Va a ocurrir. Tú también te vas a morir y no estás pensando en ello. El tiempo lo empleo en tomarme cañas con los amigos, en disfrutar, viajar, escribir... En vivir la vida. Lo otro llegará cuando tenga que llegar. La muerte es un abanico de muchas posibilidades para hablar de ella: es cultura, sociedad, todo lo relacionado a ritos funerarios en el mundo, antropología. Todos los arqueólogos e historiadores, viven de la muerte porque su trabajo está relacionado con gente que ya ha pasado por aquí pero no por ello son unos morbosos. Lo que no me interesa es si hay vida más allá porque no la hay.
¿Serían esos obituarios y todo lo que se hable en la prensa de un fallecido esa 'vida después de la muerte'?
La única vida que tienen más allá los muertos es si se sigue hablando de ellos. Grandes músicos, personajes o también gamberros que hayan hecho algo y se les recuerde.
Ya para terminar, ¿tienes algún otro libro en proyecto?
No. Proyectos siempre se tiene, igual que este llevaba ahí diez años. Vivo al día, ahora estoy en promocionar este libro. Se está vendiendo mucho mejor de lo que esperaba, no porque sea malo sino porque ha descendido mucho la venta de libros. El Gobierno mete el 21% de IVA y la gente lo primero que recorta es en cultura. Aunque luego se compren un bolso de 200 euros, un libro les parece muy caro. No sé si volveré a escribir porque no hago planes con antelación. Puede que sí pero no sabría decírtelo. De momento, continuaré con las presentaciones, viajando y conociendo lectores. Y me iré de vacaciones la semana que viene. Paso a paso.