Miguel Escanciano: “La poesía es una forma de sentir que participo y estoy vivo, aún, y a pesar de todo, en este mundo”

Miguel Escanciano. Foto: Marcelino Cuevas

Manuel Cuenya

I

Desciende y emerge hacia las playas donde proyectan

sus sombras las encinas

hasta perderse entre el sobrio ronroneo de las algas

y las conchas,

acariciado por las cálidas espumas, en la proximidad

de las costas del Egeo.

En las minúsculas arenas perfila geografías

la desnudez de las huellas

y le adentran en un paraje donde otrora aovaron

las calandrias.

Una plácida lluvia de sal o de mar

cae serena de los cabellos a los hombros

hacia el florido musgo de su pecho,

y dibuja un paisaje de salinas sobre tan bruñido cuerpo.

Ante aquel perfecto recorrido

rasgó el cielo en solitario vuelo la gaviota.

(Miguel Escanciano, 'Hylas')

Poeta, cantautor (llegó a compartir escenario incluso con el gran Labordeta), actor, diseñador (fundó con Camino Jaular una Escuela de diseño e imagen para la moda de España), pintor (el próximo 12 de mayo, a las 13 horas, presentará la exposición, 'Jardínes Metafóricos', en la Galería Ármaga), este es Miguel Escanciano, un espíritu renacentista, quien además militara de un modo activo en la izquierda durante la transición, lo que “han hecho de mí una persona sensible, coherente y solidaria”, precisa. Tal vez esto se deba a que nació con una estrella revolucionaria en la cabeza, como acostumbra a decir, porque vino al mundo en 1953 en la ciudad de León, el mismo día y mes en que se iniciara la revolución cubana con el asalto al Cuartel Moncada.

La poesía le ha permitido, en su opinión, pertenecer a una generación de poetas tan relevantes como Eugenio de Nora (fallecido recientemente) Victoriano Crémer, Antonio Pereira, Antonio Gamoneda y Aldo Sanz (por quien siente gran admiración y amistad). O bien narradores como José María Merino, Luis Mateo Díez o Aparicio, “y más próximos a mi edad, Julio Llamazares, Andrés Trapiello, José Carlón, José Antonio Llamas, Ángel Fierro, Juan Carlos Mestre, Ildefonso Rodríguez, Eloísa Otero, Víctor M. Díez, Luis Miguel Rabanal, Juan Carlos Pajares, entre otros y con tanta proximidad... en fin, sigue asomando savia nueva, Rafael Saravia, Raquel Lanseros, Jorge Pascual... Todo un privilegio”, explica Miguel Escanciano, que acaba de presentar 'Hylas. Al sur de la mirada' en el salón de los Reyes del antiguo Ayuntamiento de León.

Un poemario que permanecía inédito desde septiembre de 1988, año en que recibiera un accésit en el Premio Seráfico de Poesía de Elda (Alicante). Y que ahora ve la luz, por fin, gracias a Marciano Sonoro Ediciones, que está realizando una excelente labor.

“Una joyita literaria”, según Cristina Pimentel y Jesús Palmero, los responsables de Marciano Sonoro, para cuya cubierta utilizaron una imagen fotográfica realizada antes de la agresión que sufriera el mosaico en 1936, con la consiguiente desfiguración del rostro del joven argonauta.

Un libro, en el que están presentes poetas como Kavafis o Cavafis, Pasolini o Gil-Albert (a quienes admira Escanciano), introducido con una cita de la novelista, poeta y traductora Marguerite Yourcenar: “Todo hombre se avergüenza de su rostro contaminado de sueño”. Y construido como un monólogo teatral fragmentado en cuatro partes: una primera, Prólogo a un sueño, en la que se anticipa el sueño: “...Hay un hombre./ Sí, un hombre recoge crisantemos para adornar la almohada/ en la que sucederá este sueño...”, una segunda, Hylas, donde se aborda el sueño propiamente dicho: “Retomó la luna aquel paisaje herido hasta la muerte,/ siguiendo las rutas vestidas de olivos, encinas, mirtos/ o arrayanes,/ y se ocultaron las sombras de la noche/ tras la hierba húmeda de bruma...”, una tercera, Adagio, dedicada a la reflexión: “¿Si fuera posible precisar un paisaje concreto/ donde alojarme, silencioso y callado,/ tal vez en un solar yermo, inexistente, ambiguo,/ pero en el mismo lugar donde tú habites?...”, y una cuarta, Epílogo, que es una carta a Heracles (Hércules en la mitología romana), un viaje ensoñador, bellísimo, por los paisajes de la ausencia, la ausencia del ser amado. He aquí el párrafo inicial: “Al igual que tú, divino Heracles, he roto mi voz por los paisajes de la ausencia donde pervive el desamparo, la soledad abyecta, el abatimiento umbrío y este dolor que aún persiste y contrae o estremece las entrañas...”.

Un poemario inspirado asimismo en el mosaico de 'Las Hilas y las Ninfas', que se encuentra en el Museo de León. No en vano, Luis Grau, el director de este museo, acompañó al autor en la presentación del pasado viernes en León.

Cuenta el propio autor que 'Hylas. Al sur de la mirada' es un relato poético, intimista, que indaga en los sentimientos, en la frustración producida por la angustia y el desconcertante desconocimiento al que nos empuja el amor perdido. “Creo que es un poema argumentado y tramado de una forma bastante resolutiva”, apostilla el leonés Miguel Escanciano, para quien León lo es todo, el lugar donde naciera, la ciudad de su infancia, adolescencia, juventud y madurez. “Igualmente es el lugar donde me he desarrollado cultural, artística, profesional e intelectualmente. Esta tierra me ha dado vida, amor, trabajo, alguna bofetada, las menos, pero por encima de todo amo a esta ciudad y estoy seguro de su reciprocidad”.

León, Ciudad de la Literatura

Orgulloso de su ciudad, de su tierra, le gustaría convertir a León en Ciudad de la Literatura, habida cuenta de los muchos autores/as leoneses que empujan de una forma brillante el panorama literario nacional. Y la labor y el esfuerzo que están haciendo algunas editoras o editoriales leonesas por dar visibilidad a los autores de esta tierra. “Lo más importante es la voluntad de los autores en persistir”, matiza Miguel Escanciano cuyas fuentes literarias son los libros que están en su mesita, junto al cabecero de su cama. “Son parte integral de mi ser, siento su proximidad, a veces me hacen invisible y otras me empujan a salir a la calle y gritar o simplemente, respirar”.

Aparte de 'Hylas', 'Horas de luna' o 'El libro de las hojas, las flores y los peces', editado por Ármaga (un relato existencialista que parte de sus propias experiencias con la enfermedad y los quirófanos, según él), Miguel ha colaborado con las revistas 'Cuadernos Leoneses de Poesía', 'Margen' o 'Fake'. Y llegó a fundar, con el extraordinario escritor Julio Llamazares, un grupo de poesía llamado Barro.

Barro, como bien dice Julio Llamazares, fue una experiencia juvenil de nuestros veinte años, que, como canta Gardel, 'no son nada', pero nos enriqueció poética y culturalmente

Este libro colectivo se tituló 'Barro. Antología poética', donde la poesía de Escanciano estaba marcada por un contenido eminentemente social, “escrito con la rabia de una persona joven e impetuosa, pero consciente de que en esos años la palabra 'Libertad' era el único argumento válido para todo tipo de poema... La divulgación y fuerza de la poesía social que interpretaban los cantautores fue clave para para que optara por poner música a mis poemas más comprometidos para así acercarlos en mis conciertos al público”, afirma Miguel Escanciano, que nos ha dejado, como cantautor, una discografía interesante: 'Banderas de Abril', 'De claveles y puñales', 'Canciones de los tiempos vividos', 'Cantando al Gardel del Malevaje', además de algunas reediciones.

“Barro, como bien dice Julio Llamazares, fue una experiencia juvenil de nuestros veinte años, que, como canta Gardel, 'no son nada', pero nos enriqueció poética y culturalmente. Si 'Espadaña' y 'Claraboya' tuvieron su revista, nuestra aportación fue la emisión de un programa de radio semanal en la Cope que nos permitió difundir la poesía del momento y la edición de un libro de poemas colectivo”.

La poesía le ha llevado a la pintura o viceversa, porque la pintura es, a su juicio, magia capaz de convertir el trazo y el color en una imagen, en un poema gráfico. Para él una experiencia vital e imprescindible, que le da vida. “Creo que mis dibujos son poemas visuales fáciles de interpretar por el espectador, y en los que algunas veces involuntariamente somos cómplices”, nos recuerda este creador para quien la poesía es una catarsis, una terapia y “una forma de sentir que participo y estoy vivo, aún, y a pesar de todo, en este mundo”.

IV

Giró serenamente el horizonte

y asomó la atardecida como un inmenso lienzo de cirros

y naranjos.

Tímido se repliega el día.

VI

Y, observando cómo Hylas hundía el cuenco entrelazado

de sus manos

a través del plano acerado y cristalino,

sugieren a las aguas que abran la espontánea celosía

que dimana de la superficie hacia sus húmedas moradas,

para atraer hacía sí el deseo vehemente y lujurioso

por poseer a aquel joven tan bello.

Amaron las náyades,

donde tenue verdea el terciopelo,

en el mismo lugar donde abriga el tálamo de cieno y lodo.

(Miguel Escanciano, 'Hylas')

La música, tan emparentada con la poesía

Recuerda que sus inicios en la música fueron a través del folk formando parte de Chusma, “un grupo cuyo repertorio se centraba en compatibilizar la música tradicional leonesa con el country americano. En agosto de 1974, actuamos en el Día de la Cultura de Gijón compartiendo cartel y escenario con el mítico José Afonso, autor del 'Grândola vila morena', canción que fue la contraseña para el levantamiento contra la dictadura en Portugal; él fue quien diera sentido a mi forma de entender la música y me convertiría en un cantautor comprometido con el tiempo que vivíamos en este país”.

Él mismo reconoce que 'Banderas de Abril' fue quizá la canción más representativa de su etapa como músico, que le empujó a vivir en Madrid, donde para superar el tedio y la soledad –argumenta Escanciano–hizo estudios de Diseño Gráfico que posteriormente lo llevarían a fundar, junto con Camino Jaular, la Escuela de diseño e imagen para la moda de España (EDIME).

“Al igual que la poesía me ha permitido tener entre mi círculo de amigos a espléndidos poetas, la música me ha llevado a participar en algunos de los festivales más importantes de la historia de la transición, tales como el Día de la Cultura, Gijón 1974, Festival da Libertade, Santiago de Compostela 1976, Festival de las Autonomías, León, Valladolid, Zaragoza, 1976, las convocatorias más represaliadas de Villalar de los Comuneros en sus primeras ediciones, etc.”.

De su etapa como cantautor se queda con la amistad de Claudina y Alberto Gambino, la de su muy querido José Antonio Labordeta, “tristemente fallecido”, o el haber compartido escenario con José Afonso, Alberto Cortez, Olga Manzano y Manuel Picón, La Fanega, Elisa Serna, Julia León, Oskorri, Amancio Prada, entre otros.

“Llegado el desencanto, la aparición de Miguel Escanciano y Los Plati's fue un revulsivo divertido en un momento en el que el rock and roll empezaba a apropiarse de los escenarios y de las emisoras de radio, desbancando a la música de autor. Jugábamos a despolitizar el camino andado a través de cuplets, foxtrot, boleros, pasodobles y tangos. Fue una experiencia muy Felliniana”, señala el todoterreno Escanciano, quien también formó parte de los tres grupos más relevantes de los años 70. Y al que se le considera “precursor de Paco Clavel”, según nos muestra la periodista y poeta Eloísa Otero (a quien agradezco que me facilitara el contacto de Escanciano) en su 'Tam Tam Press'.

“Partiendo de una formación con Experimental de Domingo Modroño, posteriormente me integré en Grutélipo, para acabar finalmente en Experimental 5. Hice mis pinitos como director ensayando a grupos de teatro infantil, alumnos de instituto, etc.”.

Al igual que la poesía me ha permitido tener entre mi círculo de amigos a espléndidos poetas, la música me ha llevado a participar en algunos de los festivales más importantes de la historia de la transición

Después de ejercer como gestor cultural, de publicar libros, catálogos, dar conciertos, recitales, hacer programas de radio, desfiles de moda, exposiciones... “en fin, toda una vida”, Escanciano afirma que su proyecto más grande y al que más momentos dedica es el día a día, “saber que respiro, que amanece, sentir cómo pasan las horas, disfrutar con la ejecución de un trazo, sentir el pulso y el ritmo de los dedos sobre el teclado, departir, conversar y abrazar a los amigos, a la familia, y si queda tiempo terminar un libro de poemas pendiente”, concluye.

Entrevista breve a Miguel Escanciano

“Escribo por necesidad mental, por sentirme vivo, por no caer en la desesperación”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Releo mucho, muchísimo, sobre todo poesía. En narrativa pocas veces he dado una segunda oportunidad a un libro.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Por obligación diré Don Quijote y por conciencia, también Don Quijote.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Intento evitar que una lectura se me haga insoportable, prescindo inmediatamente del libro e inicio uno nuevo. No puedo decir un autor o autora que me resulte insoportable, elogio siempre el esfuerzo por escribir, carezco de mentalidad crítica hacia los demás. Es excesivamente soberbio despreciar el esfuerzo de cualquier autor.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Me considero buena gente.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La tolerancia y la solidaridad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

¿Pero, se hace política? Siento una profunda tristeza al ver cómo se van desarrollando las cosas, de si realmente sabemos o conocemos a los políticos que votamos. Percibir de manera tan grosera el desprecio con el que algunos políticos gestionan el voto de los ciudadanos es despreciable.

La sociedad de la que formo parte está despertando, se nota en las calles, en las conversaciones. Quien no ha oído frases como: “que devuelvan el dinero, dignidad para los pensionistas, que se cumpla con la memoria histórica, salarios dignos, maltrato de género, a igual trabajo igual salario, etc...”. Qué bien entrado el siglo XXI siga en las calles la palabra LIBERTAD es síntoma de que algo estamos haciendo mal.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Disfrutar de mis amigos, de mi familia.

¿Por qué escribes?

Por necesidad mental, por sentirme vivo, por no caer en la desesperación. Soy consciente de que suena a tópico, pero en mi caso es la brutal realidad.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Huyo de las redes sociales, no estoy ni en Facebook, ni en Twitter, tan sólo meto imágenes en Instagran. Me da vértigo estar en una nube. Para la poesía y la pintura prefiero el tacto del papel. De las redes lo único que me interesa es la agilidad de la información y la prensa digital.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Igual que muchos poetas de mi generación, he bebido de la poesía social hasta saciarme. Hoy por hoy mi poesía es una poesía intimista que en algún momento aborda las miserias de la sin razón humana. León Felipe, Juan Gil Albert, Pasolini, Kavafis o Juan Gelman, conforman algunas de mis lecturas poéticas favoritas.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Soy muy torpe con el ordenador por no decir analfabeto informático y me da pánico bloquearme ante el mínimo problema tecnológico, o la posible pérdida de un texto, pero sí, frecuento la información digital y sigo a 'Tam-Tam Press'.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Que nunca te quiten la palabra, la voz, el grito...

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