Nicolás Puente: “Hay una nueva hornada de autores del Bierzo que a mi entender darán que hablar”

Nicolás Puente.

Manuel Cuenya

Cuando vuelvas, si vuelves,

estaremos en otoño...

Los últimos rayos del verano

habrán agostado lentos

las ramas de los chopos

desvistiendo sus copas

de sombras y sueños.

La liebre, con lágrimas en los ojos,

estará despidiendo a sus lebratos.

Las primeras nieves vestirán de armiño

el aire límpido de los Aquilianos

y darán al Oza su cantiga de agua.

Los asnos, con los serones al lomo,

recorrerán las laderas de los sotos

y las umbrías de los castaños

trasportando abúlicos la paña.

Un cazador flanqueado por su perro

atisba el sueño de un jabalí en la lejanía.

Dos tiros secos paralizan el monte

y lo visten de un silencio roto

por los latidos de un galgo

buscando entre las urces y los piornos.

Cuando vuelvas —si vuelves—,

estaremos en otoño...

Todo se estará yendo

tratando de despertar la primavera.

Volverán a vestirse las laderas de verde

en el Valle del Silencio.

Un millón de ausentes peregrinos

rondarán la cueva de San Genadio

y escucharán la misma música de agua

que siglos atrás acompasó terca

los rezos del ermitaño.

Solo, solos, tú y yo

estaremos en otoño.

Estaremos poblados de ausencias,

de rostros que perdieron el camino.

Algunos ojos nuevos vendrán a nuestro encuentro

y se colgarán de nuestras manos

recordándonos el fluir del tiempo.

Y tú, y yo, con nuestros ojos de cataratas

no alcanzaremos a ver el horizonte.

No llegaremos a sentir la primavera

vistiendo de nuevo los chopos de sueños,

ni veremos sus ramas mirar al cielo.

Seguirá caminando el tiempo

arrastrándose a sí mismo, en un círculo infinito

en el que nosotros solo somos ausencias.

(Nicolás Puente, 'Recuerdos')

Comenzó a tomarse en serio la escritura hace una década, aunque ya le entusiasmaba escribir de un modo creativo con once años. Eso cuenta este autor berciano, Nicolás Puente, para quien el Bierzo es, además de su lugar de nacimiento, el espacio que ha marcado su forma de ver el mundo, sobre todo en los años de su niñez.

“Nací en Dehesas, un pueblo donde la gente mezcla el gallego, el castellano y algunas palabras propias de la zona. Eso, por ejemplo, me ha dado la oportunidad de aprender el gallego sin ningún esfuerzo. Pero no solo eso, Dehesas es un pueblo fundamentalmente agrícola, lo que me ha permitido conocer y vivir los trabajos del campo. Y esa experiencia ha impregnado mi vida de mil formas: respeto por los campesinos, conocimiento de las tareas agrícolas, plantar un huerto aquí donde vivo”, explica él, que lleva el Bierzo en el alma, “muchas veces como añoranza”, porque desde hace años vive en Alemania, país que quiere y siente como suyo.

Cursó estudios en La Bañeza, Astorga y Madrid, donde se licenció en Teología. Durante cinco años se dedicó a la enseñanza. Se fue a Alemania para hacer el doctorado en Filosofía en la ciudad de Mainz, donde acabaría haciendo un curso de informática, que le sirvió para encontrar trabajo de forma rápida, “primero en Nintendo y luego donde estoy ahora”, apostilla él, que se siente muy contento de vivir en el país germano, si bien conserva intactos el olor de los campos cuando se recoge el trigo, la cebada... El olor de la hierba recién segada... Y en su escritura brota el Bierzo, la forma de ser de la gente, que inspira algunos de sus personajes...

“Cuando empecé a trabajar en el Ministerio de Geología y Minas, en el departamento de informática, un compañero vino y me pidió fotos de las Médulas. Estaba escribiendo un artículo sobre el oro del Rhein/Rin comparándolo con la geología de otros lugares. Lo primero que pensé fue: ¿Cómo conoce este las Médulas? Con el paso del tiempo me he ido convenciendo de que tenemos un patrimonio enorme al que no hemos sabido dar visibilidad. Esta es una tarea pendiente”, se lamenta el autor de 'Cuentos encontrados por el camino', para el que las políticas que han marcado el destino del Bierzo son, a su juicio, muy deficientes, porque se sabía, desde hace décadas, que las minas tenían fecha de caducidad.

“¿Qué previsiones se han puesto en marcha? Varios países en Europa están volviendo al uso del carbón mejorando mucho el tema de las emisiones ¿Por qué se dinamitan nuestras centrales? Yo veo el esfuerzo que hace el gobierno alemán para poner a los campesinos al día en el tema de la producción agrícola, sobre todo en cursos de formación. Donde trabajo, analizan los suelos y se recomienda qué deben añadirle al campo, así como el tipo de cepa más apta para su zona, para que puedan conseguir la denominación de origen ¿Qué hacen nuestra zona?”, se pregunta apenado el creador del poemario 'De amor, desamor y otros demonios', que es, en su opinión, un viaje íntimo, una reflexión sobre las personas que se cruzaron y se cruzan en su camino, con el tema del amor como entrega total y como paz, la que produce el estar rodeado de las personas a las que uno ama, y también con el tema del dolor que provoca la ausencia de amor, el dolor que surge de la contemplación de la injusticia, porque su escritura es una reflexión sobre la realidad en la que vive. Y sus poemas están marcados por esa realidad, de ahí que muchas veces explote en protesta, desengaño o denuncia, aclara él.

Nací en Dehesas, un pueblo donde la gente mezcla el gallego, el castellano y algunas palabras propias de la zona. Eso, por ejemplo, me ha dado la oportunidad de aprender el gallego sin ningún esfuerzo. Pero no solo eso, Dehesas es un pueblo fundamentalmente agrícola, lo que me ha permitido conocer y vivir los trabajos del campo. Y esa experiencia ha impregnado mi vida de mil formas: respeto por los campesinos, conocimiento de las tareas agrícolas, plantar un huerto aquí donde vivo

La poesía como algo salvífico

“Una amiga argentina me dijo alguna vez que le duelen más mis poemas que la situación. Pienso que es un poquito exagerada, pero algo de razón tiene. En este sentido, la poesía y todo lo que escribo me ayudan a liberarme del dolor y de la rabia. Me funciona como una especie de terapia que necesito para vivir”, afirma Nicolás, que reconoce ser un gran lector, si bien siente fascinación sobre todo por Saramago. Otros de sus grandes referentes son Delibes, Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Alberto Moravia, Juan Marsé... “Todos ellos han vertido en su literatura una reflexión sobre el mundo. Algunas veces un tanto sesgada por su propia posición, pero siempre enriquecedora y brillante”, detalla Nicolás, el cual también reivindica a escritores de la provincia de León, que suenan a nivel nacional e internacional -agrega él-, como Juan Carlos Mestre, Antonio Pereira, Santiago Macías, Andrés Trapiello, Julio llamazares, entre otros. “Junto a estos hay una nueva hornada con nombres que a mi entender darán que hablar. Algunos de ellos han colaborado en la antología 'El Bierzo criminal', una serie de relatos donde el crimen está en el centro de la historia. Pero también están saliendo buenos poetas, pintores y algunos escultores”, resalta Nicolás, que, además del libro de relatos 'Cuentos encontrados por el camino', ha publicado, en colaboración con Paqui Valenzuela, 'Cuentos de Navidad' y 'La estrella de mis sueños', que son libros infantiles ilustrados.

Respecto a la pandemia, que aún sufrimos, cree que, sobre todo en España, la actuación del gobierno jamás estuvo a la altura de las necesidades reales. “Es cierto que cogió a todos los países desprevenidos, pero también es cierto que algunos tuvieron actuaciones mucho más sensatas y mejor organizadas. Por otro lado, pienso que desconocemos las consecuencias que traerá en el futuro. En el ámbito de la cultura ha paralizado todo lo que tuviera que ver con el espectáculo presencial, ahondando más la crisis de un sector que vive en ella de forma permanente”.

En el ámbito social, considera que la pandemia ha incrementado la solidaridad cívica, con una mayor preocupación por los otros, sobre todo por los ancianos. “Pero también nos ha puesto ante el espejo de la verdad. Parecía que el progreso y la bonanza no iban a acabar nunca y esta pandemia nos ha mostrado nuestra propia fragilidad: lo erróneo de ciertas decisiones productivas (no teníamos ni una empresa para producir mascarillas en Europa); los límites de nuestra medicina, del personal sanitario, de la inversión en ciencia y tecnología, de la atomización social dirigida por el poder del mercado que ha ido destruyendo la soberanía popular acumulando el poder y la riqueza en pocas manos. Descubrimos que todas las instituciones sociales necesarias para hacer frente a la pandemia, las habíamos descuartizado poco a poco en las décadas anteriores: La sanidad, los trabajadores sanitarios, las residencias de ancianos, la educación, la administración pública, la atención a los dependientes... Todos ellos necesarios, mal retribuidos, pero hartamente generosos en estos tiempos. ¿Cuántos fueron a curarse a las bolsas de inversión, justo a lo que hemos rendido pleitesía en los últimos años? Lo que me produce dudas es si realmente hemos aprendido”, expone Nicolás Puente, cuya postura ante la guerra entre Rusia y Ucrania es que existe mucha desinformación y mucha manipulación.

“Es cierto que Rusia invadió a Ucrania, pero también es cierto que la OTAN lleva años provocando a Rusia. Cuando se deshizo la URSS, los países que se fueron liberando firmaron un acuerdo de no entrar en la OTAN que nunca se ha respetado. Poco a poco la Organización Atlántica se ha ido acercando a las fronteras de Rusia. El último intento fue Ucrania y un dictador como Putin comenzó la invasión. Hoy los ucranianos defienden justamente su soberanía y USA está usando el momento para debilitar a Rusia al igual que otros países. Desconocemos hasta dónde un personaje tan siniestro como Putin puede llegar. En el año 1962, EEUU se opuso a la instalación de misiles con capacidad nuclear en Cuba por parte de Rusia. En ese momento hubo una posibilidad real de dar comienzo a la tercera guerra mundial que se salvó con la renuncia de Rusia a esa idea. En este caso es lo mismo, la OTAN quiere llegar a las fronteras rusas y Rusia no está de acuerdo. El juguete roto es Ucrania”, sostiene Nicolás, que acaba de escribir una novela y ya ha comenzado otra.

Varios países en Europa están volviendo al uso del carbón mejorando mucho el tema de las emisiones ¿Por qué se dinamitan nuestras centrales? Yo veo el esfuerzo que hace el gobierno alemán para poner a los campesinos al día en el tema de la producción agrícola, sobre todo en cursos de formación. Donde trabajo, analizan los suelos y se recomienda qué deben añadirle al campo, así como el tipo de cepa más apta para su zona, para que puedan conseguir la denominación de origen ¿Qué hacen nuestra zona?

“También tengo un nuevo poemario al que le estoy buscando editorial y un libro de cuentos que necesito corregir”.

Ando entre muros rotos de la historia,

y cascotes desgarrados de las paredes del crepúsculo.

Tropiezo en cada paso con los sueños rotos de la aurora

y se embarran mis pies en la sangre del asfalto.

Se agarran a mis pantalones mientras camino

brazos arrancados,

manos descuajadas,

besos muertos,

y abrazos reventados aún calientes.

Ya no hay mares para llorar,

ni ríos donde lavar las miserias del olvido.

Ya no quedan hombres ante los escombros,

solo fusiles apoyados en los hombros,

balas al acecho de la herida.

Blasfemias a los dioses escondidos

y sonrisas al abrirse paso por el blanco.

Una niña tiñe de rojo su pupitre

mientras pinta un sueño de palomas.

Dos bombas quirúrgicas dejan sus dedos cercenados

agarrados a su lápiz.

Ríos de sangre recorren la memoria,

las manos, los besos, los labios...

Toda Ucrania es una herida,

una llaga clavada en el corazón de cada humano.

(Nicolás Puente, 'Muerte y valor')

Entrevista breve a Nicolás Puente

“Terminarán llegando a la Universidad tanto los que suspenden todas las asignaturas como los que sacan sobresaliente”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Un libro que me impresionó terriblemente fue 'Ensayo sobre la ceguera', de Saramago. Me ha parecido un libro fantástico. Otro sería 'El viejo y el mar', de Hemingway. Lo he leído varias veces.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Me quedo con el Tío Ratero, de la novela de 'Las ratas', de Miguel Delibes. Me parece un personaje lleno de fuerza, humanidad y una simpleza absoluta. También me gustó mucho Pereira, de la novela 'Sostiene Pereira' de Tabucchi.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Varias novelas o poemarios de la nueva generación, incluso premiados en Planeta, no me han gustado para nada. No voy a nombrar a nadie. Pero incluso alguna novela recomendada por algún autor famoso, me ha decepcionado.

Un rasgo que defina tu personalidad.

No sé si lo he conseguido, pero me preocupo por tener una visión positiva y solidaria social. Creo que es la única manera de ser realmente humano, sintiéndome en continuidad con los otros.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La sinceridad. Pienso que teniendo esa cualidad nos descubrimos cómo somos y podemos emprender la tarea de cambiar, mejorar y avanzar. Otra que me parece fundamental es el esfuerzo. Vivimos en una sociedad donde no se valora ni se premia. Empezando por la escuela: Terminarán llegando a la Universidad tanto los que suspenden todas las asignaturas como los que sacan sobresaliente.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

En España la política es un circo lleno de pésimas actuaciones. Nadie se responsabiliza de lo que hace. La palabra dada es algo sin importancia. Es posible que haya políticos honrados, el problema es que no se ven o no sabemos dónde están. Y para colmo, los votantes son inconscientes de que los votados están jugando con su futuro y el de sus hijos. Se vota contra el otro, no por quien pueda servir mejor al pueblo. Así nos va.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Quizá lo que más me divierta son las cosas sencillas: pasear con la familia, salir a cenar con ellos, ver una buena película, leer un buen libro, tomar un vino con los amigos...

¿Por qué escribes?

Escribo, primero, para decirme las cosas a mí mismo de forma ordenada: Escribo para dominar el caos de la vida diaria y sobrevivir a su torbellino. Y, segundo, por si pudiera ayudar a alguien a disfrutar de un rato de lectura.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No sé si sirven para ejercitar el estilo. Yo en concreto no me he preocupado mucho en ese sentido. Sirven un poco de escaparate de tu obra y para darte un poco a conocer. Pero como todo exigen un tiempo que muchas veces no se tiene o no se puede perder en ellas.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Las ideas me surgen de cualquier sitio. Algunas veces de la lectura de un artículo de un periódico, otras mientras leo un libro o de un encuentro casual en un momento determinado del día... A esa primera idea la voy dando vueltas hasta que se completa en mi cabeza y luego comienzo a escribir.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No tengo blog, pero sigo algunos: Blog de lengua, a Enrique Páez en YouTube, Me gusta escribir, también en YouTube y algunos más.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

En la novela 'La palabra de Irving Wallace', al final hay una frase que siempre me ha acompañado: “Cuando al final el Gran Árbitro apunte el resultado de la partida, nunca escribirá si has ganado o has perdido, sino cómo has jugado”. Me parece un programa fantástico de vida.

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