La joya del románico rural del Camino de Santiago leonés se cae a pezados
Ajenos a la polémica surgida en el año 2009 por la restauración de la iglesia de Rabanal del Camino entre la junta vecinal y los monjes del monasterio benedictino de San Salvador del Monte Irago, cerca de un centenar de socios de la Asociación de Amigos del Románico (AdR) visitó este pasado domingo el único templo románico que queda en pie en el tramo leonés del Camino de Santiago. “El colapso es importante, la estabilidad la tiene muy mermada, y honestamente creo que si no se interviene dudo mucho que aguante muchos inviernos más”, ha diagnosticado el secretario del colectivo, Javier de la Fuente.
Esta iglesia fue construida en 1150, en la década en la que se levantó la mayoría de los templos rurales de Maragatería y El Bierzo. A pesar de su importancia dentro del románico rural leonés, es una gran desconocida y uno de los casos principales que la asociación tiene abiertos en su programa 'SOS Románico'. Gracias a la presión que el colectivo está ejerciendo en la Junta de Castilla y León, la Dirección General de Patrimonio “nos ha dado esperanzas” de que el proyecto de restauración “volverá a arrancar, dieron fe de ello, aunque no será de manera inmediata”, porque los técnicos deberán evaluar nuevamente el estado del templo, ha explicado Javier de la Fuente.
La crisis y la polémica
El proyecto de restauración estuvo a punto de adjudicarse hace cuatro años pero la crisis paralizó el proceso. Ya se había realizado la excavación arqueológica previa a la actuación, en la que aparecieron varias tumbas, sin embargo la recesión económica impidió que los trabajos de recuperación comenzaran en este templo cuyo estado de conservación es “lamentable”, según el secretario de la Asociación de Amigos del Románico, quien conoce de primera mano lo ocurrido ya que fue uno de los expertos llamados por la Dirección General de Patrimonio, para asesorar y evaluar el proyecto redactado en 2011.
Las impresionantes grietas debajo de la ventana central del eje axial.
El experto apunta a una segunda causa en el retraso de la urgente intervención que precisa la iglesia: la polémica entre parte del pueblo de Rabanal con la comunidad benecditina. Las diferencias de opiniones sobre la restauración provocaron “unos años muy tensos en Rabanal” que tuvieron como consencuencia “que la Junta haya ido con más tiento y que la diócesis hay también frenado un poquito”, así que “unos por otros la casa sin barrer”, ha apostillado de la Fuente.
Los males
La arquitectura popular de la iglesia tiene un elemento excepcional que no se da en ninguna iglesia románica de la provincia: la arquería ciega a ambos lados del tramo recto de la cabecera, que quedó prácticamente escondida bajo un forro añadido en el siglo XVIII para estabilizar la nave. La obra románica llega hasta la mitad de la iglesia, todo lo demás hasta el coro es un añadido del siglo XVIII. Uno de los males que provocó el aspecto actual del interior es que la cabecera románica “anormalmente profunda, cerca de 10 metros, es enorme mientras que el ancho de muro es de unos 90 centímetros. Al estar cubierta por una bóveda de lajas de pizarra ejerce una presión y con el paso de los siglos se ha ido debilitando”, ha detallado el experto.
Mientras en la parte del siglo XVIII presenta un gran desplome debido al “desviaje en el eje” de la nave, lo que más le preocupa a Javier de la Fuente son las grietas en la parte románica “sobre todo las del eje axial, debajo de la ventana central” donde una de ellas la han rellenado con poliuretano porque “metías el brazo hasta arriba del codo”.
El taller de la catedral de Astorga
La calidad arquitectónica de este templo de Rabanal la dejan entrever que las personas que la levantaron eran cualificadas, “aquí estamos hablando de sillares perfectamente escuadrados, de semicolumnas con esa estilización y esa pureza, de basas peculiares que nos están diciendo que el taller que trabajó aquí pudo ser el que construyó la catedral de Astorga”, según De la Fuente quien ha defendido la protección de este edificio religioso porque “no es una iglesia de pueblo más, tampoco es el románico perfecto de San Martín de Frómista porque el románico es mucho más, es la repoblación, la cultura, la religión de esas gentes, cómo iban proliferando las iglesias o cómo se construían esos programas iconográficos”.
Por ello, esta iglesia “bien merece la pena que sea restaurada, no solamente por lo que pueda conservar de románico sino como punto jacobeo que es, ha sido y será”, ha concluido el secretario de AdR, porque Rabanal del Camino es final de la etapa novena del Codex Calistino. La iglesia se fundó o fue posteriormente ocupada por Caballeros de la Orden Templaria como una encomienda y un puesto avanzado de la fortaleza de Ponferrada para dar atención a los peregrinos en las faldas del Monte Irago, el paso histórico del Camino de Santiago hacia El Bierzo.
