La historia del secuestro y reedición del libro sobre El Corte Inglés

Primera sede de El Corte Inglés en Madrid.

Mario Bango/Asturias24.es

“Un libro riguroso y brillante, a la vez, digno de elogio desde el punto de vista informativo y también desde la perspectiva académica”, rezaba el prólogo del catedrático de Economía José Luis García Delgado de las dos primeras ediciones de Biografía de El Corte Inglés, un libro de investigación del periodista asturiano Javier Cuartas. Un prólogo que nadie pudo leer porque los 20.000 ejemplares de esas dos ediciones de la colección Biblioteca de Economía de Espasa Calpe no se llegaron a poner a la venta. Simplemente desaparecieron, fueron secuestrados. Y, además, un hecho tan sorprendente y anómalo no fue noticia para la inmensa mayoría de los medios de comunicación.

¿Cómo? A ciencia cierta no se sabe pero no es difícil suponer lo que pudo ocurrir. Espasa Calpe liquidó íntegramente los derechos de autor como si se hubieran vendido la totalidad de los ejemplares y no quiso saber más del libro. El autor, que ya había advertido que un hecho así podía ocurrir, demandó a la editora por incumplimiento de contrato y tiempo después logró poner en el mercado con otras dos editoriales un total de otras cuatro ediciones en condiciones muy diferentes.

Detrás del origen del libro no hay más que la curiosidad periodística en una primera fase y la investigación rigurosa y académica en su desarrollo. A Javier Cuartas le pareció interesante saber las razones por las que los dos grandes emporios del comercio en España, Galerías Preciados y El Corte Inglés, habían sido fundados por miembros de una misma familia de emigrantes de Grado.

El volumen va ahora por su sexta edición ampliada y puede encontrarse fácilmente

Y se encontró con que uno de esos emigrantes de finales XIX, periodo en el que miles de asturianos buscaron sustento y fortuna allende los mares, César Rodríguez, hijo de Ramón el de Benitón, procedente de una pequeña aldea de Grado, se había convertido en uno de los principales directivos de los almacenes El Encanto de La Habana. El concepto de grandes almacenes surgido en París en 1852 había arraigado a principios del XX en Cuba. Con César allí fue relativamente fácil que primero Pepín Fernández, que era primo hermano suyo, y luego Ramón Areces, que era sobrino, se incorporaran a El Encanto y que, en cuanto pudieron, regresaran a España para exportar aquel exitoso modelo de negocio con la inestimable ayuda de César.

Así es que Pepín Fernández fundó Galería Preciados a partir de Sederías Carretas y después César Rodríguez adquirió una sastrería, El Corte Inglés, y puso al frente de la misma a Ramón Areces. En 1940 César Rodríguez dio participaciones minoritarias en El Corte Inglés a Ramón Areces y otros sobrinos. La tensión causada por la competencia creciente entre El Corte Inglés y Sederías Carretas (luego Galerías Preciados) llevó a que César Rodríguez, dueño hegemónico de El Corte Inglés, renunciase a seguir como socio minoritario en la empresa de Pepín Fernández por desavenencias entre las dos ramas de la familia. Ahí estaba la clave de todo: Esa interrelación familiar, el origen común, el paso por El Encanto, el desarrollo de dos negocios que eran muy similares y que pronto se convirtieron en rivales. Al principio Galerías tuvo más éxito, con los años El Corte Inglés lo superó con creces –por razones que se explicitan en el libro- hasta el extremo de que en 1995 terminó por adquirir los edificios y parte del personal que quedaban de su antiguo y enconado rival, quebrado finalmente tras pasar por varios dueños.

Investigación

Durante diez años Javier Cuartas investigó de manera meticulosa y paciente acudiendo a todo tipo de testimonios escritos y orales. Enseguida supo que los principales responsables de la familia que dirigían El Corte Inglés no iban a facilitarle la tarea en absoluto. Tampoco los directivos que en su mayor parte eran también accionistas.

Pese a todo siguió adelante con la obra y expertos tan prestigiosos como el citado José Luis García Delgado la avalaron buscándole hueco en una colección tan exigente como la Biblioteca de Economía –entre cuyos autores no había ningún periodista- de Espasa, entonces una de las grandes editoriales españoles. Cuando el libro estuvo acabado eran casi 900 páginas de una densa investigación, un trabajo más académico que periodístico y con una amplitud de miras que superaba la propia historia de los almacenes.

Aunque el autor advirtió a los editores que podían encontrarse con problemas, Espasa –presidida por el exministro Ignacio Bayón- no vio objeción alguna y optó por maquetar, corregir e imprimir 20.000 ejemplares. El Corte Inglés era ya entonces el primer librero de España, por lo que ni las editoriales ni las distribuidoras tenían ningún interés en enfrentarse a uno de sus principales clientes.

Cuando los ejemplares estaban en los almacenes a punto de ser distribuidos, el libro se había registrado en el ISBN y figuraba entre las novedades de ese período, incluyendo publicidad en medios, Espasa frenó en seco. Simplemente no repartió los ejemplares. Aunque pareció que El Corte Inglés había conseguido su objetivo, lo cierto es que un año después el libro se editó por otra empresa en Barcelona y desde entonces la venta sigue plenamente vigente.

La negociación entre Espasa y el Corte Inglés debió ser ardua e intensa. Lógicamente el autor no fue informado de nada pero enseguida supo lo que se tramaba por detrás. Destacados integrantes de la editorial se incorporaron poco tiempo después de aquella inesperada desaparición a las actividades culturales de los grandes almacenes.

Las razones

¿Por qué El Corte Inglés no aceptaba una investigación rigurosa e independiente sobre su pasado? En primer lugar por filosofía de empresa. El Corte, que ya era uno de los tres grupos más grandes del país, había sobrevivido 50 años en la opacidad y quería mantener el silencio sobre sí mismo. Un libro abriría una grieta en la muralla defensiva y tras ese podrían venir otros sobre tan enigmática e impenetrable organización. No querían que se rompiese ese muro. La fuerza del poder fáctico.

En segundo lugar porque era la primera vez que se iba a contar con detalle el verdadero origen y el desarrollo de la empresa. Ramón Areces, presidente de la misma entre 1966 y 1989, había facilitado hasta cinco versiones diferentes de cómo había surgido el grupo a partir de la sastrería. Hasta ese momento ninguna publicación española había investigado lo más mínimo si eran ciertas o no y ni siquiera habían reparado en las diferencias entre unas y otras. En 50 años del primer gran almacén ni una sola información que no fuese la versión oficial de la casa había aparecido en la prensa, la radio o la televisión. El Corte Inglés se había convertido en esos años en uno de los primeros anunciantes de los medios. No es de extrañar que una vez secuestrados los 20.000 libros editados no fuera noticia para casi ninguno. El poder del dinero.

En tercer lugar porque iba a desvelar muchas de las claves del negocio y algunos de los secretos mejor guardados. El verdadero artífice de El Corte Inglés había sido, por sus conocimientos pero sobre todo por su capital, César Rodríguez, que fue presidente desde la fundación de la sociedad en 1940 hasta su fallecimiento en 1966. En esa fecha lo sustituyó Ramón Areces y a la muerte de éste, el hijo de un primo suyo, Isidoro Álvarez, que se había incorporado muy joven al grupo y que permaneció en el cargo hasta su óbito en septiembre pasado. Dimas Giménez, hijo de una hermana de Isidoro, es el nuevo presidente, la cuarta generación de la misma familia. Entonces, y ahora, El Corte Inglés, era un emporio con amplísimas ramificaciones empresariales e industriales, muchas de ellas desconocidas incluso para expertos. Pero además se daban datos sobre la organización, la cultura interna, las promociones, las relaciones laborales, quién es quién en el consejo, los equilibrios de poder. El vigor del hermetismo.

Pero además el libro era el primer concienzudo y exigente trabajo sobre un fenómeno, el de los grandes almacenes, y sobre una familia, la de Ramón el de Benitón, que tenía su miga. Y al mismo tiempo un análisis sobre la emigración española de finales del XIX y principios del XX, sobre el desarrollismo de la España de los 60, sobre la vida económica y social de más de medio siglo de un país en plena transformación.

Nuevas ediciones

Todo eso estuvo a punto de ahogarse pese a que en el texto no había una sola frase que pudiera objetarse legalmente por parte de El Corte Inglés. El autor ha declarado a la revista digital Jot Down que después de que la amplia tirada deBiografía de El Corte Inglés la hubiese tragado el sumidero, responsables del grupo lo intentaron persuadir de que “no denunciase su desaparición y de que no intentase su reimpresión. El Corte Inglés llegó a afirmar en varios medios que el libro no existía y que no había existido jamás”. Y subraya Cuartas que tras recibir ofertas diversas “una vez consideraron agotada la vía de obsequios y compensaciones económicas para que no reeditase el libro, sí hubo llamadas conminatorias de directivos de la compañía advirtiendo, en lenguaje metafórico, de las consecuencias que me acarrearía persistir en su difusión”.

Al año siguiente el editor catalán de Libros Límite propuso la impresión de una tercera edición que se agotó enseguida y de la cuarta. Aquella editorial también desapareció, por otras causas, tiempo después y desde hace unos años un grupo de profesionales próximos al autor han puesto en circulación dos ediciones más, que distribuye en España Ediciones Trea de Gijón. De manera que el volumen que inicialmente no llegó a los estantes de las librerías, y que El Corte Inglés negó siquiera que existiera, goza de muy buena salud. Y su autor sigue siendo el que mejor conoce ese intrincado mundo del primer gran almacén de España, abocado ahora a una nueva etapa de su densa historia.

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