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Fernando Colomo: “Nunca me gustó lo de 'comedia madrileña', yo hacía películas de Madrid porque eran más baratas”

Fernando Colomo, Premio de Honor del Festival de Cine 2015 y del XVIII Certamen Nacional de Cortometrajes 'Ciudad de Astorga' es una persona amable, solícita, no se molesta que le digamos lo que ya sabe; sus respuestas, escuetas y muy breves, eluden valorar su obra y la trayectoria de la misma. Tal vez por escepticismo, tal vez por prudencia o por la hora intempestiva en la que realizamos esta entrevista, o por el nerviosismo que le produce haber dejado a su hija sola para contestar a nuestras preguntas, concibe su trayectoria fílmica como el sucederse de una cadena, cada eslabón lleva al siguiente, lo pasa por la mano, lo repasa y llega a 'Isla bonita', el término por ahora de esa sucesión. No sabe o no quiere saber de cohetes, ni de fuegos de artificio, pero tal vez sí quisiera, de poder aunque no se puede todavía, llegarse hasta la estrella.
Con 16 años rodaste tu primer cortometraje en formato 8mm. titulado 'Sssouffle'. Desde tu adolescencia tuviste ya un contacto directo con el mundo del cortometraje. ¿Qué nos puedes contar de aquella época?
'Ssouffle' la rodé efectivamente con 16 años y era una primera película en 8 mm, y en blanco y negro. Todavía no existía el Súper-8 o no lo teníamos nosotros y tenía influencias directas de Antonioni. Yo en aquella época, que es cuando empezó la Filmoteca Nacional, tuve que engañar sobre mi edad para poder ser socio de la misma. ¿Experiencias?, pues ese gran amor al cine desde el principio, el descubrimiento del cine y la dificultad de aquella época de verlo, con lo que el cine serio se restringía a Antonioni y Bergman, ya que no tenían ninguno de ellos problemas con la censura.
Después estudiaste en la Escuela Superior de Arquitectura, en la que te licenciaste, aunque luego optaste por comenzar en la Escuela Oficial de Cine. ¿Cómo surgió esta trascendental decisión?
Yo siempre quise ir a la Escuela de Cine, pero al acabar el preuniversitario no tenía los 21 años que se exigía para entrar en la Escuela de Cine con lo cual, como se me daba muy bien el dibujo y mi hermano mayor acababa de ingresar y ya tenía los libros y las reglas y eso, pues me presenté a Arquitectura e hice la carrera de Arquitectura. Cuando la estaba terminando es cuando ingresé en la Escuela de Cine en la especialidad de Dirección.
Desde tus inicios compatibilizabas las tareas de dirección con las de guionista. Por aquel entonces diriges y produces varios cortos junto con Miguel Ángel Díez, entre los que destacan En un 'París imaginario' (1975), 'Usted va a ser mamá' (1976) y, sobre todo, 'Pomporrutas imperiales' (1976). ¿Cómo surge esa afición por los títulos y diálogos con juegos de palabras, a veces también por el oxímoron, o palabras y expresiones que ofrecen una contradicción en sí mismas, la paradoja y ese sutil humor verbal?
Pues la verdad es que no lo sé. En el caso de 'Pomporrutas' era muy claro porque era una historia de dos amigos que se encontraban y hablaban del colegio y se ponían a cantar una canción, un rito que tenían que sufrir antes de entrar, y uno de ellos decía 'pomporrutas' y el otro le corregía diciendo: 'Voy por rutas'... (imperiales)...
En el año 1977 realizas tu primer largometraje, 'Tigres de papel' (1977), que supuso una gran revelación en el cine de la época y te consagró, junto a '¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?' (1978), con una mítica banda sonora para aquél movimiento de los ochenta conocido como la 'movida madrileña'. La crítica del momento la destaca además como uno de los modelos de lo que convinieron en llamar 'Nueva comedia madrileña'. ¿Estás de acuerdo con esta etiqueta que trataba de definir al tipo de cine que se hacía en aquél momento y lugar?
Pues la verdad es que no, nunca me gustó lo de 'comedia madrileña'. Al principio se denominaba incluso 'Nueva comedia costumbrista madrileña', luego se quedó tan solo en 'comedia madrileña'. Pero me parece un término un poco reductivo. De Woody Allen no le dicen por ejemplo que haya hecho la 'comedia neoyorquina' o que Eric Romer hiciera la 'comedia parisina'. En realidad la denominación nació en el festival de San Sebastián. Fue una manera de tildar a esas películas que venían de Madrid, comedias y tal, y se quedó con 'comedia madrileña'. La verdad es que yo hacía películas sobre todo de Madrid porque eran más baratas, vivíamos todos en Madrid y para hacer una película fuera de Madrid necesitabas un presupuesto mucho mayor.
Con tu tercer largometraje, 'La mano negra' (1980), lograste el premió a la mejor película en el Mystfest de Italia... Durante la década de los ochenta se produce una primera época dorada en la que realizas siete nuevas obras que además produces y que te vinculan de nuevo a la movida madrileña. En los primeros años de este periodo estrenas 'Estoy en crisis' (1982), comedia protagonizada por José Sacristán y 'La línea del cielo' (1983), rodada en Nueva York con muy bajo presupuesto y con Antonio Resines encabezando el reparto, donde se intenta describir el desplazamiento de un español que no sabe inglés en la metrópolis estadounidense. ¿Cómo recuerdas aquellos años?
Los recuerdo como unos años de mucho trabajo, de no parar, enlazando una película con otra, al tiempo que hacía de productor con otra gente. Siempre estábamos metidos en líos.
A mediados de los ochenta decides dar un giro considerable a tu carrera con una mayor proyección internacional mediante la superproducción 'El caballero del dragón' (1985), protagonizada por Harvey Keitel, Klaus Kinski y Miguel Bosé. La cinta es una apasionante narración de ficción científica ambientada en la época medieval, pero fue un estrepitoso fracaso de taquilla y obtuvo unas críticas nefastas que la condenaron casi al olvido. ¿Qué supuso para ti, en aquél momento, semejante debacle?
Pues supuso partir de cero, la ruina absoluta, deber mucho dinero y trabajar para hacer una película que no sé como llegué a hacerla, que fue 'La vida alegre', que afortunadamente dio mucho dinero y me permitió pagar todas las deudas que había generado 'El caballero del dragón'.
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