Carmelo Gómez: “Tengo dos Goyas, están en casa de mi hermano, no puedo ver nada que tenga que ver con el cine”

Ha sido un taller de teatro organizado desde el departamento de cultura del Ayuntamiento de Mieres lo que ha traído de nuevo al actor Carmelo Gómez a tierras asturianas, un taller que estrena en este concejo de las cuencas mineras antes de pasar por Barcelona y Madrid y con el que pretende descubrir ese mundo de Lorca que está más allá de lo escrito por el autor.

El actor no oculta en las siguientes líneas su desencanto con un cine «que se ha puesto a los pies de los caballos», hasta el punto de afirmar que tiene sus dos Goyas en casa de su hermano porque «no puedo ver nada que tenga que ver con el cine y tardaré mucho tiempo en ir a ver cine». Pese a ese resquemor, Carmelo Gómez confiesa que volvería a ponerse delante de una cámara para interpretar al Quijote, aunque duda mucho de que, de hacerse, fuera una producción española.

- Como decía la canción ¿qué hace un chico como tú en un sitio como éste?

- Asturias y León tienen una relación de amor-odio como la que tiene un padre con un hijo, lo que pasa que aquí no sé quién es el padre y quién el hijo. Tengo familia que vino para acá y desde hace unos años tengo una extraordinaria relación con ellos, con lo cual he ido viniendo y hablando con ellos que últimamente me estoy dedicando más a la enseñanza o al mundo pedagógico y a compartir experiencias. Así surgió este taller. Ya había venido a alguna cosa, a hacer algún recitado de versos, y estuve en este mismo Auditorio de Mieres recitando unos versos de Pablo Neruda. Y estoy recordando que uno de ellos era un poema dedicado a Lorca y ahora estamos aquí con el mismo Lorca.

- ¿En qué consiste este proyecto en torno a Lorca?

Carmelo Gómez en un momento del montaje de 'El alcalde de Zalamea', de Calderón de la Barca.

- Queremos descubrir un Lorca que no ha sido analizado por los analistas. Hablamos de proxemia porque es esa expresión que surge de lo no verbal y yo creo que todo gran autor tiene huecos por donde filtrarnos a un mundo que no quiso plasmar en palabras, y esa es la labor de los actores. Porque yo creo que el actor de oficio es aquel de tratar de ir, no a la literalidad de las palabras, sino a lo que las palabras evocan. Y ese mundo es el que queremos descubrir y esa es la vocación con la que estamos trabajando en todos los talleres que estamos haciendo sobre Lorca. Empezamos aquí, continuaremos en Barcelona y terminaremos en Madrid si la cosa no la enreda el diablo, porque a lo mejor tenemos que seguir. La verdad es que Lorca tiene para seguir y seguir, porque siempre que he leído algo del Romancero gitano le leído una cosa distinta, es una permanente ensoñación.

- Talleres como éste que va a impartir en Mieres ¿son para dejar herencia de cómo hacer buen teatro o también le enseñan algo?

- Yo no quiero enseñar cómo se hace teatro, cada actor tiene que tener una manera de aproximación a su trabajo y su forma de entender el teatro y la vida, porque no se pueden separar, por lo menos para un actor. Con lo cual nosotros lo que vamos a hacer es acercarnos a un autor y a un texto y, posiblemente, a algo más que a un texto, a ese texto no escrito, a la proxemia. Entonces no es un taller para que la gente aprenda fórmulas para salir airoso de un casting, ni mucho menos. Y yo no quiero dejar de hacer esto porque antes tenía una capacidad económica muy fuerte y me podía ir a cualquier país del mundo a hacer un curso. Pero ahora no hay capacidad económica porque nos han destruido por completo, por lo tanto la única forma de seguir investigando es a través de estos talleres. Y me lo paso muy bien porque sigo trabajando, sigo estudiando, sigo profundizando en los textos, descubriendo cosas nuevas desde lo que yo he aprendido estos últimos años y con lo que me da cada uno, porque cada uno es un mundo. Es un error craso pensar que hay un maestro que te va a enseñar, los maestros somos nosotros mismos siempre que montemos un entorno de trabajo placentero y en confianza.

- Lleva por título “Imaginación al descubierto”. ¿Qué es lo que van a descubrir los alumnos de este taller?

- Vamos a descubrir el murmullo de García Lorca, lo más íntimo de la existencia del ser humano, porque Lorca era un gran panteísta, con lo cual, cualquier objeto era Dios y eso es lo que queremos hacer con cada uno de los actores.

- Anunciaba hace ya unos meses tu retirada del cine pero ¿qué sientes o piensas cuando ves tus dos Goyas?

- Es un momento muy malo para hablar de eso con objetividad, y quiero que vaya por delante porque la respuesta es bastante negativa. Yo tengo malos sueños porque me he ido del cine de una manera muy fea y porque han dejado que me marche yo creo que hasta con ganas. Y por eso me siento mal y muy triste, pero se acabó porque en ese mundo estaba sufriendo viendo que me estaban expulsando y yo no quería que me expulsasen, con lo que me fui yo antes. Pero no digo que el cine sea eso, digo que como el cine se ha puesto al servicio de las teles pues no le ha quedado más remedio que entrar por el aro porque las teles quieren otro tipo de producto de entretenimiento. Y no quiero culpar, pero han puesto el cine a los pies de los caballos y, evidentemente, el cine ahora mismo lo está pasando muy mal, no tiene ninguna capacidad para hacerse o defenderse. Entonces, respondiendo a la pregunta, me siento muy triste porque el cine ha sido mi casa, y yo tengo dos Goyas, pero están en casa de mi hermano y así no los veo, porque no puedo ver nada que tenga que ver con el cine y tardaré mucho tiempo en ir a ver cine. No voy al cine.

- Nunca se puede decir de esta agua no beberé ¿cuál es ese papel por el que volvería a hacer cine?

- Volvería por el Quijote, y yo creo que cada vez voy teniendo más aspecto de Quijote, ese centauro venido a menos pero que está lleno de sabiduría. Esa obra es impresionante y yo sí que lo haría, pero éste no es un país que pueda hacer el Quijote. Lo escribió Cervantes y murió en la miseria, y el Quijote aquí no se hará, vendrán a hacerlo de fuera y lo dirán en francés o en inglés, pero no se hará en castellano, y si se hace en castellano será sin presupuesto.

- ¿Un actor de teatro puede llegar a sentirse menos actor que uno de cine por pasar más desapercibido?

-No, un actor es un actor siempre, en el cine, en su casa o en una fiesta con los niños o con de su barrio, y es algo que no puede evitar. Lo que pasa es que el actor de teatro necesita de un proceso de aprendizaje, creo que en algunos aspectos mucho más completo. Necesita organiza su cuerpo, organizar su voz y con ese actor no se puede hacer collage, por tanto tiene que tener un ritmo y una composición total del espectáculo y se levanta el telón y, desde que empieza hasta que acaba, hay una visión transversal que sólo los grandes artistas son capaces de tener. En el cine te pueden, más o menos, cubrir o tapar y se hace un plano o se hace otro y te ponen un caballo por delante, pero al actor de teatro no se le pone nada, está él transparentándose.

- No pocas veces se dice del panorama político español que es puro teatro. ¿Qué cree que opinaría Calderón o Lorca?

- Ellos dirían que no hay que hablar del nombre de Dios en vano.

- ¿Y qué opina usted?

-A mí no me gusta nada que se compare con el teatro como si el teatro fuese el lugar de la mentira, porque la mentira es en este momento la Moncloa, o el Congreso o el Senado con esos señores que se duermen durante los discursos. Ahí está la manipulación y la mentira y han convertido la política en esta cosa tan terrible. Yo creo que el teatro es un lugar lúcido de búsqueda de sentido a la existencia y de una sinceridad absoluta, porque el actor que miente se le ve y es un actor malo.

- ¿Qué proyectos tiene sobre la mesa Carmelo Gómez?

- Quiero hacer algo con Lorca, y sería muy bonito algo con Lorca, Valle-Inclán y Cervantes, pero a ver quien escribe eso.

- ¿Se puede vivir siendo sólo actor de teatro?

-No, ahora mismo es un 7%, no me lo invento yo. Un 7% de actores de teatro y cine viven sólo de esto, por eso digo que no hay oficio porque no hay ninguna posibilidad de autoabastecerse para dedicarse en vida y en plenitud a algo que lleva tanto tiempo y que necesita de tanto estudio y compromiso.