Antonio Lizana regresa a Cerezales con su propuesta de jazz y flamenco

Antonio Lizana Group

L. Castellanos

Su vocación le había nacido de chico, en su San Fernando natal, azuzado por el arte flamenco que con tanta pasión allí se vivía. Le gustaba el cante y sus mayores fueron su mejor escuela a la hora de enredarse en la tradición y explorar las posibilidades expresivas de cada uno de los palos. En el conservatorio le dieron las claves necesarias para concebir la música desde un punto de vista más académico y fue allí también donde ahondó en la técnica de un instrumento, el saxo, que le abría las puertas para seguir desentrañando el aroma del flamenco. Una cosa condujo a la otra. Era tal la curiosidad de Antonio Lizana por el saxo que acabó descubriendo a sus grandes: a Charlie Parker, a John Coltrane... Aquello no era flamenco, pero también daba gusto. El jazz irrumpió casi casualmente en su vida y acabó convirtiéndose en un devoto de su causa. Fue en ese momento cuando, de manera natural, flamenco y jazz se asentaron en su realidad y comenzaron a tenderse mutuamente toda clase de puentes.

Viajó a San Sebastián. En Musikene, ese centro de formación musical que tanto prestigio atesora, le guiaron por las certezas del jazz y allí también, con la complicidad de otros músicos que huían de la amenaza del adocenamiento, fecundó su proyecto más ambicioso, Antonio Lizana Group, a través del cual jazz y flamenco se hacían uno y se rendían a las virtudes de cada cual. Concluidos sus estudios en Musikene se lanzó a la aventura de la música por esos caminos que le salían al paso y aún hoy sigue metido en un berenjenal que le tiene atrapado y al que ha entregado su tiempo.

Fue en 2011 cuando visitó Cerezales del Condado. Su festival de jazz le reclamaba atendiendo a su condición exploradora. Aquel concierto causó auténtica sensación. El ejercía como cantautor y saxofonista al mismo tiempo y el abrazo entre jazz y flamenco se manifestaba limpio, sin forzamientos, sin artificios. Tal cual. El Group daba en Cerezales sus primeros pasos y ya entonces, como ahora, contaba con el baterista francés Vincent Thomas (líder también de dos grupos que ya han actuado en Cerezales: Gabacho Connection y Gabacho Maroconnection), el bajista canario Tana Santana y el pianista Marcos Salcines a los que posteriormente se sumaría el percusionista Epi Pacheco. Cuatro años han pasado desde aquella primera actuación. Cuatro años en los que el Group se ha consolidado plenamente, cuatro años que han dado suficientemente de sí y durante los que la banda ha grabados dos discos, 'De viento' (2012) y 'Quimeras del mar' (2015), cuya presentación es el motivo de su gira actual, cuatro años durante los que ha caracterizado con detalle y rigor un estilo propio que es objeto de interés en numerosos escenarios (acaba de compartir escenario con el reputado bajista Marcus Miller y participado en el prestigioso Festival de Jazz de San Javier) y mantiene absoluta fidelidad a la fusión entre jazz y flamenco.

Hoy, cuatro años después, Antonio Lizana regresa a Cerezales para cerrar la edición actual del festival de jazz. Allí, en la plaza principal, el gaditano hará frente a un repertorio sumido en numerosos alicientes que, no cabe duda, dará cuenta de la auténtica dimensión que ha ido cobrando su propuesta. Lizana disfruta de una amplia trayectoria que ha hecho sitio a un buen puñado de músicos (algunos con pocos puntos en común con el jazz o el flamenco) y que ha vivido algunos momentos realmente fascinantes, como su participación en la grabación de 'The Offense of The Drum', el disco con el que pianista mexicano-estadounidense Arturo O'Farrill se alzaba con el último Grammy a la mejor grabación de jazz latino. Antonio Lizana Group insistirá hoy en Cerezales en el contenido de un labor que ha desatado la complicidad entre sus componentes y de la que ha ido dejando un rastro indeleble.

  • Página web de Antonio Lizana: http://www.antoniolizana.net/

Sábado 22 de agosto. 22:30 h.

Plaza de Cerezales del Condado.

Gratuito.

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