Alicia Alonso: “El ballet y el repertorio clásico pertenecen al patrimonio cultural de la humanidad”

Alicia Alonso

asturias24.es

Alicia Alonso no necesita presentación: es la gran depositaria del ballet clásico. “De su pasado, de sus conquistas eternas”. Con 95 años y casi ciega, aún le pide a la vida “seguir gozando de riqueza espiritual”, aunque vea “con optimismo, pero sin un entusiasmo exagerado” el restablecimiento de plenas relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, su gran enemigo del último medio siglo. En esta entrevista que aceptó conceder a asturias24 vía cuestionario, Alonso, que no podrá estar este jueves 14 de octubre, en León, cuando la compañía que dirige baile El lago de los cisnes sobre la tabla del Auditorio, habla de cómo preservar las esencias del ballet clásico, un reto que ella sólo ve asumible manteniendo “fresca y expresiva” la tradición. Como suele hacer, casi cada año, el Ballet Nacional de Cuba en su habitual gira española.

Una mujer como usted, que es una leyenda viva de la danza en el mundo entero, ¿qué le pide ahora a la vida, en primer lugar, y a la danza en particular?

Creo que la vida misma es el mayor tesoro. Y es justo desear tiempo para disfrutarla con salud y bienestar. Seguir gozando, además, de la riqueza espiritual que nos ofrece la parte mejor de los seres humanos y vivir en un mundo de paz. A la danza le pediría no renegar de su historia, de su pasado, de sus conquistas eternas. Ello no está reñido con la modernidad, ni siquiera con las vanguardias.

El lago de los cisnes es la obra que la compañía que usted dirige trae al Auditorio de León este jueves. Además de la elegancia, la sensibilidad, lo lírico y lo romántico o los aspectos más argumentales y totémicos de este gran ballet, ¿qué puede aportar un cisne hoy a lo escénico, a la contemplación de un joven espectador, en definitiva, al siglo XXI?

El cisne ha sido un motivo poético desde la antigüedad. Un símbolo, una inspiración hacia la belleza. No creo que nuestros jóvenes del siglo XXI carezcan de sensibilidad para los motivos estéticos emblemáticos, que sean ajenos a los grandes logros de la creatividad humana de cualquier época.

¿Cómo debe ser vigilado el tesoro del ballet académico y el repertorio clásico? ¿Qué tipo de bailarín requiere, pero, sobre todo, cuál debería ser su actitud?

El ballet académico y el repertorio clásico pertenecen al patrimonio cultural de la humanidad, como los clásicos de la literatura, de la música, de las artes plásticas. A veces se intenta hablar de la crisis o decadencia del ballet clásico. No se tiene en cuenta que hay países en que el estado o los grandes mecenas no apoyan adecuadamente las escuelas formadoras de bailarines, no crean y subvencionan compañías que hagan el repertorio clásico, no hacen posible las grandes puestas escénicas. ¿Dónde está la crisis entonces? En los que no tienen la cultura, la sensibilidad o la conciencia de apoyar esta expresión. No es el clasicismo, que se mantiene como un monumento intacto.

Por otra parte, se necesitan conceptos adecuados en los creadores del ballet. Respetar la pureza de los clásicos y la tradición, pero no como algo muerto, sin vida. Mantener fresca y creativa esta expresión. No olvidar que el público de hoy no es el de la época en que se crearon esas obras. Mantener el equilibrio entre lo válido, lo auténtico de lo clásico, y su proyección para un público de nuestros días: he ahí el gran reto para los creadores en este género.

¿Qué diferencia la escuela cubana de ballet de la del resto del mundo: de la americana, la rusa, la francesa, la alemana, etc... y, sobre todo, qué valor fundamental ha aportado al acervo balletístico mundial?

Esta pregunta es tema para un largo ensayo. “La escuela cubana de ballet” no surgió al margen de las escuelas ya existentes, y tiene su base en los principios universales del clasicismo. Pero ha creado su propia metodología de acuerdo con el físico y la idiosincrasia del bailarín cubano, latino, hispano. Y expresa la esencia de la cultura nacional cubana. Yo creo que aporta al mundo del ballet una nueva escuela, con su personalidad propia. Y eso es enriquecedor para el arte del ballet

Todo el mundo reconoce en usted el mantenimiento de las esencias del ballet clásico. El llamado ballet contemporáneo es ya una aportación del siglo pasado. ¿Cree que ya está en el canon? ¿Qué opinión le merece?

Creo que sí, que el llamado “ballet contemporáneo” del siglo pasado hizo aportes importantes. Aunque los límites y las denominaciones son imprecisas. ¿Dónde ubicar a Balanchine, por ejemplo? Creo que todo se va integrando en la tradición, y el tiempo dirá qué es lo que perdura.

¿Qué siente ante la normalización de relaciones de su país con su mayor enemigo del último medio siglo? ¿Cómo cree que afectará eso al ballet que usted dirige y, en general, al arte cubano? ¿Teme una repentina colonización de lo anglosajón?

Veo los nuevos acontecimientos con optimismo, pero sin un entusiasmo exagerado. Queda aún mucho por resolver, y entendernos no quiere decir dejar de ser nosotros mismos. No creo que nuestro país sea susceptible, a estas alturas, de ser colonizado, y en ello incluyo a la cultura. Hay mucha historia que nos fortalece.

A su edad, ¿no ha pensado en algún momento en ceder el testigo? ¿No hay candidatos a su altura?

Mientras haya vida habrá trabajo. No concibo existir de otra manera. Cuando formo a los jóvenes como intérpretes, maestros o ensayadores, nunca lo hago pensando en el relevo, sino en la permanencia de los valores, en el futuro.

Jueves 15 de octubre

Auditorio Ciudad de León

20.30 horas

Más información: http://www.asturias24.es/secciones/cultura/noticias/no-creo-que-cuba-sea-susceptible-a-estas-alturas-de-ser-colonizada/1444751938

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