Más de la mitad de los menores de 18 años experimenta problemas por abuso de los smartphones
El uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) se ha generalizado en todo el mundo, aportando enormes beneficios, pero también algunos riesgos importantes. El mal uso de estos dispositivos y aplicaciones se relaciona con problemas de salud mental y fallos de comportamiento en actividades de la vida diaria.
El estudio publicado recientemente en la revista científica 'Adicciones' ofrece resultados sobre estos problemas por primera vez en la población general. Los investigadores han administrado diferentes cuestionarios en todos los grupos de edad y en distintos entornos geográficos y culturales. En total, han sido encuestadas 1.276 personas de 80 países diferentes, todas ellas residentes en España o países hispanohablantes. “Los seres humanos han ido asimilando a gran velocidad todos estos avances, sin tener tiempo para hacerlo de una forma racional. Algunas poblaciones son especialmente vulnerables, como los niños y adolescentes, o los adultos con problemas psicológicos”, señala Gloria Rojo, terapeuta ocupacional e investigadora de la URJC.
En este sentido, el estudio se ha centrado también en la relación entre el abuso de las TIC y los síntomas de estrés o dificultades para realizar habilidades complejas, como el pensamiento abstracto, la autoconciencia y la planificación (destrezas desarrolladas en la corteza prefrontal del cerebro humano). “Los resultados muestran una estrecha relación entre problemas con el uso de todos los dispositivos o recursos explorados y síntomas de mal funcionamiento prefrontal en la vida diaria, riesgo de mala salud mental y estrés percibido”, añade Gloria Rojo.
Entre los principales datos que ofrece esta investigación destaca que un 57,5% de los encuestados menores de 18 años presentan un uso problemático del móvil (un 7,9% de dependencia). A esta cifra le siguen un 45,1% en el uso problemático de internet (8,6% de dependencia), un 39% en la mensajería instantánea (10,7%), un 25,3% en redes sociales (6,1%) y un 10,9% en videojuegos (1,9%).
A raíz de estos resultados, la investigadora de la URJC sugiere que es necesario “reconsiderar la relación que los seres humanos establecen con estas tecnologías y las consecuencias que un mal uso puede acarrear”. Además, a través de los sucesivos grupos de edad estos datos se mantienen bastante estables, siendo más altos en estudiantes universitarios.
Respecto a las diferencias por sexo, los hombres obtienen puntuaciones más altas en las escalas de 'Internet' y 'videojuegos' y las mujeres más en 'móvil', 'mensajería instantánea' y 'redes sociales'. Los varones presentan también más síntomas prefrontales en general y las mujeres en problemas de control emocional.
Para llevar a cabo este trabajo, el grupo de investigación CAD-4 ha contado con la participación anónima y voluntaria de los encuestados. El equipo está compuesto por científicos del Instituto de Adicciones de Madrid Salud (Ayuntamiento de Madrid), de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Francisco de Vitoria y la Universidad Rey Juan Carlos.
Uso doméstico de Internet y expansión de los smartphones
La aparición de las TIC se puede describir a partir de dos hitos importantes: la disponibilidad de Internet en los hogares a finales del siglo XX y la aparición de los teléfonos móviles inteligentes o smartphones a mediados de la década pasada. “La incorporación de estas tecnologías y el desarrollo incesante de aplicaciones ha permitido llevar en una mano una enciclopedia, toda la música, comunicación inmediata con cualquier lugar del mundo e infinidad de juegos, entre otras muchas cosas”, subraya Gloria Rojo.
Con el objetivo de investigar y proporcionar atención psicológica a quienes han perdido el control en el uso de Internet o los móviles, el Plan Nacional sobre Drogas ha incorporado esta problemática entre sus competencias. La investigadora de la URJC valora positivamente esta acción y añade que “se requieren políticas educativas que desarrollen estrategias de control personal desde tempranas edades, puesto que el uso de las TIC se inicia cada vez más pronto, cuando los niños ni siquiera cuentan con capacidad cerebral para controlar su comportamiento”.