La Diócesis de León lanza un proyecto de prevención e intervención ante casos de abusos
La viuda de Roberto Larralde: “No quería ningún mal para el padre de mis hijos”

“Nunca”, así de tajante se ha mostrado Miriam, la viuda del exboxeador leonés Roberto Larralde y también acusada de urdir un plan para acabar con su vida junto con su amante, Julio. “Nunca planifiqué, ni colaboré, ni induje a nadie para asesinar a Roberto Larralde”, ha apostillado.
Miriam ha prestado declaración este miércoles en la Audiencia Provincial de León, donde ha contestado a las preguntas de todas las partes, incluidas Fiscalía y acusación particular. Ha afirmado que la última vez que habló con el fallecido fue el día del crimen, el 14 de septiembre de 2014, fue en torno a las 22 horas y lo hizo por teléfono, minutos antes de su muerte.
No obstante, ha afirmado desconocer si existía un plan para acabar con su vida y que en él participara su amante, Julio, y presunto inductor de este crimen. Miriam ha precisado que su relación con la víctima tenía “altos y bajos” debido a que en alguna ocasión había sufrido “picos de violencia” y la había maltratado, razón por la cual en el momento de los hechos existía una orden de alejamiento entre ambos.
Pese a no convivir juntos y a esa medida judicial, ambos se veían en el domicilio de los padres de Miriam, donde ésta vivía, y también en el de los padres de Roberto Larralde. Además, mantenían comunicación telefónica habitual.
Por otro lado, ha confirmado que mantenía “una relación oculta” con el presunto cerebro del crimen, Julio, y que se sentía “ilusionada” y “a gusto con él”. “Me saltó la chispa de verle en el bar, me sentía ilusionada, pero hacer esto no. Por encima todo, lo más importante era mi familia, el padre de mis hijos”, ha añadido en relación a Roberto.
Denuncia agresiones por parte de la familia Larralde
En su declaración, Miriam ha denunciado que la familia Larralde la insultó y golpeó tras aparecer ell cadáver de Roberto porque la acusaban de haber ideado ella el plan criminal para acabar con su vida. “Me decían zorra, puta, me pegaron todos”, ha relatado.
Además, dice desconocer el motivo por el que la familia de la víctima la acusa de estar implicada en el asesinato. Ante ellos, ha dicho, reconoció su relación extramatrimonial con Julio.
En relación al viaje a Madrid que la noche del crimen realizó Miriam con Julio acompañado de otras dos mujeres, ésta ha dicho que fue para llevar a una de ellas a coger un tren, misma versión ofrecida por Julio.
Además, ha negado que en ese trayecto Julio le dijera “tranquila, ya está todo hecho” -en relación al crimen- como afirma una de éstas personas que también iban en el mismo vehículo. En su declaración, dice que se enteró de la desaparición de Roberto en el trayecto de vuelta de Madrid a León, el día 15 a mediodía por una llamada de su hijo, pero que en un primer momento no le dio importancia.
Así, ha afirmado que no fue hasta transcurridas unas cuantas horas cuando, después de que nadie supiera nada del paradero de Roberto, se preocupó de verdad y comenzó a buscarle y a preguntar por él a amigos y conocidos.
Desmontan la versión del presunto inductor
El presunto autor intelectual del asesinato del exboxeador leonés Roberto Larralde habría pedido a otro de los acusados “que se comiese el marrón” a cambio de dinero, según ha declarado este martes, Carlos, uno de sus empleados y la persona que hizo las llamadas telefónicas que deberían haber servido de coartada al supuesto responsable material del crimen. Así lo ha manifestado en la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial, donde también ha asegurado que el mismo acusado le pidió a él que no declarase en el juicio.
“A mí no me había metido nunca en un lío, pero ahora me ha metido en uno gordo”, ha señalado Carlos sobre el que era su jefe cuando ocurrieron los hechos. Su supuesta implicación, ha dicho, le vino “sin comerlo ni beberlo”, ha recalcado antes de insistir en que él cuenta la versión real de los hechos.
Este acusado ha negado la versión dada por el supuesto inductor y ha asegurado que las llamadas telefónicas que éste le ordenó hacer la noche del crimen para, presuntamente, deslocalizar un teléfono móvil fuesen para adquirir cocaína. Según su testimonio, él no supo el motivo por el que tenía que contactar con esas personas, con quienes mantuvo conversaciones sin trascendencia.
No conocía a Roberto
Carlos ha agregado que no conocía a la víctima y que no tuvo nada que ver en un posible plan para acabar con su vida. Además, ha explicado que tres días después de la desaparición de Roberto Larralde fue reclamado por la familia de éste para que les dijese qué podía saber sobre lo ocurrido, teniendo en cuenta que ambos podían estar relacionados con un robo de colonias planificado para esas fechas.
“A mí, en la casa Larralde me trataron bien”, ha dicho, antes de señalar que en una segunda visita a ese domicilio, acompañado en esa ocasión por otros dos de los acusados, no presenció la supuesta agresión de la que ellos habrían sido objeto. “A mí me dijeron que había desaparecido un familiar, que sabían que yo no tenía nada que ver, pero que mi jefe sí”, ha señalado en respuesta a una de las varias preguntas que le formularon los miembros del jurado.