Los vecinos y los pasos abrieron Ordoño II

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Milena Pasetti

La de anoche debe haber sido una de las procesiones más esperadas de los últimos años en la Semana Santa. Porque no sólo es esfuerzo y la penitencia de los cofrades motivaron a los leoneses a salir a las calles para verla pasar. Esta vez, el final del recorrido fue lo más emocionante. Desde temprano, miles de leoneses se fueron ubicando muy cerquita de las vallas que limitaban, casi simbólicamente, el paso a la nueva avenida Ordoño II. A nadie parecía importarle lo avanzado de la hora.

Casi a las once de la noche, luego de cuatro horas de recorrido y un emocionante acto del perdón frente a la Catedral, la Cofradía del Santo Cristo del Perdón llegaba al punto clave. Allí los esperaba Juan Conde, director de León Alta Velocidad. Bastaron unas breves palabras y un gesto del abad José María Pérez para que las vallas rojas y blancas pasaran a la historia.

Fueron apenas minutos, pero de mucha euforia. Los vecinos ya no esperaron ni un segundo más. Rápidamente se adueñaron de las flamantes aceras, para aguardar la llegada de los cuatro pasos que ya llegaban a hombros de los “cofrades ferroviarios”.

Aplausos

El propio abad no ocultó su emoción. Animando a los más pequeños de la comitiva, los arengaba: “Vamos chicos, que esto es histórico. Para eso hemos hecho este largo recorrido”.

Cerrando la procesión, y como es habitual, se pudo ver a parte de la corporación municipal, encabezada por el alcalde Francisco Fernández, el vicealcalde Javier Chamorro, y los concejales Vicente Canuria, María Rodríguez e Iván García del Blanco.

En los primeros metros de la nueva calle, comenzaron los aplausos. No faltó algún “bravo alcalde” salido desde una voz anónima entre el público. Fernández y compañía permanecieron serios e inmutables. Apenas una brevísima sonrisa y nada más. Quizá para evitar que alguien pudiera pensar que había una inauguración oculta debajo de esta procesión.

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