La Unidad de Madres para presas del noroeste se instalará en León en meses
La Unidad de Madres del noroeste de España que se instalará del Centro Penitenciario de León se pondrá en marcha en cuestión de “meses” para albergar a treinta mujeres que cumplen condenas de prisión y que tendrán la posibilidad de convivir con sus hijos menores de tres años.
La Unidad de Madres, que construirá la Administración central en el entorno del Centro de Inserción Social (CIS), tendrá un presupuesto de seis millones de euros, según ha explicado en declaraciones a los medios de comunicación la secretaria general de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, Mercedes Gallizo, que esta tarde ha inaugurado las I Jornadas Penitenciarias Leonesas en la Facultad de Derecho de la Universidad de León.
En estos momento el proyecto se encuentra en la fase de “trabajos preliminares” a la espera de que se proceda a la redacción del proyecto y salga posteriormente a licitación la obra de construcción.
El Consejo de Ministros aprobó en septiembre de 2010 la creación del proyecto que se ubicará en la antigua prisión de León, que desde que se abrió el Centro de Villahierro, en Mansilla de las Mulas, ha sido convertida en un Centro de Inserción Social.
En estas instalaciones de León, las reclusas vivirán separadas del resto de las internas, hasta que sus hijos cumplan tres años.
Gallizo ha inaugurado esta tarde en la Facultad de Derecho de León unas jornadas, que organizan el Ministerio del Interior y la Facultad de Derecho de la Universidad de León, centradas en la evolución del sistema de Módulos de Respeto, una “experiencia pionera” en el sistema penitenciario internacional a la que se acogen 13.000 presos distribuidos por distintas cárceles españolas.
Este sistema, iniciado hace diez años en el Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas, permite una nueva “forma de vida” en prisión, fundamentada en la adquisición de valores positivos por parte de los internos y en la participación de los presos en la gestión de su día a día.
Una experiencia “educativa y reinsertadora” con cuyo resultado Gallizo se ha mostrado “súper satisfecha”, al posibilitarse una “visión menos carcelaria de sistema y más normalizada”.
La intención es que los habitantes de estos Módulos de Respecto adopten hábitos de vida, pautas de conducta y valores morales fundamentados en el respetos a las normas, a los demás y uno mismo, ha explicado.
Con este programa el sistema penitenciario contribuye no sólo a su función de custodiar a las personas privadas de libertad, sino también a “devolverlas a la sociedad mejor de lo eran cuando entraron”.
Expertos en derecho penal, juristas, trabajadores de centros penitenciarios y varios reclusos que han vivido internos en estos Módulos de Respeto conforman el elenco de ponentes de las jornadas, que se prolongarán hasta el 14 de abril.
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