La Troika fuerza la nacionalización del banco de Caja España-Duero

Hace más de un año se produjo una Asamblea Extraordinaria de Caja España para aprobar la fusión con Unicaja.

Antonio Vega

El largo culebrón financiero que estaba protagonizando Caja España-Duero, y su banco (Ceiss), parece que se acerca más al final tras la filtración por parte de la Comisión Europea de su rechazo a que los fondos del rescate al sistema financiero español destinados al grupo II (entidades necesitadas de capital público para sobrevivir) sean en forma de bonos contingentes convertibles (CoCos), es decir, híbridos entre deuda y capital donde se paga un interés al inversor y, adicionalmente, existe la opción de convertir estos bonos en acciones de la empresa o banco que los ha emitido. Traducido al lenguaje cotidiano esto suponía que el banco Ceiss dispondría de fondos públicos pero sin que el Estado fuera accionista; y a eso precisamente es a lo que se ha negado Bruselas.

¿Y qué supone esto? Pues que la entrada de fondos al banco Ceiss se hará mediante aportación de capital, lo que convertirá al Estado en el accionista mayoritario del banco. Fuentes financieras estimaban en 850 millones de euros la aportación que el Frob III haría al banco, y si se suma a los 525 millones ya aportados por el Frob I harán que la mayoría de las acciones seran estatales. En román paladino se llama nacionalización. Lo que está por determinar es si será al 100% o en un porcentaje inferior, que dependerá de la valoración de activos que se realice y del traspaso de fondos al banco malo o Sareb.

¿Qué porcentaje del capital tendrá el Estado en el banco Ceiss?

Según diversos medios económicos la razón por la que la Comisión Europea rechazó aportar capital en CoCos se debería a que la entidad ya había recibido fondos públicos de esa manera vía Frob I.

¿Y ahora qué?

Tras este anticipo queda por saber las condiciones concretas que impone la Troika a la entrada de capital público en las entidades del grupo II, según el informe de valoración de la consultora Oliver Wymann. El 20 de diciembre la Comisión Europea aprobará los planes de ajuste de las entidades de este grupo, con lo que se sabrá las condiciones impuestas. En principio se espera que sean algo menos duras que las ya impuestas a las entidades nacionalizadas, que incluyen el despido de entre el 30 y el 40% de su plantilla, adelgazamiento de estructura, limitaciones a la comercialización de productos financieros y un posterior proceso de venta o liquidación.

El otro punto en el aire es la traída y llevada, desde hace más de un año, fusión con la entidad malagueña Unicaja. Con la fusión la entidad no necesitaba fondos públicos, por lo que es seguro que en todo caso la unión quedaría para después del saneamiento del banco Ceiss.

En el mismo caso que el banco Ceiss se encuentra BMN, mientras que Liberbank y Caja3 si recibirán fondos públicos en forma de CoCos.

La valoración concreta de las necesidades de capital se conocerá a principios de 2013. El Gobierno de España calculaba para BMN y Ceiss unos 1.500 millones de euros, que se sumarían a los casi 40.000 millones que ya se han recibido para la banca nacionalizada y el banco malo o Sareb.

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