Un testigo de la Púnica: “Les dije, por nada del mundo os metáis a hacer una empresa con un político”

Jesús López, Pedro Vicente Sánchez y Marcos Martínez Marazón en el juicio del Caso Púnica.

Carlos J. Domínguez

El consultor que diseñó el Plan de Revitalización de la estación de esquí de San Isidro y cambió a rojo los pliegos de las cafeterías, Manuel Sallés, ha afirmado hoy en la reanudación del juicio del Caso Púnica en la Audiencia Nacional afirma que el conseguidor De Pedro le informó de que el presidente de la Diputación, Marcos Martínez Barazón, iba a ser socio de las empresas que la trama incorporaría para conseguir esos contratos.

Así lo admitió en reiteradas ocasiones señalando siempre a De Pedro como quien le transmitió esta información con las intenciones del entonces presidente del PP, por la que a ambos se les pide prisión por varios delitos de corrupción, pero admitiendo después a preguntas de las defensas que nunca supo nada de esas intenciones por parte del propio Martínez Barazón, a pesar de reunirse dos veces con él, una en su lugar común de vacaciones en Cádiz y otra reunión de trabajo en un hotel de Madrid.

En este último caso fue en el que Sallés aseguró que les presentó a ellos dos, así como también imputado José Antonio Alonso Conesa, el Plan de Revitalización de San Isidro, la estación invernal propiedad de la Diputación con una proyección. Y en aquella cita se le participó “que el señor presidente podía ser socio”, aunque fuera “de forma encubierta”, así como que “había gente importante” sin detallar también interesada. Algo que a Sallés le disgustó, llegando a manifestarlo de viva voz: “Les dije, por nada del mundo os metáis a hacer una empresa con un político”. “Les dije que no era legal, me parecía una tomadura de pelo, me aparté y desde entonces ya no contaron más conmigo”, añadió.

El auditor, que inicialmente estuvo imputado pero ahora comparecía ya sólo como testigo, admitió que fueron De Pedro y Alonso fue Conesa quienes le pidieron nombres de empresas para acudir a la licitación del inminente contrato de explitación de las cafeterías El Rebeco y Hostal Pico Agujas que impulsaba la Diputación y que también fue él quien introdujo “a rojo” dos correcciones en los pliegos del contrato. Correcciones que, admitió, se hicieron sobre unas bases que les había enviado directamente el presidente desde su correo institucional y al que volvieron una vez incorporadas. Pero “no lo escribí pensando que se cambiaría”, aseguró Sallés.

Por todo ello, sin embargo, él nunca llegó a cobrar nada de la institución leonesa, aunque sí presentó una petición de pago, a instancias nuevamente de De Pedro. “No tenía la seguridad de que el Plan se iba a materializar”, añadió, “pero sí que de hacerse sería la empresa de Eduardo Ruiz Valenzuela” para la que él trabajaba “porque eran de los pocos expertos” en España en la gestión de estaciones invernales. Y es que insistió varias veces en que “San Isidro estaba arruinada totalmente”, sufría “una total dejadez” porque “estaba mal gestionada”.

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