Dos térmicas leonesas en el 'top ten' de las industrias más contaminantes de España
Es el mapa más negro del país, el mapa de los niveles de contaminación por CO2, el mapa de las vergüenzas de la industria nacional. Se trata del anuario elaborado por el Observatorio Sosteniblidad, con datos correspondientes al pasado año 2015, que toma como base los datos de las empresas incluidas en el Registro Nacional de Emisiones (RENADE) y elaborado por expertos que han trabajado en la Universidad, las empresas y la Administración.
En este informe se detalla la responsabilidad de las grandes empresas, principalmente energéticas, respecto al cambio climático. Y en el 'top ten' de esa lista, entre las diez más contaminantes de toda España, se cuelan dos implantadas en la provincia leonesa.
Como es obvio, se trata de la central térmica de Compostilla, que Endesa tiene en la localidad berciana de Cubillos del Sil, de la que anualmente salen a la atmósfera 4,2 millones de toneladas de CO2; y la térmica de La Robla, de Gas Natural, con casi 2,6 millones de toneladas a su vez. La central berciana apenas se ve superada por otras cuatro en toda españa y la roblana ocupa el puesto número diez en ese ranking nacional, siempre según el informe mencionado.
Una de las situaciones que más llaman la atención es que son precisamente las centrales térmicas más 'sucias' aquellas que emplean para la generación energética, precisamente, carbón que no procede de las minas españolas sino de explotaciones de otros países, que llevan vía importación a una España que ha visto reducirse prácticamente hasta la extinción sus explotaciones mineras de este mineral.
Gijón -carbón extranjero- en la cúspide
Así ocurre, por ejemplo, con la central de Aboño, propiedad de Hidrocantábrico en la localidad asturiana de Gijón, de la que se emiten cada año la friolera de 7,5 millones de toneladas de CO2, y en la que no entra apenas otro carbón que no sea importado dada su proximidad con el puerto de El Musel. Algo similar ocurre con las térmicas de As Pontes, de Endesa Generación, en La Coruña; o Carboneras, en Almería, que es de la misma compañía.
Sin embargo, curiosamente, estas empresas para las centrales más contaminantes sí están barajando realizar inversiones elevadas de cara a los próximos años para poder alcanzar dentro de lo posible los importantes parámetros de reducción de emisiones que están establecidos a nivel internacional y europeo a medio plazo.
En Almería sí se invierte, en el Bierzo no
Por ejemplo, mientras que la térmica de Cubillos del Sil en el Bierzo ya tiene fecha marcada de cierre, Endesa -en manos de la italiana Enel- sí ha anunciado una inversión en un proyecto “experimental” para almacenar energía en la central almeriense de Carboneras, en Almería, cuyo combustible es carbón de importación.
En noviembre, la eléctrica confirmaba en su plan estratégico 2017-2019 el cierre de sus instalaciones de carbón vinculadas a la producción nacional, lo que implicaba el cierre a corto plazo de la central de Compostilla ubicada en Cubillos del Sil. Un impacto económico demoledor para el Bierzo y toda la provincia, unido al mazazo de la pérdida de la minería extractiva del negro mineral.
La espectativa en La Robla pasa por otro tanto de lo mismo, ya que Gas Natural no ha hecho pública inversión alguna en la planta leonesa para procurar el descenso actual de las emisiones contaminantes.
El precio más bajo, para 'nuestro' carbón
Para rizar el rizo de que las compañías 'salven' de la quema a las térmicas más 'sucias' y con carbón foráneo, ocurre que la actual coyuntura está invirtiendo lo ocurrido en los últimos años, haciendo que ahora el carbón autóctono como el leonés sea mucho más bajo de precio y por lo tanto más rentable que el importado, más contaminante.
La crisis energética nuclear en Francia y la reducción de la producción en China, entre otros factores, han disparado el precio del carbón internacional. Y eso ha hecho que su coste ahora esté muy por encima del coste del nacional, a pesar de que le pilla ya con la producción en mínimos a causa de la desidia del Gobierno del PP. Sin ninguna duda, al menos la minería a cielo abierto sería bastante competitiva respecto al carbón de fuera, algo que el Ejecutivo de Rajoy, ahora con Alberto Nadal al frente del Ministerio, sigue sin escuchar.
Páramo, Toral, León, Valencia de Don Juan y La Bañeza
Continuando con la lista de las empresas más contaminantes, en la provincia de León existen otros puntos críticos. Y el tercero de ellos vuelve a ser La Robla, a causa de la fábrica de cementos de Tudela Veguín, que emite anualmente a la atmósfera 730.746 toneladas de CO2, siempre según el anuario del Observatorio Sosteniblidad.
En cuarto lugar, otra térmica, la de Anllares, en Páramo del Sil, con muy poco menos que la cementera roblana: 729.054 toneladas al año; y en quinto, otra cementera, esta vez la de Cosmos en Toral de los Vados, con poco más de medio millón de toneladas.
Cerrando la lista leonesa de la contaminación industrial, la fábrica de Vidrio SA en la capital leonesa con 88.158 toneladas/año; las factorías de cerámicas y ladrillos de Ceranor en Valencia de Don Juan, con 63.146 toneladas/año; y la Azucarera Iberia SL de La Bañeza, con apenas 20.250 toneladas/año.