Semana Santa, pasión de riesgo para la salud de los papones

Peio García / ICAL La capital leonesa acoge la Procesión de los Pasos, durante la cual tiene lugar El Encuentro en la Plaza Mayor

E.F.G/Ical

Participar en la Semana Santa de forma activa como hacen miles de integrantes de las cofradías es una actividad física a tener en consideración, no ya por el grado de intensidad, sino por la duración del esfuerzo que conllevan las largas procesiones y el incremento del número de ellas. Esto hace que si no se toman medidas oportunas pueda haber consecuencias posteriores, que pueden ser tanto agravamientos de dolencias ya existentes como detonantes para la aparición de otras nuevas que pueden provocar unas semanas de discapacidad funcional importante a quienes las padecen.

Son las reflexiones que recién iniciadas las celebraciones de la Semana de Pasión hace el doctor Jesús García-Mulero, especialista en Medicina Deportiva de la Clínica San Francisco de León. El ejercicio físico que se lleva a cabo con el seguimiento de las procesiones se caracteriza principalmente por permanecer muchas horas de pie, por una deambulación y posición estática prolongada y por soportar un peso importante en el caso de los cofrades que pujan los pasos.

Desde el punto de vista biomecánico, las dos partes del cuerpo que más sufren esos movimientos y esa carga son la columna vertebral, sobre todo a nivel lumbar, y las articulaciones del tren inferior, es decir, pies, tobillos y rodillas. Las lesiones más frecuentes que se dan al participar en la Semana Santa son de carácter muscular, sobre todo producidas por las sobrecargas, y en aquellas personas con una patología previa en las rodillas, es frecuente ver edemas o sobrecargas articulares, así como artritis mecánicas también en tobillos, así como la aparición de dolores en los pies, explica el experto.

ICAL Jesús García-Mulero, especialista en Medicina Deportiva de la Clínica San Francisco de León

En cuanto a los problemas lumbares hay que tener en cuenta que las personas con una dolencia lumbar previa, al permanecer durante muchas horas de pie pueden tener un dolor posterior en la zona que puede alargarse durante semanas. La patología que se puede sufrir a nivel de hombros suele ser más de tipo muscular, afectando tanto a esos músculos como a los de la columna cervical. Por ello, las personas que padecen de cervicalgias han de tener sumo cuidado a la hora de soportar y posicionar las cargas en los hombros.

A la hora de hablar sobre las posibles consecuencias de participar en la Semana Santa, merecen atención especial quienes presentan hernias discales, tanto a nivel cervical como sobre todo lumbar, como aquellos que sufren de lesiones tendinosas en hombros y patología degenerativa en rodillas. Para prevenir lesiones, el doctor recomienda a las personas que no realizan ningún tipo de actividad física durante el resto del año que lleven a cabo entrenamientos previos a la Semana Santa para fortalecerse muscularmente.

En la actualidad existen ayudas ortopédicas que pueden ayudar a reducir la carga física, tales como fajas lumbares, rodilleras o protectores de hombros. Además, es muy recomendable utilizar calzado cómodo y medias especiales si se tienen problemas de varices. Otro aspecto a tener en cuenta es la utilización de ropa adecuada en función de la climatología; de abrigo si hace frío y también una buena hidratación si hace calor. “Todos estos consejos nos ayudarán a evitar dolencias musculares que puedan mermar el estado de bienestar”, señala el doctor García-Mulero.

Pero también las procesiones pueden tener consecuencias para quienes las contemplan y el doctor recuerda que la posición de bipedestación mantenida puede desencadenar en dolor lumbar con mucha frecuencia, por lo que se aconseja evitar esta posición y hacer una deambulación intermitente, sin olvidar un calzado lo más cómodo posible, por lo que no es conveniente llevar tacones muy altos.

Como en cualquier otra actividad física-deportiva, aconseja a los cofrades, se pueden aplicar medidas locales sobre las articulaciones doloridas en forma de geles de frío, una vez terminada la procesión y en el caso de dolores musculares la utilización de calor local. En el caso de la toma de anti-inflamatorios deben tener mucho cuidado las personas que presenten alguna intolerancia o factores de riesgo. Si las recomendaciones no surten el efecto deseado y aparece algún problema físico, el doctor recuerda que es aconsejable acudir al médico para que valore la situación ya que en muchos casos un tratamiento de fisioterapia a tiempo, añade, puede hacer desaparecer dichas dolencias.

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