Carlos J. Domínguez

El polémico proyecto urbanístico ejecutado por el Ayuntamiento de León en el tramo final de la avenida Padre Isla de la capital (antiguo 18 de Julio), que es el primero de varios en ejecución bajo la denominación de proyectos de “calmado de tráfico” y como zonas de emisiones más reducidas, ya muestra en gran medida su aspecto final.

Tal y como se pactó finalmente con vecinos y comerciantes, ese aspecto presenta una veintena de árboles de los más de 70 recogidos en el proyecto original, así como 35 plazas de aparcamiento en línea y no en batería como lo hacían hasta ahora, dejando así aceras más anchas a costa de que ahora tan sólo quede un carril para los vehículos, que tendrán que circular a 10 kilómetros por hora como máximo.

Un carril bici a contramarcha, dos plazas para personas de movilidad reducida, zonas de carga y zonas descarga, todo ello rotulado en cada caso con sus colores sobre el pavimento de color tierra que ha sustituido al asfalto y la acera tradicional, completan el cuadro, a falta de los últimos remates de mobiliario como bancos o papeleras y la reubicación de los contenedores de residuos. El coste del contrato de esta obra se elevaba a más de un millón de euros (1.181.967,32 euros), con financiación de los Fondos Next Generation desde la Unión Europea

De este modo, aunque todavía bastante diferente del mucho más verde proyecto original, Padre Isla sirve como ejemplo de otros proyectos muy similiares que se están ejecutando en la actualidad en la capital, como las calles mucho más céntricas de Alfonso V, Gil y Carrasco, San Agustín o Ramiro Valbuena, entre Padre Isla y la plaza de La Inmaculada.

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