Los profesores de la pública que enseñaron a los nuevos astronautas españoles: “Es un orgullo”

IES Eras de Renueva de León, lugar donde estudió el astronauta Pablo Álvarez

Antonio Vega / César Fernández

La selección hace ya una semana de Pablo Álvarez y de Sara García como astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA), él como titular y ella como reserva, no ha disminuido la sensación de orgullo que ha cubierto León, de donde ambos son naturales, tras su designación. Ambos serán nombrados hijos predilectos de la ciudad, anunció el alcalde José Antonio Diez, y hasta está previsto que dos edificios municipales lleven su nombre.

Pero si hay un sitio donde el orgullo de su selección ha sido especialmente particular es en los centros educativos públicos donde se formaron, en especial sus institutos y la Universidad de León, que espera su visita este mes de diciembre ya como miembros de la ESA y los primeros astronautas españoles en tres décadas. Por los grupos de WhatsApp de los padres de los centros públicos de León los mensajes con su elección destacando que estudiaron en la pública han sido el 'trending topic' habitual, todo en un ciudad con una de las mayores cuotas de mercado de la autonomía de los centros concertados sobre los públicos.

Pablo y Sara han puesto en valor en prácticamente cada entrevista, como esta de elDiario.es, el valor de la educación recibida, en centros públicos ubicados en barrios de León. Y los políticos que les han felicitado desde todos los ámbitos no han dudado en recordar la calidad de la educación de Castilla y León, refrendada en los informes PISA de la OCDE que suele encabezar en España.

Premonición o no, Sara García estudió al lado de un observatorio astronómico, que justo estos días en que se ha anunciado su selección como astronauta se encuentra en plena rehabilitación, pero cuando ella cursó el Bachillerato ya no se ofertaba la asignatura optativa de Astronomía en el IES (Instituto de Educación Secundaria) Padre Isla. No se puede acreditar si esta biotecnóloga de 32 años de edad seleccionada como suplente por la Agencia Espacial Europea (ESA) para ser astronauta en futuras misiones espaciales tenía muy en cuenta esta particularidad. Pero su mirada y su forma de atender en clase sí podían resultar premonitorias.

Maite López Luengo fue su tutora y profesora de Lengua y Literatura en segundo de Bachillerato. Desde el encerado se puede 'escanear' la capacidad de atención de los alumnos. “Distingues si te están siguiendo las explicaciones. Y ella tenía una actitud atenta, también en su expresión corporal”, cuenta esta docente ya jubilada que se la encontró un día por la calle cuando ya había terminado los estudios de Biotecnología en la Universidad de León y trabajaba con una beca de poco más de 600 euros. “Pensé que qué pena que no se valorase el talento. Y ahora esta noticia es una alegría”, contrapone esta profesora que remarca lo que supone esta elección para que la educación pública “saque pecho” en un escenario de dificultades.

“Ella estaba ligada a la astronomía desde hace tiempo sin saberlo”, señala a modo de paradoja el director del IES Padre Isla, José Vicente Cueto Gavilanes, tras hacer notar que el observatorio, cuna de la Asociación Leonesa de Astronomía, está ahora en proceso de rehabilitación. El responsable directivo del centro confía en que la selección de Sara García por parte de la ESA haga de efecto espejo en el alumnado. “Supone un acicate y una esperanza, la de ver que con trabajo se pueden lograr objetivos”, apunta con la idea de que la biotecnóloga se pueda pasar por las aulas a contar su experiencia. “Pero por ahora preferimos no molestarla”, dice, consciente de que la joven se enfrenta en estos días a un temporal mediático y de compromisos públicos.

A apenas tres kilómetros de distancia de este centro río arriba, en el IES Eras de Renueva de León comparan en estos días a su exalumno y hoy ingeniero aeroespacial Pablo Álvarez, seleccionado como principal por la ESA para futuras misiones espaciales con 34 años de edad, con el exfutbolista Raúl González. Lo hacen mirando su expediente y con el testimonio de profesores que le dieron clase. “No era un alumno que sacara notas de 10. Pero tenía notas de ocho y pico en la mayoría de las asignaturas”, acredita su director, Julio Fernández Domínguez, al hacer el paralelismo con aquel jugador del Real Madrid que no alcanzaba la majestuosidad técnica de Zidane pero podía regatear, chutar y cabecear a un nivel similar al que tenían los mejores jugadores de Europa en la época.

¿Qué supone para el IES Eras de Renueva este nombramiento? “Para el centro es un orgullo”, responde el director, que tiene la idea de aprovechar esta corriente positiva para contactar con la familia del futuro astronauta. “Queremos liarlo para que pueda ser él el que cuente su experiencia a los chicos”, añade con otro paralelismo, el del impacto de programas de promoción como el STEM Talent Girl a la hora de descubrir vocaciones. Fernández Domínguez, que no deja de deslizar que “ojalá los políticos estuvieran a la altura” de estudiantes tan destacados, concluye haciéndose eco del testimonio de profesores que definen a Pablo Álvarez como “un chico que pasaba desapercibido en el buen sentido”. Como los buenos árbitros de fútbol, podría añadirse sobre un antiguo estudiante que ha llegado a lo más alto, ahora de forma literal.

Una universidad sin Nobel pero con astronautas

En muchos rankings de universidades se tiene en cuenta cuántos premios Nobel han salido de sus aulas y ahora, ironiza un grupo profesores tomando café, igual va siendo hora de actualizarlos con cuántos astronautas se han educado allí, “En ese ranking seguro que ya ganamos en España y en Europa”. El insólito hecho de que los dos españoles seleccionados estudiaran en la Universidad de León (ULE), Ingeniería Aeronáutica Pablo Álvarez y Biotecnología Sara García ha revolucionado el centro académico. “Nos sentimos muy orgullosos, aunque ellos lo han hecho posible”, señalaba el rector de la Universidad de León (ULE), Juan Francisco García Marín, al conocer su designación.

“Yo estoy seguro que cuando el año que viene sean las matrículas habrá mucha gente que el reflejo serán Pablo y Sara”, predice Antonio Laborda, decano de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales donde se imparte Biotecnología, sobre el impacto que para una universidad relativamente joven y pequeña tiene una noticia como esta. Y es que además, la noticia del triunfo profesional de sus egresados ha coincidido a la Universidad de León con la visita de la directora de la Aneca, la agencia española para la calidad universitaria, un momento idóneo para presumir de calidad educativa.

Laborda reconoce que esta noticia “nos pone en un escaparate” aunque al analizar el caso de Biotecnología, la carrera que cursó Sara García, señala además su prestigio y dificultad. Es una titulación con un número limitado de acceso al año, 50 estudiantes, y con una nota media superior al 12,6 en el último año. Lo raro es, por tanto, casi encontrar leoneses en esta carrera dada la dificultad de su acceso por su alta nota, y explica el decano tiene una empleabilidad casi total.

“El valor (de Pablo y Sara) es de su esfuerzo al que desde la educación hemos contribuido”, explica el responsable universitario que reconoce la sorpresa que hubo por su designación. El curriculum de Sara García fue de los mejores de su promoción de Biotecnología y obtuvo premios de carrera y máster, ambos cursados en León.

Ingeniería Aeroespacial, en época de Pablo Álvarez Ingeniería Aeronáutica, fue una titulación señalada cuando se comenzó a impartir como una idea un poco exótica, hace dos décadas. De hecho, comenzó siendo un título propio no reconocido como oficial por el Ministerio y solo al finalizar la primera generación llegó el reconocimiento oficial para sus titulados. El empeño de aquella época entroncaba con la historia de León como sede de uno de los primeros aeródromos de España y por la vinculación de la ciudad con el Ejército del Aire, que mantiene una base al lado del hoy aeropuerto civil. Hoy es una de las titulaciones más prestigiosas de la ULE que espera que el triunfo profesional de uno de sus egresados refuerce su prestigio y atraiga nuevos estudiantes.

Esta opinión de atracción que señalan los responsables universitarios la comparten un grupo de estudiantes de la Universidad de León que toman café al frío leonés del Campus de Vegazana, “Esta noticia da muchísima fama y publicidad a la Universidad de León”. “La gente cuando escucha algo así importante si tiene que elegir un sitio tira para algo que suena de algo”, señalan. Preguntadas sobre si el nivel de la Universidad de León es bueno se ríen antes de contestar que “depende de las carreras, aunque la gestión podría mejorar, pero el nivel académico es bueno”.

Y es que este grupo de estudiantes de la Facultad de Veterinaria consideran que ese buen nivel académico puede deberse, entre otros factores, a que la Universidad de León es un centro pequeño, “Nosotras en clase somos 30 y estamos como si fuéramos un instituto. Si fuéramos 200 es evidente que habría más problemas y el nivel sería menor”. Lo que sí coinciden es que pocas universidades podrán presumir de haber formado astronautas y que eso quedará en la historia para siempre.

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