Ni el policía jubilado ni ningún otro testigo será castigado por falso testimonio

Carlos S. Campillo / Ical. El policía nacional jubilado Pedro Mielgo Silván, que propició la detención de dos de las acusadas del crimen en mayo de 2014 de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, durante su declaración en el juicio por este asesinato que se celebra en la Audiencia Provincial.

C.J.D. / M.C. / A.M.

Nadie cometió falso testimonio en el mediático juicio en León por el asesinato de Isabel Carrasco.

Así de tajante lo ha decidido hoy el Tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial en la parte dispositiva, eximiendo así de una grave responsabilidad penal tanto al policía jubilado Pedro Mielgo, testigo clave en el caso y su resolución, como al policía Nacional número 89843 llamado Juanjo, ni contra la profesora de las clases de restauración a las que asistía Raquel Gago, Ana Isabel Martínez González.

El mismo fallo judicial establece que tampoco tendrá esta misma posible responsabilidad penal el abogado de Gago, Fermín Guerrero Faura, a raíz de su más que polémica desaparición durante 20 horas en el transcurso de la vista oral, aunque en este caso la sentencia sí aclara que eso no significa que los posibles problemas por aquella 'espantada' se hayan acabado para el letrado murciano, porque el hecho de que se le exima de la deducción de testimonio particular no tiene nada que ver con la decisión posterior que deberá alcanzarse respecto a la pieza separada de responsabilidad disciplinaria abierta a éste último por aquella situación.

De este modo, entiende el juez que Pedro Mielgo no mintió al Tribunal ni al jurado popular cuando negó haber realizado una llamada al servicio de emergencias 112 cuando realizaba el seguimiento de la autora material del asesinato de Carrasco, Montserrat González, el 12 de mayo de 2014, a pesar de que esa llamada que él dijo no haber hecho quedó registrada y grabada, y además fue corroborada por la propia mujer del policía jubilado. La defensa de Montserrat y Triana intentaba con ello invalidad la credibilidad de todo su testimonio, cosa que el juez no considera ahora oportuno.

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