Liberada en los montes de León una cría de oso pardo rescatada en mayo en el concejo asturiano de Santo Adriano
La vertiente asturiana del Parque Nacional de los Picos de Europa fue el pasado día 5 de noviembre el escenario elegido por el grupo de trabajo de oso cantábrico para liberar a una cría de oso pardo que el pasado mes de mayo fue rescatada en el concejo de Santo Adriano (Asturias).
La jornada, según informa la Consejería de Fomento Medio Ambiente, comenzó temprano en las instalaciones de Valsemana (León), donde la osa estaba completando la fase de adaptación previa a la liberación en las instalaciones que había dispuesto la Junta de Castilla y León, con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica. Como en ocasiones anteriores un equipo de técnicos de Cantabria, Castilla y León y Asturias, anestesió a la osa en el cercado para la realización del último chequeo veterinario y para la colocación del dispositivo de seguimiento a través de GPS.
Realizado este trabajo, y una vez reanimado, el ejemplar fue introducido en el remolque especial de transporte. Durante el traslado un sistema de monitorización en tiempo real permitió comprobar a los técnicos el estado del animal hasta llegar al punto de suelta seleccionado. Una vez en este lugar, se permitió la salida de Saba, que se alejó adentrándose en un bosque de hayas y robles. A partir de este momento, equipos de guardería coordinados por personal del Parque Nacional realizarán el seguimiento del ejemplar.
Con esta intervención se cierra un ciclo de actuaciones que de forma coordinada han desarrollado las comunidades autónomas Asturias, Cantabria, Castilla y León. Estas actuaciones comenzaron con el rescate en mayo de la hembra de oso pardo en las inmediaciones de Sabadia, término municipal de Santo Adriano. Tras los primeros cuidados intensivos que requirió el animal en Asturias, fue trasladado a las instalaciones de recuperación de fauna silvestre de Villaescusa, del Gobierno de Cantabria, donde se consiguió la completa recuperación con un manejo especial para evitar el contacto de la osa con los cuidadores.
Tras un chequeo veterinario que confirmó el buen estado del animal, en el mes de septiembre se trasladó a la finca de Valsemana de la Junta, que previamente había sido acondicionada para continuar la rehabilitación del ejemplar eliminando el contacto con los cuidadores. Este aspecto crítico ha sido controlado durante todo el proceso con la finalidad de minimizar la posibilidad de que este ejemplar se habituara a la presencia humana y lo asociara a la alimentación, lo que dificultaría su reintroducción al medio natural.