Once años después, mucho peor que la tragedia del Espigüete
Fue otro domingo, el 8 de junio de 2003. Los cinco agentes de la Guardia Civil que acudieron a socorrer a un parapentista en el Pico Espigüete, a casi 2.500 metros de altitud, sufrieron heridas de diversa gravedad y un susto que no olvidarían al desestabilizarse el helicóptero que trataba de acercarse al lugar elegido para descender.
También entonces la arriesgada maniobra -como casi todas las que realiza este grupo especializado en rescates de montaña- fue la que provocó que las hélices tocaran el suelo y el aparato perdió el control. Los protagonistas, el brigada Escanciano, Bumer y Ángel, recibieron entonces todo el ánimo y el aplauso de la sociedad, destacando el riesgo que corren a diario por salvar la vida ajena en parajes de acceso casi imposible.
El Grupo de Rescate de Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil se instaló en Sabero en 1976 y desde entonces sus agentes han realizado cerca de 1.000 intervenciones, cubriendo una amplia zona de riesgo que abarca todo el área norte de la Castilla y León, aunque la mayor parte de sus rescates se centran en la provincia de León y en Palencia, y esporádicamente en Asturias.